
Misterio familiar
Una herencia amarga en la Provenza más luminosa
La serie francesa 'Todo esto te daré' llega a Filmin con intriga, duelo y un reparto que respira autenticidad

En el mapa imaginario de las adaptaciones literarias, algunas historias cruzan fronteras para vestir nuevos paisajes sin perder su esencia. Eso es lo que ocurre con 'Todo esto te daré', que se instala en Filmin a partir del martes 19 de agosto tras su paso por la televisión pública francesa. La novela de Dolores Redondo, premiada con el Premio Planeta en 2016, cambia la Ribeira Sacra por la Provenza, y Galicia por un mar de viñedos y luz mediterránea, para dar cobijo a un drama que se mira de frente y se cuenta con pausa.
La serie arranca con un accidente mortal en una carretera rural. El protagonista, Manuel Ortigosa, escritor parisino interpretado por David Kammenos, recibe la noticia de que su marido, Aymeric, ha muerto. Hasta ahí, el golpe emocional sería suficiente, pero lo que sigue es una cadena de revelaciones que trastocan todo lo que creía saber. Aymeric, a quien Manuel creía un hombre de negocios discreto, era en realidad heredero de un marquesado y propietario de un vasto emporio vinícola. Y eso es solo el aperitivo.
Al llegar a la mansión familiar, Manuel se enfrenta a una corte de parientes con modales de acero inoxidable. La madre, una marquesa de manual encarnada por Nicole Calfan, parece incapaz de pestañear sin calcular el beneficio. El hermano menor, Joffrey, más preparado para el desdén que para las cuentas, lleva tatuada la ambición en la frente. Ninguno quiere reconocer el matrimonio, y menos aún aceptar que el testamento cede toda la herencia a ese "forastero" que apenas han visto. Manuel, superado, querría renunciar, pero Aymeric dejó instrucciones que lo atan tres meses a ese territorio hostil.
Entre copas de vino y silencios que pesan más que cualquier confesión, un policía veterano (Bruno Solo) y un sacerdote amigo se convierten en sus inesperados aliados. La investigación que emprenden no busca el morbo, sino entender cómo encaja la muerte en un entramado de poder y secretos. Aquí, la homosexualidad del protagonista no se convierte en bandera ni en conflicto, y eso la hace más valiosa: está ahí, natural, sin subrayados.
La cámara se pasea por la Provenza sin convertirla en postal turística; la luz entra y sale de escena con la calma que acompaña al guion. El ritmo no es de sprint, pero cada paso permite conocer mejor a personajes que, incluso en sus peores gestos, despiertan cierta curiosidad. Esa contención es un mérito: lo que podría ser un folletín desbocado se mantiene en una línea donde la tensión se dosifica.
Si el libro de Redondo anclaba su fuerza en el peso de las raíces gallegas, la serie demuestra que la historia es lo bastante sólida como para sostenerse en otro suelo. La autora lo sabe, y lo celebra con un cameo fugaz en el primer episodio, un guiño para quienes han seguido su carrera. El equipo creativo francés no buscó una copia, sino una traducción cultural: adaptaron nombres, entornos, acentos y costumbres, sin borrar el ADN de la trama.
'Todo esto te daré' es, al final, una propuesta que combina la intimidad del duelo con el eco de las intrigas familiares, sin aspavientos. Tiene la virtud de dejar que el espectador respire, de invitarlo a mirar los gestos pequeños y las frases que se quedan a medio decir. Y en ese espacio, quizá, es donde mejor florece esta Provenza que, por unas horas, habla también con acento gallego.
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