
Opinión
El futuro tras la DANA y con Trump
Donald Trump, con su victoria y su próximo regreso a la Casa Blanca, ha destruido el «viejo orden», también económico, y la gran incógnita ahora es qué lo reemplazará

Peter Ferdinand Drucker (1909-2005), considerado el padre del «management», que revolucionó las formas de gestión y administración, solía explicar que «la mejor manera de predecir el futuro es creándolo». Donald Trump, presidente electo de los Estados Unidos, es improbable que conozca las tesis del austríaco-norteamericano y quizá las despreciaría, aunque intenta –y a veces lo consigue– crear su propio futuro. Es lo que va a intentar el primer personaje que vuelve a la Casa Blanca después de haberla dejado, desde Grover Cleveland (1837-1908) en 1892, y ya ha llovido.
El regreso del magnate –«tycoon», lo llamaban en sus tiempos»– al frente de los Estados Unidos, más allá de que provoque que sus detractores se rasguen las vestiduras sobre todo a este lado del Atlántico –sin duda con más que cierta razón–, puede suponer cambios geoestratégicos y económicos de mucho mayor alcance del que pudiera parecer a primera vista. «The Economist», el semanario británico que defendía votar a Kamala Harris, como el mal menor, sostiene que «una victoria impresionante ha coronado a Trump como el presidente estadounidense más importante desde Franklin Delano Roosevelt (1882-1945)». Él también rompió moldes; ganó cuatro elecciones consecutivas como candidato demócrata y provocó que se aprobara una enmienda constitucional que limitaba a dos los mandatos presidenciales.
«Trump ha destruido el viejo orden», afirma «The Economist», que se pregunta: «¿qué lo reemplazará?». El futuro inquilino de la Casa Blanca pretende volver a la histórica posición americana, antes de que Roosevelt se convenciera de que para detener el fascismo a su país le convenía contribuir a poner orden y prosperidad en el mundo, el país era hostil a la inmigración, despreciaba el comercio y se mostraba escéptico ante los enredos extranjeros. «En las décadas de 1920 y 1930, eso condujo a tiempos oscuros. Podría volver a suceder», apunta también «The Economist». Eso incluye que Estados Unidos dejará de ser cada vez más el guardián del mundo, aunque no de golpe, porque, como ha explicado Marco Rubio, el futuro secretario de Estado, «la OTAN es necesaria». Otra cosa es cómo se pague.
Alicia Coronil, economista jefe de Singular Bank, explica en la última actualización de su informe «Escenario macroeconómico» que «con Europa, el futuro presidente podría tener una relación transaccional en la que a cambio de no mantener el statu quo de la OTAN y no imponer aranceles de forma generalizada a los productos europeos, previsiblemente exigirá un mayor esfuerzo de inversión en defensa que favorecerá a su industria militar y una mayor flexibilización para la entrada de productos estadounidenses al mercado de la Unión Europea».
Trump y el equipo que ya ha anunciado, en el que figura Elon Musk, parecen decididos a poner en marcha una serie de medidas –más aranceles, menos regulación, control de la inmigración y reajustar relaciones con sus socios tradicionales–que podrían generar tensiones inflacionistas «y la posibilidad de que la Reserva Federal» que dirige Jerome Powell «se vea obligada a modular el ritmo de rebajas de tipos de interés, concluye Alicia Coronil. Eso condicionaría la política monetaria de Christine Lagarde en el BCE.
Al otro lado del Atlántico, la polarización política española no tiene nada que envidiar a la estadounidense. Incluso la supera, según algunos analistas. Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo han decidido ya golpearse sin piedad en los respectivos traseros de Teresa Ribera, para que llegue, si es que llega, muy debilitada a una vicepresidencia europea, y de Carlos Mazón, que es un todo un fiambre político, al margen de que él mismo sea consciente o no. Todo a cuenta de una DANA con consecuencias trágicas pero que al inquilino de la Moncloa, a pesar de todo, le ha permitido alejar el foco de muchos de sus problemas internos y de estabilidad de su Gobierno. Para Núñez Feijóo, al mismo tiempo, ha sido y es otro quebradero de cabeza, dentro y fuera del PP, que intentará que no le pase factura.
Trump pinta poco en todo esto, pero la reconstrucción en Valencia se hará en su presidencia y para las relaciones comerciales España-USA empieza también una nueva era. El presidente americano, puede negociar aranceles con la Unión Europea, como explica Alicia Coronil, pero también puede haber acuerdos bilaterales, según la percepción de Lorenzo Bernaldo de Quirós, presidente de Freemarket, y en esos pactos la España de Sánchez puede quedar preterida, lo que pone en juego inversiones y exportaciones con decenas de miles de millones en juego. Y sí, conviene crear el futuro, como recomendaba Peter Drucker.
Las necesidades para financiar un futuro más verde
La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, advierte de la «brecha creciente entre los compromisos asumidos y las inversiones necesarias» para financiar un futuro más verde. En un blog del BCE, Lagarde apunta que «la brecha de financiación» está en proceso de ampliación, que las necesidades de financiación son ya un 50% superiores a las previstas con anterioridad y «hasta 18 veces mayores que los compromisos actuales» para cumplir el Acuerdo de París.
España es el tercer país de la OCDE con menor horario laboral
Remitly, una plataforma de envío de dinero, presente en 170 países, con datos de una investigación del Gettysbourg College, ha elaborado un informe sobre cuál es el mejor equilibrio entre trabajo y vida personal en 22 países de la OCDE. Finlandia ocupa el primer lugar y España el puesto 13. Sin embargo, el horario laboral español promedio es el tercero menor, con 7 horas 43 minutos diarios, solo por detrás de Francia (7 horas 38 minutos) y Dinamarca (7 horas 25 minutos).
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