Destinos
Diez joyas locales para una escapada rural
Ahora que toca priorizar los destinos al aire libre y sin masificaciones, aquí va un puñado de ideas con algunos de los pueblos más espectaculares de nuestro país, aunque hay más, muchos más...
Si hay algo que nos ha regalado la Covid-19 es la oportunidad de descubrir destinos cercanos con mucho encanto. Ahora toca priorizar esos rincones próximos, sin masificaciones y rodeados de naturaleza, lo que garantiza la seguridad en tiempos de pandemia. Y ahí los destinos rurales se alzan como un acierto seguro, así que aquí va un puñado de joyas nacionales que no hay que perderse, tal y como recomiendan los expertos de Civitatis.
La Alberca, Salamanca
En el corazón de la sierra de Francia, al sur de la provincia de Salamanca, se encuentra uno de los mejores destinos rurales de España: La Alberca, cuyo nombre es de origen árabe y significa depósito de agua. Calles estrechas, balcones, soportales… La buena conservación de la arquitectura típica de la región, hace que sea uno de los pueblos más visitados de Castilla y León. Además del encanto de sus construcciones, La Alberca posee una gran riqueza en tradiciones y costumbres, como la representación de la Loa, que se celebra en agosto, y es Fiesta de Interés Turístico Nacional.
Alquézar, Huesca
En Huesca es posible conocer la bonita villa de Alquézar, declarada Conjunto Histórico-Artístico en 1982. Al recorrer sus calles, el viajero imagina que está retrocediendo en el tiempo, y es que su casco histórico medieval no deja a nadie indiferente. Incluso quedan algunos tramos de muralla que datan del siglo XI. Por si fuera poco, Alquézar forma parte del Parque Natural de la Sierra y Cañones de Guara, por lo que también es un destino ideal para disfrutar de la naturaleza, del arte rupestre y, por supuesto, de los deportes de aventura.
Tejeda, Gran Canaria
Tejeda es uno de los mejores destinos rurales de España, no solo por sus paisajes de película y sus casas típicas canarias, sino también por el rico patrimonio arqueológico y geológico que posee. Ubicada en el centro de la isla, Tejeda se encuentra a unos 1.000 metros de altitud, rodeada por las montañas sagradas de Gran Canaria, declaradas Patrimonio de la Humanidad. Cerca de esta localidad se puede visitar el Roque Nublo y el Roque Bentayga, dos monumentos naturales de gran singularidad, considerados como lugares de culto para los aborígenes.
Aracena, Huelva
La población onubense de Aracena es capital de la comarca, a la que da nombre a la Sierra y al Parque Natural, así como uno de los destinos rurales más populares del sur del país. Recorriendo el casco histórico de la localidad, declarado Bien de Interés Cultural, es posible encontrar importantes monumentos como su antiguo castillo. Para quien prefiera la naturaleza, Aracena es también un destino perfecto. Allí se encuentra la impresionante Gruta de las Maravillas, uno de los conjuntos kársticos más importantes de España.
Cudillero, Asturias
Este pequeño municipio asturiano es un compendio de cultura, gastronomía, tradición, paisajes de playas únicas, verdes valles, ríos, cascadas… Para conocer esta villa marinera declarada Conjunto Histórico Artístico no hay nada mejor que recorrer sus calles, y maravillarse con sus casas de colores que parece que cuelgan de la montaña, su pintoresco puerto, y, por supuesto, sus miradores. Desde estos lugares privilegiados se obtienen las mejores panorámicas de la costa occidental de Asturias.
Albarracín, Teruel
Además de ser uno de los lugares con más encanto de Teruel, Albarracín es uno de los destinos rurales más bonitos de España por aunar naturaleza e historia de una forma única. Con su espectacular casco histórico enclavado a 1.182 metros de altitud en la sierra, esta localidad aragonesa permite viajar en el tiempo, al menos de forma figurada. La catedral de San Salvador, la Casa Azul, las murallas, los diferentes miradores o, simplemente, pasear por sus calles, son algunos de los imprescindibles a la hora de visitar este bonito pueblo declarado Conjunto Histórico-Artístico desde 1961.
Muxía, La Coruña
En la famosa Costa da Morte se ubica el pequeño pueblo marinero de Muxía, el punto más occidental de Galicia y de la España peninsular. Es el lugar perfecto para disfrutar de la última puesta de sol de la Europa continental. Además, para muchos peregrinos, es el verdadero final del Camino de Santiago. Desde el misticismo que rodea el Santuario de la Virgen de la Barca, hasta los serpenteantes caminos que invitan a caminar sin rumbo fijo, Muxía suma naturaleza, cultura y tradición.
Pedraza, Segovia
Tras los restos de su muralla y con la Sierra de Guadarrama de fondo, se encuentra Pedraza, una de las villas medievales más bellas y mejor conservadas de Castilla y León. Con sus casonas típicas, su iglesia románica y su plaza porticada, esta pequeña localidad de Segovia parece mantenerse inmutable, como si el paso del tiempo no le afectara lo más mínimo. Añadido a su casco histórico envidiable, en Pedraza es posible disfrutar de la peculiar Noche de las Velas. Al esconderse el sol, el alumbrado eléctrico se apaga para dar total protagonismo a las velas que cubren los balcones y las calles del pueblo.
Guadalupe, Cáceres
Otra cita obligada en la ruta por las joyas rurales de España es este pequeño pueblo que surgió alrededor de una ermita. Se trata de Guadalupe, uno de los grandes centros de peregrinación al que acudían caminantes desde todas partes de la península. En la ubicación de aquella pequeña iglesia, y tras siglos de construcciones, añadidos y modificaciones, encontramos hoy en día el Real Monasterio de Santa María de Guadalupe, uno de los mayores símbolos de Extremadura que fue declarado Patrimonio de la Humanidad. Pero además Guadalupe posee un bonito casco histórico lleno de balcones con flores y unas calles con soportales que acogieron en su momento a los comerciantes de la localidad.
Valverde de los Arroyos, Guadalajara
A 85 kilómetros de Guadalajara se ubica uno de los pueblos más bellos de Castilla-La Mancha. Valverde de los Arroyos es conocido por la peculiaridad de sus construcciones de arquitectura negra. Y es que, además de la pizarra y la madera, se emplea como elemento constructivo la piedra gneis, una cuarcita que refleja los rayos del sol otorgando a las casas una luminosidad dorada espectacular.
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