Un viaje desde el sofá de casa a partir de las palabras

La vuelta al mundo en 80 días, Julio Verne

Ninguno de los estirados miembros del Reform Club apostaba un duro por que el estrafalario Phileas Fogg fuese capaz de dar la vuelta al mundo en 80 días, allá en el siglo XIX. Como empieza a ocurrir en estas fechas, por aquel entonces no era posible subirse a un avión y circunvolar el globo en un puñado de horas. Así podría decirse que nunca antes nos habíamos sentidos tan identificados con el aventurero creado por Julio Verne. Este clásico atemporal nos hará viajar junto al caballero británico y su mayordomo francés, Jean Passepartout, por Francia, Turín, Calcuta, Hong Kong, San Francisco y muchas ciudades más. El metódico Phileas aprenderá lentamente el valor de la amistad, pequeños detalles que hacen de la vida más placentera, y comprobará maravillado que en ocasiones, el mejor plan consiste precisamente en la continua superación de las situaciones imprevistas.

Viajes con Heródoto, Ryszard Kapuściński

El rey de los reporteros, polaco de nacimiento y ciudadano del mundo por decisión propia, vuelve a demostrar en esta novela su capacidad para analizar el planeta hasta sus esquinas más oscuras. Siempre acompañado por su ejemplar de Historia escrito por el griego Heródoto, visitará por primera vez la India, recorrerá África y conocerá Oriente Medio analizando las situaciones sociales y políticas que vivieron a mediados del siglo XX, comparándolos exhaustivamente con la Historia Antigua. Las edades se entremezclan en las páginas, cuando leemos en un párrafo acerca de la capital de Tanzania, Dar es Salaam, y en el siguiente encontramos un fragmento de Heródoto sobre la batalla de las Termópilas perfectamente aplicable a la situación que Kapuściński esté narrándonos. Es una biblia para el viajero, el reportero, todo aquél interesado en comprender los diferentes hilos que entretejen la Historia presente, pasada y futura de nuestro planeta.

El libro de la risa y del olvido, Milan Kundera

Todavía quedan españoles lejos de la patria y con dificultades para regresar a casa en estas fechas. También para vosotros tenemos la lectura adecuada. Esta obra de Kundera, dividida en un gozoso puñado de relatos cortos, analiza con la exquisita sensibilidad del escritor checo los procesos que llevaron a la sovietización de la República Checa y Bohemia, siempre con un toque de humor como gritando: ¡eh! ¡Todo terminará bien! Y hoy más que nunca necesitamos una voz clara que nos lo repita en los momentos bajos. La novela, un ensayo prácticamente, fue escrito desde la distancia, mientras Kundera residía en París, con la nostalgia propia de quien se sabe lejos de su verdadero hogar. En sus páginas se expresan ternura y deseo, añoranza y esperanza, los sentimientos perfectos para todo aquél que está lejos de casa pero debe mantener fuerte el espíritu.

La encantadora de Florencia, Salman Rushdie

El mejor escritor indio de los últimos cincuenta años no escribe una novela cualquiera, ni su vida es una cualquiera. Nacionalizado británico, amenazado de muerte por los grupos islamistas desde que el ayatolá Jomeini lo condenó a la pena más alta, reside en Nueva York esperando a que alguien revoque su pena para volver a casa. Pero su vida es otra historia, él cuenta esta: Un joven truhan florentino viaja medio mundo hasta alcanzar la corte de Akbar el Grande, gobernante del imperio mogol en la India durante el siglo XVI. Aquí encontrará una cultura radicalmente opuesta a la suya, impregnada del olor de los perfumes y los colores de las flores que decoran los jardines de los palacios asiáticos. Se verá envuelto en guerras y conspiraciones. Será testigo de una extraña epidemia que asola las tierras mogolas. Conocerá a mujeres cargadas de poderes sobrenaturales, encantadoras, y junto a ellas y el emperador Akbar realzará el decadente imperio mogol en su lucha contra las fuerzas invasoras de Persia. Magia, aventura y mucha sagacidad harán falta para que nuestro protagonista sobreviva a sus aventuras tan lejos de su ciudad natal.

Robinson Crusoe, Daniel Defoe

¿Cuántos de nosotros nos sentimos ahora náufragos en el propio hogar? Estos días de aislamiento solitario, contando meticulosamente los alimentos que nos quedan en la despensa, recuerdan vagamente a la sensación de un náufrago recluido en una isla desierta. Robinson Crusoe nos saluda desde su isla para rescatarnos del aburrimiento, igual que rescata a su compañero Viernes de las manos de los caníbales. Aunque nosotros no vayamos a pasar 28 años en una isla desierta, sí podemos aprender ciertas virtudes del inglés. La confianza en la justicia, su eficiencia para sobrevivir en los momentos difíciles y mantener firmes los criterios morales, son bienes escasos en las situaciones de crisis si no se adopta una posición parecida a la suya, capaz de resumirse en una sola palabra: esperanza. Porque todo lo malo acaba, y lo bueno siempre está dispuesto a regresar.

