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Curiosidades

Este es el pueblo de España donde el verano es infinito: 300 días de sol, 4 kilómetros de playa y una fiesta dedicada a las migas

En la costa andaluza hay un municipio donde el abrigo casi nunca sale del armario: disfrutan de días de sol casi todo el año, temperaturas suaves en pleno invierno y un litoral que invita a vivir de cara al mar

Este es el pueblo de España donde el verano es infinito: 300 días de sol, 4 kilómetros de playa y una fiesta dedicada a las migas Unsplash

En esa franja luminosa del Mediterráneo el clima marca el ritmo de la vida diaria. La media anual ronda los 18 grados, las terrazas se llenan incluso en enero y los paseos junto al mar son un plan posible prácticamente cualquier día del año. Quien llega en busca de sol de "fuera de temporada" descubre que allí la palabra invierno se pronuncia en voz muy baja.

Además del tiempo envidiable, el municipio presume de varios kilómetros de playa -con un faro icónico vigilando la costa- y un interior que huele a pueblo blanco andaluz: macetas en las fachadas, cuestas empedradas y balcones llenos de flores. Entre todo eso, una cita gastronómica muy especial, una gran fiesta popular que gira en torno a un plato humilde y delicioso: las migas.

Torrox, el rincón de Málaga que presume del "mejor clima de Europa"

Hablamos de Torrox, en la Axarquía malagueña, un municipio dividido entre un casco histórico de casas encaladas en el interior y una zona de costa con playas amplias y un faro que se ha convertido en postal oficial. Su eslogan turístico lo dice todo: aquí se disfruta de uno de los mejores climas de Europa, con sol casi permanente y temperaturas suaves durante todo el año.

A sus más de 300 días de sol y sus alrededor de 4 kilómetros de playa se suma un centro histórico lleno de encanto: calles estrechas y empedradas, plazas tranquilas y balcones que parecen pequeños jardines colgantes. Y, como gran celebración, una multitudinaria fiesta de las migas, donde este plato tradicional se convierte en excusa perfecta para reunirse, escuchar música y brindar, cómo no, al aire libre.