El joven actor estadounidense Hudson Meek, conocido por su papel como la versión infantil del protagonista en la película "Baby Driver" (2017), ha fallecido el pasado 21 de diciembre a los 16 años. La trágica noticia llega tras un accidente ocurrido el 19 de diciembre en su localidad natal de Vestavia Hills, Alabama, donde Meek cayó desde un vehículo en movimiento.

El accidente ocurrió en la carretera Canyon Road, donde Meek sufrió graves heridas tras caer del vehículo. Fue trasladado de inmediato al Hospital UAB, en Birmingham, donde permaneció ingresado en estado crítico durante dos días. A pesar de los esfuerzos médicos, el joven no logró superar las lesiones. La policía de Vestavia Hills está investigando las circunstancias del incidente. Hasta el momento, no se han dado a conocer detalles adicionales sobre las causas del accidente.

Por otra parte, la familia de Hudson Meek ha compartiado un emotivo mensaje en su cuenta de Instagram para comunicar la triste noticia. "Con el corazón roto compartimos que Hudson ha vuelto a casa con Jesús esta noche", han expresado. También han recordado su legado: "Sus 16 años en esta tierra fueron demasiado cortos, pero logró mucho e impactó significativamente a todos los que lo conocieron". El mensaje ha finalizado con información sobre el funeral, que se llevará a cabo el 28 de diciembre y será transmitido en vivo a través de la cuenta de Instagram del actor.

Una trayectoria corta pero prometedora

Hudson Meek inició su carrera en el cine y la televisión con tan solo 8 años, debutando en "The Santa Con" (2014). Su papel más destacado fue en "Baby Driver", la película de acción dirigida por Edgar Wright, donde interpretó al joven Baby, encarnado en su versión adulta por Ansel Elgort. Asimismo, participó en series como "MacGyver", "Legacies", "Found" y "Genius", así como en la serie animada infantil "Badanamu Cadets". Este mismo año había vuelto al cine con su última película, "The School Duel".

En otro orden de cosas, Hudson Meek no solo era conocido por su talento como actor. Según su obituario, disfrutaba de actividades como el fútbol americano, el canto coral y los estudios bíblicos con sus compañeros. También había viajado a los 50 estados de EE. UU., amaba esquiar y compartía su pasión por la música creando listas de reproducción para sus amigos. Sin duda alguna, el fallecimiento de Hudson Meek supone un golpe para la industria del entretenimiento americano, especialmente por tratarse de un joven con un futuro prometedor. Su legado, marcado por el talento y el carisma, permanecerá vivo en sus actuaciones y en los corazones de quienes tuvieron el privilegio de conocerlo.