Universo morantista

«La Suerte», ni taurina ni anti, una comedia tan atípica como magistral

La serie de Disney+ se estrena el 8 de octubre en la plataforma y está protagonizada por Óscar Jaenada y Ricardo Gómez

«La Suerte», ni taurina ni anti, una comedia tan atípica como magistral
«La Suerte», ni taurina ni anti, una comedia tan atípica como magistralDisney

Hay series que se pueden parecer unas a otras y otras que son imprevisibles. «La suerte» pertenece a las segundas: una comedia distinta, atrevida, con un sello inconfundible. Es un delirio narrativo que atrapa desde el primer minuto porque atraviesa mundos que no sabes si te gustan o no, pero de los que resulta imposible apartar la mirada. Su estreno será en Disney+ el 8 de octubre, tras su paso por el Festival de San Sebastián, llega como rara avis en un panorama televisivo donde abundan los estrenos, se hacen muchas cosas buenas, pero muy pocas comedias con un sello tan diferente. Una gran obra que firman Pablo Guerrero y Paco Plaza y que para los que les gustan encasillar las cosas rápido no es para taurinos, ni para antis, que ya es hacer magia en estos tiempos en los que estás conmigo o contra mí. Es una serie para para pasarlo bien sin fisuras.

Aquí nada es previsible. «La suerte» juega con la magia, la locura y lo onírico; mezcla la picaresca con lo surrealista; convierte supersticiones en brújula y lo irracional en verdad. Es una road movie delirante rodada en 16 mm, con más de 6.000 kilómetros recorridos y 59 localizaciones, que convierte a España en escenario vivo y a las plazas de toros en templos de un relato tan irritante como delicioso. Una serie genuina, hecha con gusto, de las que soportan el paso del tiempo.

La Suerte
La SuerteCedida

Cómo surge la idea

Pero, ¿de dónde viene esta locura? Como no puede ser de otra manera siendo quien somos: de nuestra forma de festejar. «La idea nació a partir de una experiencia única e inesperada: una fiesta en la habitación de un hotel después de una corrida de toros. El fascinante universo que se escondía tras esa puerta necesitaba ser contado», cuenta Sofía Fábregas, vicepresidenta de producción de Disney+ en España. Y fue entonces cuando «de la mano de Luis Santamaría, productor de Boomerang TV, aquella vivencia empezó a transformarse en algo muy especial. ‘La Suerte’ es, ante todo, una historia de amistad en el sentido más amplio del término: la de David (Ricardo Gómez) y Maestro (Óscar Jaenada); pero también la de Paco Plaza y Pablo Guerrero, directores de la serie y amigos desde hace más de treinta años. Esa química natural y contagiosa, esa sensación de entendimiento y entusiasmo creativo, se refleja en cada plano y en cada gesto del cast», comenta.

Es ahí donde «La suerte» encuentra su identidad: en esa complicidad de Paco Plaza y Pablo Guerrero, que han volcado en esta historia una mirada fresca, irreverente y profundamente humana y el resultado es una comedia que va más allá de la risa fácil para convertirse en un relato lleno de capas.

Las bases

En el centro de todo está Rafael Baeza Cortés, o Maestro, interpretado por un Óscar Jaenada magnético. Gran figura del toreo, carismático y misterioso, se encuentra en horas bajas, obligado a demostrar que todavía tiene un sitio entre los grandes. Es un personaje que se nutre del universo de Morante de la Puebla, la figura indiscutible del toreo y que, curiosamente, en este 2025 ha firmado la temporada de su vida, revolucionando la tauromaquia y la taquilla con una legión de seguidores.

La Suerte
La SuerteCedida

Como Morante, Baeza es un hombre de rarezas y genialidades, de silencios elocuentes y excentricidades tan inexplicables como brillantes. Abstraído en su mundo interior, amable y generoso con los suyos, pero también depresivo y huraño, vive como un genio que nunca sabes si va a iluminar o a hundirse en la sombra. Odia los viajes y los hoteles, pero su vida es precisamente eso: giras eternas, kilómetros de carretera y tardes de riesgo. Por eso necesita llevar siempre consigo a los suyos, como quien carga con su casa a cuestas.

Su pasión —y su condena— es jugarse la vida en la plaza. Y cuando aparece David, su improvisado compañero, descubre que los tiempos han cambiado y que quizá él también deba cambiar con ellos, aunque en este juego nunca acabas de saber quién cambia a quién. La vida misma.

Frente a ese mito en decadencia está David, al que Ricardo Gómez presta frescura y humanidad. Un joven que prepara oposiciones a abogado del Estado mientras ayuda a su padre con el taxi en una ciudad de provincias. Su vida es rutina, obligación y previsibilidad, lo normal, hasta que una noche se cruza con el Maestro y su cuadrilla en una urgencia absurda que le lleva, por pura casualidad, a sustituir al conductor de confianza.

Antitaurino, racional, poco dado a supersticiones, David entra en ese mundo como quien pisa otro planeta. Al principio es solo un trabajo bien pagado, pero se convierte en una experiencia que sacude su vida. Porque en ese universo gobernado por lo irracional y lo mágico, descubre que hay otras formas de entender la suerte, la fidelidad y el valor. Un microcosmos excéntrico que le acaba perturbando. ¿Cuántas vidas hay dentro de una vida?

A su alrededor se despliega un coro de personajes extravagantes y entrañables, donde nos podemos encontrar a Marchena, que sale de la cárcel, no más datos por favor, o Jero, que una vez entren en pantalla no saldrán fácilmente de la memoria. Con mucho más temple será la puesta en escena del hermano de Maestro, que además de actor fue matador de toros en la vida real Óscar Higares y está más que a la altura. Su personaje, Ramón, equilibra el equipo de supersticiosos y callejeros, que recuerdan al universo morantista con algunas genialidades que parecen caprichos pero que encierran verdad. Un mosaico humano donde la veteranía se mide frente a la juventud, donde la fidelidad de los equipos es un valor sagrado, donde el miedo a la retirada late con más fuerza que el temor a la muerte. Entre toda esa escenografía se dejarán ver Arturo Valls, Leiva, pequeños regalos para fans...

«La suerte» es distinta porque no se limita a entretener. Es una serie que se atreve a hablar de los valores universales que mueven el mundo —el miedo, el triunfo, el fracaso, las expectativas, el esfuerzo— y de otros menos comunes: las supersticiones de quien se juega la vida, la incertidumbre de las profesiones de éxito, la necesidad de irse de los sueños tranquilo.

En un momento en el que abundan las producciones correctas pero escasas en riesgo, «La suerte» se impone como un faro: genuina, con marca propia, hecha con gusto y con vocación de perdurar. Una comedia valiente en un mundo encorsetado, que mezcla lo surreal con lo humano y lo cotidiano con lo mítico. Una serie que refleja con belleza extrema los sueños de quien necesita hacerse un hueco y de quien lo expone todo solo por la necesidad interior de irse en paz. Seis episodios, seis, de treinta minutos, que se harán cortos.