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Televisión

Micrófono para los sin voz

Manuel Buque y Quique Peinado estrenan hoy una nueva temporada de «Radio Gaga», el programa que emite #0, el canal de Movistar+.

Quique Peinado con una de las entrevistadas a las que oye atentamente Manuel Burque larazon

Manuel Buque y Quique Peinado estrenan hoy una nueva temporada de «Radio Gaga», el programa que emite #0, el canal de Movistar+.

Tanto Quique Peinado como Manuel Burque –los conductores de «Radio Gaga», cuya segunda temporada estrena el canal #0 de Movistar+ hoy a las 22:00 horas– se toman el humor muy serio. Saben que es terapéutico y uno de los mejores vehículos para no sucumbir a las tensiones. En el programa es muy importante, porque, como explica Burque, «los entrevistados son gente que no es conocida y que, además, está atravesando distintos problemas. Con un comentario gracioso derribamos un muro y conseguimos que se relajen para que nos cuenten lo que están viviendo».

Su caravana va allí donde haya un colectivo que quiera salir en la televisión para hablar de sus circunstancias en primera persona, sin que ejerzan como intermediarios los periodistas o terceras personas. Burque no oculta que al principio, como le puede ocurrir a algunos espectadores, pudo tener prejuicios ante determinados colectivos fundamentalmente por desconocimiento o, lo que es peor, ante lo que opinan los demás.

Por ejemplo, habla de uno de los episodios en el que han logrado entrar en el Instituto de Trastornos Alimenticios (ITA) «un búnker», así lo define el humorista, en el que adolescentes y jóvenes afrontan sus procesos de anorexia y bulimia. «Iba con alguna idea preconcebida y me las desmontaron, ya que en el origen de su problema hay un trauma infantil. Al final, me enamoré de ellos por su extrema valentía. Son tan inteligentes, tienen tanto atractivo personal... Son personas que aunque tienen poca edad ya han vivido mucho», reflexiona.

Saber escuchar

Por su parte, Peinado rompe una lanza para que los anónimos formen parte de los programas de televisión y no solo estén presentes en los «talents». «La normalidad va a ser una tendencia televisiva, aunque algunos directivos piensen que los buenos datos de audiencia solo pasan por la gente famosa y lo que ocurre con ellos es que la popularidad les lleva a ser muy artificiales», comenta. Ellos preguntan pero sobre todo, escuchan. Muchas veces hay que romper el guión porque la realidad mejora. Tampoco buscan su lucimiento porque, según dice Burque, «tienes que olvidarte de ti mismo y darle todo el protagonismo a la otra persona, algo que no es muy frecuente en televisión». El cómico tampoco se quiere olvidar de los que duermen al raso, a los que dedican un capítulo: «Reconozco que era de los primeros que los veía como parte del decorado urbano. A veces me fijaba y otras no. Después de hablar con algunos de ellos te dicen que prefieren un saludo o que se interesen por su situación que se les dé 20 euros».

Familias que conviven con el cáncer infantil, personas que se han convertido al Islam y conviven con hippies en la Alpujarra, voluntarios de la Fundación Padre Ferrer para lo cual han viajado a India... «Para mí, este programa es una lección de humildad porque cuando los veo pienso la enorme suerte que he tenido en mi vida. Para empezar, una infancia feliz que me ha permitido afrontar con más seguridad los problemas que van surgiendo», dice Burque.

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