Estreno
"Zoomers": Memorias de un universitario confuso
Prime Video estrena hoy la serie «Zoomers», drama generacional sobre la Generación Z con toques de humor negro
Uno que ha estudiado en Salamanca se sorprende mucho al ver cómo algunas cosas cambian y otras permanecen inalterables, como las piedras de Arenisca de Villamayor. Javi (Biel Rossell) es un joven de 18 años que llega (tarde) a la ciudad universitaria tras una tragedia personal. Como pez fuera del agua, no solo está confuso, sino que sus circunstancias personales agudizan su manera de mirar diferente el mundo. Javi es uno de los muchos «Zoomers», pertenecientes a la Generación Z, nacida aproximadamente entre mediados de los 90 y principios de los 2010. Prime Video estrena hoy esta serie juvenil de seis episodios de 30 minutos, destinada para todos los públicos, creada por Federico Mayorca y Guille Van Dreï y dirigida por Óscar Pedraza.
En las primeras escenas seguimos a Javi por el campus y el colegio mayor. Su entrada tardía le lleva a trompicones por las clases, los nuevos compañeros y las «actividades extraescolares» que ya no se llaman «novatadas», sino «actividades de integración». A través de su mirada conoceremos al resto de su entorno social. Primero está su compañero de cuarto, Andrés (Cosmo González), que comparte más de una confusión con el protagonista, pero que prefiere encerrarse en su cuarto a actualizar sus redes sociales, a socializar. También el primer encontronazo femenino de Javier, Martina (Azul Guaita), estudiante concienzuda que guarda un secreto que requiere independizarse. Ella enseguida caerá en las redes del portugués de la guitarra, João (João Bettencourt). También está Lorena (Berta Castañé), que se busca la vida para pagarse los estudios con una línea de negocio y se presta a todos los fregados. Completan el reparto Adrián Luque, Rubén Fernández, Luna Bengoechea y el monologuista y humorista Héctor de Miguel «Quequé», entre otros.
A este entorno de caos llega Javier, que mantiene una línea online directa con una terapeuta, Lucía, voz en off de Sonia Castelo mediante, que pretende ayudarle a volver a una vida que había pensado en abandonar, o eso se intuye desde la primera escena. El espectador podrá observar la lista de metas que se ha propuesto, terapeuta y paciente juntos, y que incluye «probar una droga random» o «hacer un amigo». La serie usa esas líneas para trazar la delgada línea entre un joven que terminó sus estudios básicos sintiéndose seguro y llega a la universidad enfrentándose a temas como las nuevas amistades, el amor, el sexo, las drogas, pero también con unas inquietudes vitales muy alejadas de las de sus padres. La serie también nos recuerda que esa generación tuvo que enfrentarse a nuevas tecnologías que se multiplican cada segundo, una pandemia, crisis climática y mucha incertidumbre.
La dinámica establecida entre los personajes, con ayuda del escenario natural de Salamanca, crea un vínculo con el espectador, que podrá disfrutar de buenas actuaciones y un ritmo que no descansa, usando el montaje y la rapidez de los episodios como un vehículo de comunicación para hablar de tú a tú con los jóvenes. El uso de un agudo humor negro también dota a la ficción de cierta liviandad, que se mantiene cuando quizá el espectador buscaba profundizar más en temas cruciales que se tratan en la trama, como la soledad, el miedo al futuro o las enfermedades mentales. Es un drama generacional, pero sin estereotipar clichés sobre los jóvenes, al mismo tiempo que no se ceba en el exceso de drogas o sexo; recurso demasiado trillado y que ya no representa a nadie. También es cierto que, gracias al nombrado montaje, las escenas dan saltos absolutos entre la comedia y el drama. Ahí se salpicará el drama con cierto fatalismo existencial y se regará la comedia con una ironía muy afilada y que nos dará más de una lección.
El personaje de Javi es central, y el espectador no podrá resistirse a su mezcla de caos, tristeza, optimismo condicionado y su carácter extraño y resultón. Es la demostración de que un miembro de la Generación Z puede ser él mismo, o todo lo contrario, y al mismo tiempo. Todo apoyado por algo que vive en la vida de esos jóvenes, los recursos audiovisuales modernos y un montaje fragmentado. Pero que nadie sucumba a la desesperanza. «Zoomers» no hace leña de todos esos árboles a punto de caer.