Afición
La Hermandad Matriz Almonte lanza una declaración institucional en favor del mundo del toro
Reconocen en la tauromaquia «algunas de las señas externas de identidad culturales y antropológicas más significativas de la devoción a la Virgen del Rocío».
Una señas que perviven en la Romería del Rocío, que se celebra cada año coincidiendo con Pentecostés y es “la más importante de la cristiandad” por el número de participantes, en sus atuendos camperos, en sus estampas campestres y en sus comitivas romeras, según se recoge en dicha declaración realizada en el marco de la exposición “Otorga Lo Imposible”, en la que se evidencia de manifiesto la vinculación del mundo del toro con la devoción a la Virgen del Rocío.
Asimismo, precisan en el documento que la devoción a la Virgen del Rocío tiene “un radio de gracia muy relevante” en el mundo taurino desde “tiempo inmemorial”, como ponen de manifiesto las capillas de muchas plazas de toros y diversos elementos ornamentales que se pueden apreciar en fincas, cortijos y tentaderos, dedicados a la cría de reses bravas en toda España y América, y los propios ganaderos, toreros, rejoneadores y otros oficios relacionados con este mundo que “la invocan continuamente”.
Basta citar algunos ejemplos de esta relación, que incluso ha propiciado el nacimiento de nuevas hermandades filiales a lo largo de la historia de esta devoción: Manuel Suárez Jiménez (ganadero), Coria del Río (1849); María Martín Serrano (ganadera), Gines (1928); Antonio Cañero (rejoneador) o Rafael Guerra “Guerrita”(torero), Córdoba (1935).
Y cabe subrayar en este apartado la devoción de la dinastía de “Los Gallo”, una de las más importantes de la historia de la tauromaquia, acrecentada a raíz de la cogida mortal del diestro Rafael Gómez Ortega, “El Gallo”, en Algeciras, el 14 de junio de 1914, que lo llevó a regalar un exvoto -ofrenda hecha a la divinidad en cumplimiento de una promesa o agradecimiento- a la Santísima Virgen del Rocío, con la leyenda “Otorga lo imposible”.
Además, la Matriz reconoce el papel “determinante” del mundo del toro en varios momentos importantes de la historia de la devoción rociera en la que ganaderos, diestros, rejoneadores y empresarios taurinos han prestado su arte y han manifestado su compromiso de forma desinteresada, “contribuyendo decisivamente a su consecución y poniendo de manifiesto la vertiente social de la fiesta, tan rica y fecunda”.
Entre ellas, las obras de 1915 y 1918 en la antigua Ermita, Coronación Canónica de la Virgen del Rocío en 1918-1919, obras del nuevo Santuario del Rocío (1963-1970), Retablo y Camarín de la Virgen del Rocío (1981-2006), o las nuevas andas procesionales de la Virgen (2020-).
Precisamente este último proyecto, que se encuentra en plena ejecución en el taller del orfebre Ramón León de Sevilla, está llevándose a cabo con el impulso del diestro Miguel Báez Spínola, “Litri V”, miembro de una importante dinastía torera onubense vinculada a esta devoción desde el primero de sus integrantes.
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