Feria de San Isidro

Y el Rey Felipe VI nos acompañó en la mansada

Juan del Álamo cortó una oreja del tercero e hizo un importante esfuerzo en el sexto toro de la tarde

El diestro salmantino ejecutando un pase de pecho
El diestro salmantino ejecutando un pase de pecholarazon

- Las Ventas (Madrid). Primera de la Feria de San Isidro. Se lidiaron toros de la ganadería de Lozano Hnos y El Cortijillo (1º y 6º) desiguales de presentación y hechuras y muy mansos en general. 1º, va y viene con mucha brusquedad; 2º, complicado, por el izquierdo más claro; 3º, manso pero con transmisión, prontitud y repetición; 4º, difícil y desigual ; 5º, repetidor, soso y desigual; 6º, complicado y sin entrega. Menos de tres cuartos.

- Joselito Adame, de caña y oro, aviso, estocada (silencio); estocada desprendida (silencio).

- Pepe Moral, de gris plomo y oro, buena estocada, tres descabellos (silencio); estocada corta, aviso (silencio).

- Juan del Álamo, de blanco y plata, estocada (oreja); pinchazo, estocada, aviso (silencio).

Al Rey Felipe VI le vimos asomarse por la barrera del tendido Uno antes de que todo empezara. Ya en la primera corrida de la feria Su Majestad mostraba el apoyo a la Fiesta. Lo que todavía no sabíamos es que el festejo sería después un concurso de mansedumbre con ganador muy disputado. Premio desierto a pesar de los muchos intentos e incluso en varias vertientes. El segundo, por ejemplo, sin ir más lejos, elevó la media no sólo saliendo suelto y desentendido del caballo sino en pleno esplendor del encuentro con el peto incluía un salto. Cada cual más estético y definido. O un sexto que derribó al picador pero bien tranquilo podía estar el varilarguero que el toro huyó en dirección contraria. Huida constante de esta corrida de Lozano Hermanos y Cortijllo, muy desigual de presentación y de hechuras que no estuvo a la altura de otras ocasiones. El único atisbo de locura que nos dejó la tarde fue que en el sexto estaba en juego la puerta grande de Juan de Álamo. El de Cortijillo, manso también como si estuvieran aleccionados uno detrás del otro desde el campo, no tuvo entrega ninguna. Jamás. Ni conocerla. El salmantino se puso más firme que la mar, queriendo estar, ser y conseguir en esta primera feria, que tanto dejar por delante, y en un natural, mediada la faena, el toro se fue directo al cuerpo, al pecho y se salvó por la chaquetilla de que el pitón se hundiera en ese rincón que da tantísimo miedo. Le costó recuperarse, descompuesto, fastidiado pero sin volver la cara, recuperó ánimo, muleta y valor y se fue a por el toro. Un par de tandas más por la derecha antes de buscar la muerte al toro, que no la regalaba ni de casualidad. Tenía muchos matices el toro para estar delante y mucha dificultades. Se nos fue la corrida así. Juan del Álamo había cortado una oreja del tercero después de una buena estocada y una faena entusiasta. El toro, manso también no neguemos la evidencia, tuvo cosas buenas y las principales es que tenía prontitud, repetición y trasmitía. En la distancia, en el centro del ruedo fue la partitura que llevó a cabo Del Álamo. Ganas tuvo aunque las tandas no tenían tanta consistencia. Hubo algún muletazo, donde el toro fue más sometido y viajó más por abajo y más largo. La buena estocada y el público le dieron el trofeo y en el sexto hizo un esfuerzo de verdad. Había ganas de ver a Pepe Moral. Pero seguiremos esperando. Dio la cara con un complicado segundo que fue más resuelto al natural y por ahí buscó el sevillano la faena. El mansísimo quinto, que deambuló a su aire de aquí para allá, fue repetidor pero no acabó de empujar en la muleta y así, a pesar del buen concepto que imprimía Moral la extensa faena no despertó pasiones.

Tampoco lo logró el mexicano Joselito Adame que abrió plaza. Qué ingenuos éramos entonces con ese primero que apretó mucho a los banderilleros. Se dejó el animal sin desprenderse nunca de esa punto de brusquedad y la muleta del torero, que sufrió además los estragos del viento, no sumó en la misma dirección que el toro. Cinco o seis veces fue el cuarto al caballo. Cinco o seis veces salió suelto sin querer entrar. No humilló después y en la continuidad de sus embestidas no hubo claridad. Lo intentó Adame pero la mansedumbre podía más.

Hasta costaba pensar que la increíble tarde vivida en la Goyesca, hace apenas unos días, fuera el mismo sitio y casi a la misma hora. Es esa incertidumbre que convive en la Fiesta y nos hace débiles o imbatibles.

Llega la segunda de San Isidro

Se estoqueará un encierro de Fuente Ymbro. En la pasada feria, Ricardo Gallardo lidió una buena corrida con dos astados ovacionados en el arrastre. Los protagonistas de esta comparecencia son: el madrileño César Jiménez, que presume de haber salido cuatro veces por la puerta grande y que realizará el primer y único paseíllo del ciclo esta temporada; el murciano Paco Ureña, que recibió una cornada el pasado año en su primer y único compromiso en San Isidro y el mexicano Octavio García «El Payo», que regresa a Las Ventas desde su aparición en 2012.