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Espacio Misterio

El sospechoso silencio de la NASA sobre el objeto interestelar 3I/ATLAS

Hace unos días, la NASA dejó de actualizar sus plataformas digitales relacionadas con el objeto interestelar 3I/ATLAS

Hay una conspiración para silenciar los datos del 3iATLAS Espacio Misterio

El pasado 1 de octubre, mientras el Gobierno de Estados Unidos afrontaba un nuevo shutdown que paralizó temporalmente a la NASA, un acontecimiento astronómico sin precedentes pasaba casi inadvertido: el sobrevuelo del objeto interestelar 3I/ATLAS cerca de Marte, a tan solo 30 millones de kilómetros. Cinco sondas —de Estados Unidos, Europa, China y Emiratos Árabes— se encontraban en posiciones idóneas para registrar el fenómeno. Sin embargo, una semana después, el resultado visible se resume en unas pocas y difusas imágenes sin procesar tomadas por la cámara NavCam del rover Mars Perseverance.

El silencio posterior es tan inusual como inquietante. Ni la NASA ni la Agencia Espacial Europea (ESA) han difundido material científico sobre el sobrevuelo. La primera se ampara en la parálisis administrativa derivada del cierre del Gobierno federal. La segunda ha prometido dar datos próximamente, aunque sin mostrar avances. China, que suele aprovechar cualquier oportunidad para exhibir su tecnología espacial, tampoco ha ofrecido imágenes desde su sonda Tianwen-1. Emiratos, por su parte, guarda el mismo mutismo.

Un silencio poco habitual

La falta de información pública ha despertado todo tipo de especulaciones en la comunidad científica y en las redes sociales. La congresista estadounidense Anna Paulina Luna, próxima al entorno del presidente de EE UU, Donald Trump, publicó en la red X un comentario en el que aseguraba haber hablado con el astrofísico Avi Loeb, de la Universidad de Harvard. Según Luna, Loeb habría señalado que la forma alargada que se aprecia en una imagen del Perseverance podría deberse a una distorsión por el tiempo de exposición de la cámara mientras el objeto atravesaba el cielo marciano. “Si la foto es real —añadió Loeb—, no hay razones para pensar en algo artificial, pero sí en un fenómeno que merece estudiarse con cautela”.

Hasta el momento, solo Stephen Miller, subdirector de Políticas de la Casa Blanca, ha hecho una referencia oficial al tema. En declaraciones televisivas del 3 de octubre, minimizó la importancia del encuentro entre Marte y 3I/ATLAS: “No hay nada de lo que preocuparse”, aseguró. Sin embargo, la ausencia de datos en un contexto donde múltiples agencias espaciales competidoras operan de forma independiente resulta, cuanto menos, llamativa.

China, el factor decisivo

El caso de China es especialmente significativo. La sonda Tianwen-1, operativa desde 2021, ha publicado más de 14.000 imágenes de Marte y un detallado mapa global del planeta. Además, la agencia espacial china (CNSA) suele divulgar rápidamente sus logros tecnológicos, como la reciente “selfie” de la misión Tianwen-2 tomada a 590.000 km de la Tierra. En este contexto, su silencio resulta aún más sorprendente. Ningún comunicado de la CNSA, ni filtraciones a medios estatales como Xinhua o CGTN, ni siquiera una imagen parcial del sobrevuelo.

Según explica el analista espacial Javier Armentia, “si 3I/ATLAS fuera simplemente un cometa o un fragmento rocoso interestelar, China habría aprovechado la ocasión para presumir de su capacidad de observación, especialmente en un momento de debilidad institucional de la NASA”. Que no lo haya hecho, dice, “indica que el material obtenido es o bien insuficiente o bien demasiado sensible”.

Imagen de la NavCam del Mars PerseveranceEspacio Misterio

¿Coordinación o censura científica?

No es la primera vez que un objeto interestelar genera debate. En 2017, "Oumuamua" desató una polémica global por sus características atípicas. Avi Loeb, una de las voces más reconocidas en ese debate, ha vuelto a alzar la voz. En un reciente artículo, subraya que “el momento de silencio informativo coincide con el instante en que más datos deberían haberse obtenido”. Para Loeb, “cuando todos callan al mismo tiempo, es señal de coordinación, no de coincidencia”.

La hipótesis más prudente apunta a un retraso logístico: el shutdown estadounidense ha paralizado temporalmente la comunicación científica y el intercambio de datos con socios internacionales. No obstante, la falta de pronunciamientos de agencias como la CNSA o la ESA plantea preguntas más profundas sobre el nivel de cooperación y transparencia entre potencias espaciales.

La última fotografía oficial del ATLAS se remonta al 27 de agosto de 2025Espacio Misterio

La próxima oportunidad: noviembre

El objeto 3I/ATLAS volverá a situarse en una posición clave a finales de noviembre, cuando alcance su perihelio (el punto más cercano al Sol). Los astrónomos confían en que ese será el momento decisivo para determinar su naturaleza. Si el objeto mantiene su trayectoria hiperbólica, se confirmará su origen interestelar y su paso fugaz por el Sistema Solar. Pero si, como sugieren algunas simulaciones, modifica su velocidad y permanece en órbita solar, las implicaciones científicas serían enormes.

Mientras tanto, la NASA culpa a los recortes y la parálisis presupuestaria, la ESA insiste en sus protocolos de revisión, y los Emiratos prefieren mantenerse al margen. Pero el silencio conjunto —incluso de China— alimenta la sospecha de que hay más en juego que simples demoras técnicas.

En una era en la que cada píxel astronómico se comparte al instante, el silencio coordinado de las grandes potencias espaciales no puede pasar desapercibido. Tal vez no estemos ante un pacto de censura global, pero, en ciencia como en política, los silencios también comunican. Y este, más que burocrático, suena a misterio por resolver.