Oporto

Casillas se rehace sin presión

La Razón
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Ante Eslovaquia nuestra Selección tenía un partido incómodo y clave para recuperar el liderato del Grupo C. El duelo nos dejó buenas sensaciones. Primero, un claro triunfo del equipo nacional, referenciado con un buen juego y un resultado corto por la superioridad de los nuestros sobre el césped. Otra buena noticia fueron los 100 partidos de Casillas como capitán y los 163 entorchados internacionales, sólo al alcance de los números uno.

Dos años de altibajos

El portero no tuvo excesivo trabajo, pero realizó dos buenas intervenciones, que nos recordaron a ese guardameta que salvaba partidos y daba puntos... en otra época no muy lejana. Casillas recibió el cariño de los aficionados del Tartiere y dejó atrás los dos últimos años como madridista, en los que la exigencia hacia su figura fue máxima, con demasiados altibajos y una presión que no fue capaz de soportar.

Más estilizado

Sólo su salida al Oporto parece haberle dado la paz que había perdido. Sí es cierto que el capitán de la Selección bajó su rendimiento y que las exigencias del madridismo con él también subieron. Unas circunstancias que el guardameta no fue capaz de superar en los últimos tiempos, lo que le llevó a recalar en el Oporto, un gran club, pero en una Liga menor, de muchísimo menor nivel que las grandes. En el conjunto luso, Casillas parece haber recobrado la ilusión por el fútbol y eso se le nota en casi todo: está más estilizado, su lenguaje gestual y corporal en la portería es muy diferente al que tenía en esta última y convulsa etapa como jugador blanco. Las sensaciones para él son positivas. Vive y juega sin presión y su sonrisa delata que está volviendo a disfrutar del fútbol.