América Latina
Estado de emergencia en Puerto Rico por sequía
La gobernadora de Puerto Rico declaró el lunes estado de emergencia debido a la grave sequía que se extiende por la isla durante la pandemia de coronavirus
(AP). A partir del 2 de julio, casi 140.000 clientes, incluidos algunos en San Juan, la capital, estarán sin agua durante 24 horas cada dos días como parte de las estrictas medidas de racionamiento. La compañía de agua y alcantarillado de Puerto Rico exhortó a las personas a no acumular agua en exceso porque podría empeorar la situación, y los funcionarios pidieron que todos utilicen mascarillas y mantengan la distancia social si van por agua a uno de los 23 camiones cisterna colocados por toda la isla.
“Le pedimos a los clientes moderación”, dijo Doriel Pagán, directora ejecutiva de la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados de Puerto Rico, y agregó que no podía indicar cuánto durarán las medidas de racionamiento.
Fernanda Ramos, meteoróloga del Servicio Nacional de Meteorología de Estados Unidos en San Juan, dijo que las condiciones actuales de sequía serán interrumpidas por tormentas previstas para el miércoles y jueves en la isla.
“Sin embargo, no pronosticamos suficiente lluvia… para solucionar el problema que tenemos”, dijo.
Más de 26% de la isla experimenta sequía severa y otro 60% sufre una sequía moderada, según el Monitor de Sequía de Estados Unidos. A mediados de mes se impusieron medidas para racionar el agua que afectan a más de 16.000 clientes en algunas comunidades de la región nororiental de la isla.
La gobernadora Wanda Vázquez dijo que 21 de los 78 municipios de la isla padecen de una sequía severa, mientras que otros 29 registran una sequía moderada. Añadió que hay 12 municipios que reportan condiciones secas fuera de lo común. La peor parte de la sequía se concentra en la región sur del territorio, que continúa siendo afectada por réplicas del sismo de magnitud 6,0 que afectó la zona a principios de enero, dejando millones de dólares en pérdidas.
El anuncio de Vázquez se dio a conocer en medio de las fuertes críticas a su gobierno por no dragar los embalses, lo que habría eliminado el sedimento y evitado la pérdida excesiva de agua. Pagán afirmó que, desde el paso del huracán María, la compañía de agua ha sostenido conversaciones con la Agencia Federal de Manejo de Emergencias (FEMA por sus iniciales en inglés) sobre una inversión de 300 millones de dólares para dragado. La funcionaria atribuyó el prolongado proceso a la cantidad de estudios y análisis necesarios que requieren de la aprobación de la FEMA.
Las próximas medidas de racionamiento de agua afectarán a consumidores cuyo suministro depende de la represa de Carraízo, una de 11 bajo operación del gobierno de la isla. Pagán dijo que la última vez que se dragó ese embalse fue a finales de la década de 1990. Otras cinco reservas se encuentran bajo observación del estado. Las autoridades ya han implementado otras medidas, como la activación de pozos y la transferencia de más de 30.000 clientes de Carraízo a otras reservas.
La Autoridad de Acueductos está reestructurando una porción de su multimillonaria deuda y, a consecuencia de sus adversidades financieras, ha suspendido todos los proyectos de mejorías, incluyendo el dragado.
Natalie Jaresko, directora ejecutiva de la junta de control federal que supervisa las finanzas de Puerto Rico en medio de una profunda crisis económica, dijo el lunes que cerca del 60% del agua es desperdiciada o robada. Se prevé que un proyecto próximo para la instalación de medidores en las instalaciones de producción de la compañía mejore sustancialmente la situación, y la junta federal ha aprobado un plan fiscal para la compañía que incluye proyectos de dragado.
La última vez que Puerto Rico sufrió de una sequía devastadora fue hace cinco años, cuando más de 2,5 millones de personas resultaron afectadas y debieron implementarse medidas severas de racionamiento de agua. Durante esa época, alrededor de 400.000 personas recibían agua cada tercer día.
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