Vacaciones
Recorrer Flandes sobre ruedas
La región belga de Flandes es un destino perfecto para escaparse en otoño. Los castillos, museos, iglesias medievales, pueblos pintorescos y ciudades artísticas resultan aún más cautivadores cuando se llega en bicicleta
La región belga de Flandes es un destino perfecto para escaparse en otoño. Los castillos, museos, iglesias medievales, pueblos pintorescos y ciudades artísticas resultan aún más cautivadores cuando se llega en bicicleta
Pintura, chocolate, cerveza, ciudades de cuento... Con estas pistas no es de extrañar que nuestra imaginación viaje hasta el corazón de Europa. Y no va desencaminada, pues en Flandes tienen nombre propio pintores como Rubens o Van Dyck, pastelerías especializadas en chocolates como Neuhaus (inventor del bombón hace más de cien años) o ciudades más propias de una fábula infantil como Brujas o Gante. La región de Flandes es un destino cercano y muy atractivo para los españoles gracias a su completa oferta cultural, gastronómica, arquitectónica y de ocio, con una gran variedad de bares (donde la cerveza es la estrella indiscutible) y tiendas boutique en las que disfrutar de una jornada de «shopping».
El otoño es una época perfecta para descubrir la región de Flandes y toda la diversidad que ofrece al viajero, gracias a propuestas como la «Fiesta de la ginebra», de Hasselt que se celebrará el próximo fin de semana en el centro de esta coqueta ciudad. El sábado, las bebidas son en el «Borrel Man» que convierte el agua en ginebra, mientras que el domingo se celebra la tradicional competición de camareros.
En bicicleta
Durante el otoño otra actividad muy recomendable es descubrir la región sobre dos ruedas, gracias a temperaturas que todavía son agradables. Flandes no se caracteriza precisamente por sus altas montañas. Sus llanuras y el patrón urbano de sus ciudades la convierten en una región idónea para recorrer sobre ruedas. De hecho, el viajero puede escoger un paseo por el interior de alguna de las ciudades de arte o atreverse con una de las rutas por sus alrededores y la campiña flamenca. La experiencia merece la pena, ya que los castillos, museos, iglesias medievales, pueblos pintorescos y ciudades artísticas resultan aún más cautivadoras cuando se llega en bicicleta. Los amantes del aire libre pueden disfrutar de la total tranquilidad de la campiña flamenca con parques nacionales, bosques, colinas, canales y ríos, gracias a un sofisticado sistema de carriles bici que atraviesan la región.
Con sabor a chocolate
Después de una larga caminata en bicicleta hay que reponer fuerzas, y eso es bien sencillo en Flandes, pues para los flamencos comer es una experiencia sabrosa y agradable. Por ello, aquí no hay que perder la oportunidad de chuparse los dedos con un delicioso gofre, patatas fritas, cerveza y bombones de chocolate. Casi en cada esquina de cualquier calle de una ciudad de Flandes podemos encontrar un lugar en el que comer buen chocolate, por lo que los golosos no lo tienen fácil. De hecho, la elección se presenta imposible cuando nos enfrentamos a un escaparate repleto de centenares de sabores y tipos de chocolates, ya sea en forma de bombones, tabletas o pequeñas esculturas. Pero, sea cual sea la elección, el paladar vive una explosión de sabor imposible de olvidar. Y algo así ocurre también con la cerveza, ya que en Flandes hay más de 1.500 diferentes variedades, muchas de ellas con sus propias jarras de cerveza personalizadas en las que sólo puede servirse esta bebida. Más información sobre esta región en la página web www.flandes.net.
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