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Así vigila y persigue la DGT a los conductores peligrosos: ¿cuál es la multa?

El Reglamento General de Circulación diferencia entre conducción temeraria y conducción negligente, siendo ambas muy perseguidas por la DGT pero con diferentes sanciones.

Un ejemplo de conducción temeraria, la más castigada por la DGT
Un ejemplo de conducción temeraria, la más castigada por la DGTlarazonDGT

La conducción sigue siendo uno de los principales problemas de España en cuanto a siniestralidad, pues miles de personas siguen falleciendo cada año por accidentes de tráfico y en algunos casos estos son provocados por dos conductas al volante que conllevan sanciones muy graves, y la Dirección General de Tráfico (DGT) lo sabe.

El Reglamento General de Circulación diferencia entre conducción temeraria y conducción negligente, siendo ambas muy perseguidas por la DGT al poner en peligro no solo al propio infractor sino también al resto de conductores. Eso sí, no conllevan las mismas multas y la primera es mucho más castigada que la segunda. El siguiente vídeo sería un ejemplo de conducción temeraria.

Diferencia entre conducción temeraria y conducción negligente

Una conducción temeraria es cuando se pone en riesgo y de forma intencionada al resto de vehículos que circulan por la misma carretera, como por ejemplo no respetar la distancia de velocidad o hacer frenazos bruscos buscando un alcance. La DGT prevé multas de 500 euros y la retirada de 6 puntos del carnet, pero puede conllevar una pena de cárcel de hasta 5 años si llega a producirse un accidente por este tipo de conducción.

Por otro lado, se considera conducción negligente cuando el conductor comete imprudencias en la carretera sin prestarle demasiada atención a su forma de conducir. En estos casos se considera una infracción grave que no detrae puntos del carnet, pero que sí supone una sanción económica de 200 euros.

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