Viajes

Descubre la cara más moderna de Lisboa

La histórica capital lusa se reinventa con estos dos restaurantes, dos tiendas y dos museos para presentar su lado contemporáneo, aunque manteniéndose siempre fiel a su rica tradición.

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Topo Chiado

Situado en Chiado, el barrio bohemio de Lisboa, Topo Chiado es un bar y restaurante de tres plantas, con terraza incluida, para sumergirnos en el lado más contemporáneo de la ciudad sin necesidad de abandonar su casco antiguo. A pocos metros fluye manso el río Tajo, camino a deshacerse en las aguas del Atlántico, y al otro lado se extiende mágica la Lisboa histórica. A tiro de piedra se encuentra el Castillo de San Jorge, una hermosa pincelada de arquitectura morisca en esta ciudad marcada por el estilo manuelino. Ideal para tomar una copa o almorzar, el espacio suele estar animado por un DJ cinco días a la semana. Las vistas espectaculares, los cócteles arrullando el paladar, son placeres de Lisboa para experimentar durante horas en compañía de buenas amistades.

El mítico tranvía de Lisboa atravesando el barrio Chiado.
El mítico tranvía de Lisboa atravesando el barrio Chiado.larazon

Cantina de LX Factory

LX Factory es la antigua zona industrial de Lisboa, que se ha convertido en uno de los destinos favoritos de quienes buscan escapar del turismo tradicional. Su nacimiento viene de los jóvenes portugueses que, afectados por la crisis económica impidiéndoles encontrar empleo, decidieron transformar la zona en una de color, alegría y mucha, mucha diversión. Aquí dieron rienda suelta a la imaginación, en pequeños estudios de diseño y arquitectura que se ven como escaparates por el barrio. Bonitos grafitis decoran los muros, pequeños puestos de ropa y antigüedades se desperdigan como gotas de colores. Cantina es, sin duda alguna, el mejor local para tomar un tentempié antes de seguir el paseo. El que fue un comedor para los trabajadores de las fábricas es ahora un amplio espacio con largas mesas para compartir, creando un divertido ambiente de comunidad que encaja estupendamente con el carácter festivo de la ciudad. Tienen buffet de ensaladas y sirven ricas carnes y pescados hechos en horno de carbón.

Conserveira de Lisboa

Cada ciudad o pueblo que visitamos, consigue atrapar pedazos de nosotros mismos, y nosotros no queremos irnos sin habernos llevado algo a cambio. Un detalle, aunque sea, que nos permita arrastrar con nosotros un pedazo de esa ciudad que tanto nos cautivó. En Lisboa, el local al que acudir con dicho objetivo está bien claro: la Conserveira. Este sería un breve interludio entre tanta innovación. La tienda fundada en 1930 apenas ha cambiado su aspecto desde entonces, y logra transportarnos a otra edad más cuidada, más artesanal que la que vivimos ahora. Por si alguno lo duda, venden latas de conserva, efectivamente, delicadamente presentadas y elaboradas por la misma compañía. Aunque se pueden hacer pedidos por internet, si se visita Lisboa no está de más pasarse de visita para descansar de lo nuevo y respirar lo viejo, y comprar tres latas de sus tres marcas, cada una especializada en un producto: atún, jurel y anchoa. Son tres pedazos de Lisboa para llevar bien agarrados de vuelta a casa.

Los coloridos estantes de la Conserveira son la mejor muestra de la delicadeza con la que manejan el producto.
Los coloridos estantes de la Conserveira son la mejor muestra de la delicadeza con la que manejan el producto.Frances Ellenhttps://creativecommons.org/licenses/by-nd/2.0/

Electric Tiger

Parece que el fenómeno hispter ha entrado fuerte en la capital lusa. Es habitual encontrar tiendas de ropa vintage cuidadosamente decoradas a los bordes de cada calzada. Tantas, y nosotros no sabemos en cuál sería acertado entrar. Por eso está Electric Tiger al pie del cañón, para ahorrarnos el mal trago y no perder nuestras preciadas horas en Lisboa tomando decisiones. Entramos. Cazadoras vaqueras, sombreros y camisas con bonitos estampados se despliegan cuidadosamente en las perchas esperando a darnos la bienvenida. Pero lo mejor son las marcas: Rifle, Missoni, Byblos, Moschino, YSL, Pierre Cardin… guardan lo mejor, el lado más cool de la moda europea en el espacio de su tienda. Aunque su constante búsqueda de la originalidad conlleva un pequeño contratiempo: suelen cambiar la decoración de la tienda con asiduidad, y durante los días o semanas que duren los cambios dejan la puerta cerrada a los clientes. Les gusta crear expectación. Y viendo sus productos, con razón.

MAAT

Pocas cosas habrá más interesantes que un museo nuevo. Huele a ilusión, como un artista desgarrando el lienzo vacío con las paletas de colores. El Museo de Arte, Arquitectura y Tecnología (MAAT) abrió en 2016 a las orillas del Tajo y tiene el poder de impresionar a veteranos y novatos de Lisboa por igual. Su fusión entre las tres grandes artes contemporáneas da pie al descubrimiento de las ideas más recientes en el mundo artístico, conocer los pensamientos de las grandes mentes de nuestro siglo. La forma ondulada del Nuevo Edificio, en semejanza a una enorme ola, es un guiño a la historia de Lisboa, recordando los años de navegación por el río Tajo y dejando latente que no olvidan su pasado. Por eso también es posible visitar la Central Tejo, el segundo edificio del museo. Esta antigua central eléctrica que alumbró Lisboa durante 40 años se ha transformado en un centro de aprendizaje sobre el pasado, presente y futuro de las energías. Y de postre, el museo ofrece talleres prácticos sobre las artes visuales, unidas a la temática de sus exposiciones, que nos permitirán una mayor comprensión de la obras al recrearlas nosotros mismos.

El Nuevo Edificio del MAAT recuerda a una enorme ola chocando contra el río Tajo.
El Nuevo Edificio del MAAT recuerda a una enorme ola chocando contra el río Tajo.Stefan Bethkehttps://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0/deed.es

The Switch

Las pequeñas galerías de arte también son un punto fuerte en Lisboa. Creada por Skoya Assemat-Tessandie en el año 2016, la galería The Switch pretende adquirir un tono rebelde contra los estándares actuales en el mundo del arte. Vanguardista en un mundo en el que la vanguardia pasa de moda en cuestión de semanas, se enfrenta duramente contra los críticos de arte. El arte no está para ser juzgado, sino disfrutado, o así lo dan a entender. Los cuadros penden originales en un local espacioso y blanco, agradable a los sentidos y sin sobrecargar el ambiente, en contraposición con otras galerías más tradicionales. Es un espacio estupendo para conocer las nuevas tendencias del arte contemporáneo, diferentes a lo que encontraríamos en un museo abierto al gran público.