Un vagabundo toca con sordina, Knut Hamsun

Este es el segundo libro perteneciente a la Trilogía del Vagabundo, escrita por el mejor narrador que ha podido regalar Noruega al mundo. Las tres novelas cuentan las aventuras y desventuras de Hamsun, alternando entre la ficción y la realidad, durante sus largas etapas como vagabundo en las zonas rurales de Noruega. Ocurre amor, hay incertidumbre por el futuro. Pero, ¿qué es viajar si no amar y dudar? No saber cuales serán nuestros próximos pasos pero no dejar de valorar cada paso que demos. El equilibrio es la baza que juega Hamsun en su vida como vagabundo. Un equilibrio entre sí mismo y el mundo que le rodea, siempre dispuesto a aceptar las pruebas que presenta la vida sin perder el dominio de sus pensamientos. Hacia el final de la novela, una frase muy concreta se graba en nuestra mente para no olvidarse nunca: “solo el favor de recibir la vida, paga por adelantado todas las miserias de la vida, todas y cada una. No hay razón para que nadie se crea con derecho de recibir más bombones que aquellos que reciben.”

La caza del carnero salvaje, Haruki Murakami

Un publicista japonés de poca monta se mete en problemas al utilizar la vieja foto de un carnero en una de sus campañas publicitarias. Parece ser que dicho carnero tiene una importancia vital para una de las mayores compañías industriales de Japón, y nuestro protagonista publicista se ve obligado a recorrer las islas japonesas en su busca. Días, semanas, meses saltando de isla en isla buscando un carnero muy concreto, perseguido por fuerzas políticas que pretenden hacerle fracasar en su misión a toda costa. ¿Por qué tanto interés por un carnero?, se pregunta el protagonista sin nombre de esta novela. Y rápidamente deshecha sus dudas con un gesto vago de la mano, porque la mentalidad de este publicista ante la vida se resume en gestos vagos de la mano y tropezones en busca del carnero salvaje. Esta actitud tan plácida ante la vida - se ve amenazado de muerte repetidas veces pero no logra darle importancia - cambia lentamente a medida que descubre las bellezas ocultas en las zonas rurales de Japón, asimilándolas para él, lentamente, hasta comprender el verdadero significado de su búsqueda.

La peste, Albert Camus

No podía faltar en nuestra lista de libros. Esta novela se trata con el absurdismo propio de la peste, que no entiende de fronteras ni de clases sociales, quizás menos absurda de lo que parece si nos paramos a pensar con profundidad. La ciudad de Omán se ve conquistada por la fatídica enfermedad y los habitantes deben recluirse en sus casas, los hoteles se utilizan como hospitales, se prohíbe la circulación de vehículos… ¿recuerda a algo? Ya lo creo. Y en esta ciudad de moral alta y baja según los días, unida pese a todo, el lector encuentra confundido en la turbamulta de argelinos a un periodista francés atrapado en la ciudad, sin posibilidad de salir de ella. Quiere regresar a París donde le espera su joven esposa pero no es posible salir hasta que la peste termine. Esta es una novela donde Camus saca a relucir con su brillantez habitual el lado bueno y malo del ser humano, el mejor y el peor que puede dar el hombre en situaciones como esta. De nosotros depende elegir si seremos Cottard, figura egoísta que se beneficia del sufrimiento ajeno; el doctor Bernard Rieux, héroe sanitario de la epidemia; o Raymond Rambert, el reportero confinado en una ciudad extraña que consigue dejar de lado sus intereses personales para ayudar, en todo lo posible, a terminar con la epidemia.

El Millón, Marco Polo

Pocos saben que la existencia de Marco Polo ha sido puesta en duda numerosas veces. Nadie sabe si el famoso mercader veneciano existió en realidad, y de hacerlo, que viviera durante 28 años en la corte de Kublai Kan, ya que no hay constancia alguna de su estancia en Mongolia. Todo lo que sabemos de esta impresionante figura lo conocemos a partir del libro que supuestamente escribió, El Millón. En esta novela – algo complicada de encontrar actualmente – narra sus aventuras de camino a Mongolia, los años de servicio al emperador y el largo y penoso viaje de regreso a Venecia, ya anciano. Explica con una objetividad asombrosa para los estándares de la época cómo eran los reinos lejanos a Europa, sus costumbres y diferencias, y lo que es más importante, esos pequeños puntos de apoyo semejantes a los europeos que hacen del mundo uno más parecido de lo que a veces pensamos.

Hacia rutas salvajes, Jon Krakauer

Un joven estadounidense de familia acomodada decide romper con todo, incluso consigo mismo, y subir el continente americano hasta alcanzar las tierras gélidas de Alaska. Su objetivo es renovarse a sí mismo, después de haberse borrado completamente, y vivir en la libertad de los bosques subsistiendo de la caza y la recolección. Por el camino conocerá a sufridos trabajadores de la tierra, hippies, hombres solitarios, siempre acompañado por los grandes de la literatura que le soplarán el ánimo cuando la soledad y la incertidumbre de su empresa amenacen con dominarle. Es una novela que narra la historia del valor alocado. Del valor juvenil exento de consecuencias, egoísta incluso, cuando su familia ignora su paradero pero él no hace siquiera el amago de confiárselo. Del valor del viajero que soporta palizas lejos de casa, hambre y cualquier desventura posible con tal de alcanzar su irrealizable destino: conocer cada rincón del mundo y hacerlo suyo, antes de que la vida les arrolle e impida continuar buscando.