
Viajes
Cartagena: Pasión entre monumentos
La ciudad murciana propone una Semana Santa en la que tradición y arte se encuentran en cada procesión

La Semana Santa de España empieza en Cartagena con la procesión del Cristo de Socorro, un Vía Crucis que arranca en la madrugada del Viernes de Dolores junto al Teatro Romano y con el alba alcanza la basílica de La Caridad. Así empieza una semana de pasión en la que las cofradías sacan a la calle un rico patrimonio escultórico, compuesto por obras de Salzillo, Capuz y Benlliure.
La Semana Santa es una gran ocasión para conocer una de las mayores y más recientes ofertas de patrimonio histórico generadas en una ciudad española. Las procesiones, que sorprenden por el orden de sus desfiles y sus grandes tronos llevados a hombros, se desarrollan en una ciudad con un gran casco histórico peatonalizado en el que conviven edificios modernistas con monumentos romanos y uno de los mayores sistemas defensivos del Mediterráneo.
Conjunto monumental de gran interés
Los desfiles tienen como escenario el centro de la ciudad, flanqueado por espectaculares edificios modernistas y salpicado de monumentos cartagineses y romanos. En los últimos años, se ha desarrollado una red de museos y centros de interpretación, destacando el conjunto formado por el Teatro Romano y su museo, el Museo Nacional de Arqueología Subacuática (Arqua), que alberga barcos fenicios y el Tesoro de la fragata Mercedes, y El Molinete, el mayor parque arqueológico urbano de España, donde es posible contemplar huellas cartaginesas, así como edificios y templos que datan de la época romana.
Entre sus cerca de 20 instalaciones museísticas, el viajero puede contemplar el prototipo de submarino creado por Isaac Peral, en el Museo Naval; unos refugios antiaéreos de la Guerra Civil o los restos de la muralla de la ciudad del general Aníbal, la mayor construcción cartaginesa que se conserva en la Europa continental.
Este destino invita a descubrir su historia y sus 40 kilómetros de maravillosas playas
En Cartagena se puede combinar procesiones y cultura con un paseo por sus 40 kilómetros de playas e, incluso, un baño, en las playas que Cartagena tiene en La Manga, en el Mar Menor o en La Azohía. Los aficionados al submarinismo aprovechan estos días de descanso para practicar este deporte en Cabo de Palos, considerado uno de los mejores destinos europeos para el submarinismo por la presencia de pecios y la riqueza de su fauna marina protegida por la Reserva Marina de Cabo de Palos-Isla de las Hormigas.
Cartagena es un auténtico museo al aire libre. Fundada por los cartagineses en el siglo III a.C., ha sido testigo de la presencia de romanos, árabes y cristianos, dejando un legado impresionante que hoy se puede recorrer con facilidad en un itinerario que muchos comienzan en el castillo de la Concepción, la parte más alta de la ciudad desde la que se puede contemplar la impresionante dársena de Cartagena, en la que conviven una base naval, astilleros, un puerto de pescadores y actividades deportivas.
Un recorrido entre procesiones, cultura y patrimonio en una ciudad con alma propia
Entre los más imponentes vestigios de su pasado se encuentra el Teatro Romano, una de las grandes maravillas arqueológicas de España. Descubierto en 1987 y restaurado con gran esfuerzo, este teatro del siglo I a.C. es hoy un emblema de la ciudad. En su museo, los visitantes pueden conocer más sobre la historia y la función de esta joya arquitectónica. Además, otros enclaves como el Museo del Foro Romano, el Augusteum o la Casa de la Fortuna, sirven para conocer la importancia de la ciudad en época romana.
Esplendor modernista
En los siglos XIX y XX, la ciudad vivió un notable auge económico gracias a la explotación minera, lo que propició la construcción de impresionantes edificios modernistas. Pasear por la Calle Mayor es un placer para los amantes de la arquitectura, con ejemplos tan sobresalientes como la Casa Llagostera, el Gran Hotel y el Palacio Consistorial. La ciudad está repleta de balcones de hierro forjado y fachadas decoradas con motivos florales que hacen de cada rincón un homenaje a la elegancia de esa época.
La cocina de este destino es otro de sus grandes atractivos. Basada en productos del mar y de la huerta, la gastronomía local ofrece delicias como el caldero, un arroz meloso cocinado con pescado de roca y alioli, o los michirones, un guiso de habas secas con chorizo y jamón.
Los amantes del dulce no pueden dejar de probar el asiático, un café con leche condensada, Licor 43 y canela que es todo un símbolo de la ciudad.
La gastronomía cartagenera ha crecido en los últimos años sumando a la cocina tradicional la oferta de cocina de vanguardia creada por nuevos chefs emergentes. Cartagena es una gran sorpresa para el nuevo turista, pero también para el visitante frecuente, ya que las novedades son permanentes.
El Ayuntamiento abre este año la casa natal de Isaac Peral, está ampliando las excavaciones del Teatro Romano y avanza en la recuperación de un anfiteatro romano. La oferta continúa creciendo.
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