Roberto Bautista

Copa Davis: Rusia se adelanta a España tras ceder Bautista el primer punto ante Rublev

El castellonense perdió en un partido agónico (3-6, 6-3 y 7-6) en un torneo que tiene algo de maldito para él

Roberto Bautista-Agut da un revés en el partido contra Rublev
Roberto Bautista-Agut da un revés en el partido contra RublevManu FernandezAgencia AP

Colas en la puerta de la Caja Mágica. Debuta España en la nueva Copa Davis y el horario va justo ya entre que acceden unos espectadores y salen otros. Hasta Carlos Costa, el manager de Nadal, llega tarde y tiene que ir esquivando a gente mientras en la entrada de los VIP se oye una bronca: "Hay que chequear todas las entradas, como si viene Pedro Sánchez". La duda de Bruguera, resuelta un rato antes: Roberto Bautista-Agut iba a disputar el primer punto en la eliminatoria contra Rusia, con Rublev como rival. Estaba cantado: ¡es el número nueve del mundo! y de momento es pronto para estrategias y para jugar con los descansos de unos u otros. Lo cierto es que este formato de competición permite pocos errores: sí, es un grupo de tres, pero ceder con Rusia supone luchar ya por ser uno de los mejores segundos, pelear no se sabe si por algo (a cuartos se clasifican los seis líderes de cada grupo y los dos mejores segundos [puede ver aquí horarios y formato de competición]). Y la competición ha empezado mal. Bautista se hundió en el último tie break en un partido que era más complicado de lo que pudiera parecer, áspero incluso porque el rival era una piedra, un hueso de eso que pudiera parecer que no, pero sí... Y tanto, venció Rublev por 3-6, 6-3 y 7-6 (7/0). Rublev es uno de los talentos que pasó de muy joven por las manos de Galo Blanco, el técnico español que ha pulido a otros tenistas como Khachanov o Raonic. Y hay que hacer hincapié en lo de "muy joven", porque joven sigue siendo: tiene 22 años y aunque se ha estancado un pelín, su raqueta desprende fuego. El equipo nacional se ve obligado ahora no fallar: tiene que ganar Nadal a Khachanov y después el dobles.

No se llenó la pista central de la Caja Mágica, pero casi, y lucía un aspecto muy animado y bueno, con condiciones diferente a cuando se juega el Mutua Madrid Open. El torneo de tierra es en primavera, con calorcito. La Davis, en este otoño con pinta ya de invierno, es en pista dura y cubierta. Las luces apagadas e iluminado el terreno de juego. Mola. Y Rublev apretó desde el comienzo, un grito a cada golpe. Le ponía una furia que Bautista supo contener. Amenazó el ruso en el primer juego con un 15-40 que, en parte, regaló fallando un remate en una de las pelotas de break. Y entonces empezó la batalla de verdad, los duros intercambios (los tenistas aseguran que la superficie es más lenta que otras pistas rápidas), y la búsqueda del español del revés de su rival. Por ahí le martilleaba una y otra vez hasta que encontraba un hueco. Y costaba que apareciera. Es sólido el tenista rubio. El resquicio llegó en el cuarto juego, un 0-40 que se ganó Bautista y que no desperdició. Todo lo demás, igualdad y capacidad de sufrimiento en los momentos complicados, como cuando Roberto se vio con un 15-40 con 5-3, cuando sacaba para el set. Menudo puntazo. Un minuto intercambiando golpes, hasta 47 raquetazos, cruzado por aquí, un ataque, la defensa del castellonense, el contraataque para tener el punto ganado una vez y tener que ganarlo una segunda ante la resistencia de su oponente...

La charanga que animaba en la grada tocaba a Rafael o temas más modernos, pero para el mejor tanto del encuentro eligieron "Paquito, el Chocolatero", cómo no. Es una canción universal, la que más cobra por "royalties" en España, junto a La Macarena. El triunfo del valenciano en el primer set no aplacó las ganas de Rublev, que continuó apretando en cada oportunidad y que amenazaba el saque de Bautista cada vez. 15-40, salvado. 15-40, salvado de nuevo. Con valentía, tirándose el español hacia adelante cuando peor pintaba, fue sobreviviendo hasta que lo se temía se hizo realidad. El ruso igualó el marcador. El partido seguía. Los nervios, que son incluso mayores en esta competición, entraban en juego.

Los dos iban a tener sus oportunidades, empezando por el 30-40 de Rublev en el primer juego del parcial definitivo. Pero quien encontró la ruptura fue Bautista al juego siguiente, en blanco, para sufrir una después y lograr otra al siguiente servicio del ruso y volver a ceder al siguiente. Cuatro breaks seguidos. La locura. Cada uno buscándose las cosquillas como podía. Si el castellonense hacía daño cuando conseguía invertirse y dar su derecha cruzada desde la zona de revés, Rublev sacaba oro cuando cambiaba a los cruzados, que es una de las cosas más difícil en el tenis: se encuentran ganadores por ahí, pero es más fácil fallar porque se tiene menos pista. La tónica del partido no cambió. El saque, el momento de mandar, se convertía en un sufrimiento, por la presión quizá. Pura agonía y más situaciones complicadas para ambos, al límite. El problema de Bautista era que estaba jugando demasiado por detrás de la línea de fondo, una posición defensiva, desde donde es difícil atacar. Pero había que aguantar fuera como fuese. Pese a tanta ruptura y tantas opciones, el parcial definitivo llegó milagrosamente al desempate. Y ahí sucedió lo inexplicable: Bautista desapareció. Un restazo de Rublev, una derecha paralela del ruso, saque volea, un error... Y un 7-0. Increíble, después de todo lo que había pasado. La Copa Davis se le resiste a Roberto, que el año pasado perdió sus dos partidos en el quinto set (en primera ronda ante Gran Bretaña y en semifinales ante Francia) y esta vez ha cedido en el tie break del tercero. Al límite, llegó la derrota. El formato puede ser distinto, pero el partido fue pura Davis.