Literatura
Esteban González Pons: «Soy demasiado mayor para el Tinder»
Desgrana los detalles de su primera novela, “Ellas”, publicada por Espasa
El eurodiputado Esteban González Pons (Valencia, 1.964) se ha puesto el traje de escritor y presenta su primera novela, «Ellas» (Espasa), una historia de amor ambientada en la Valencia que ha vivido.
¿Cómo está llevando la promoción del libro?
Completamente distinto a lo que estoy acostumbrado porque los políticos cuando nos sometemos a una entrevista da lugar a una esgrima entre el político y el periodista en la que el periodista quiere que el político diga y el político quiere no decir. Como autor lo que quiero es contar y no guardarme nada.
También le colamos algunas preguntas políticas...
Es inevitable. Al ser un político que se quiere convertir en escritor tengo ventajas e inconvenientes. La ventaja principal es que mi nombre es conocido antes de que se publique el libro. El inconveniente es que es conocido para mal porque soy político.
Habla de Valencia y de una época que conoce.
Hablo de tres momentos históricos que resumen la historia de mi generación: el verano del 73, cuando fuimos pequeños y todavía vivía Franco y la vida era muy sencilla para quienes no teníamos por edad inquietudes políticas. El año 2006, que es el año de la «belle epoque» española; y en tercer lugar el 2016, después de la eclosión de la burbuja inmobiliaria, cuando nos dimos cuenta de que nuestra riqueza había sido un espejismo y volvíamos a ser tan pobres como en 1.973.
Dice que la inquina es valenciana y que los valencianos han terminado estigmatizados por lo que se ha hecho en toda España.
El rencor y el cainismo son muy valencianos, nos malqueremos como nadie. Valencia se ha convertido en sinónimo de aquella época de dinero fácil y decisiones precipitadas, cuando no hizo nada distinto a lo que hicieron el resto de ciudades españolas. Ha llegado la hora de empezar a contar y escribir lo que sucedió.
¿Por qué una novela de amor y no una sobre lo que vivió como político y que no se cuenta nunca?
No comparto el fundamento de su pregunta porque yo cuando iba a publicar el libro pensaba que se iba a formar un escándalo con lo que contiene de autocrítica de aquella época. Porque se habla de las obras de Calatrava, de la Copa América, de la visita del Papa, del accidente del metro... Sin embargo, lo que ha dado que hablar es que hable de sexo.
Habiendo sexo todo lo demás se obnubila. La vida misma.
De la mirada crítica hacia Valencia nadie ha escrito una línea, sin embargo me han puesto en la picota porque en una novela de amor hay escenas sexuales. Este país no ha cambiado ni cambiará.
¿Cómo lleva esas críticas?
Me sorprende la mojigatería de algunos críticos porque si yo no fuera político estas escenas sexuales del libro no habrían llamado la atención de nadie, entre otras cosas porque el sexo en mi novela está ligado al amor, como yo creo que sucede en la vida. Este es un país que no le importa si los políticos son mentirosos pero le gusta que sean asexuados. Cualquier escritor habría tenido que meter escenas de sexo, si no lo hubiera hecho me habrían llamado cursi, como lo he hecho me llaman sátiro.
Este es de los pocos países en que los escándalos sexuales no hacen caer políticos. Parece un tema tabú.
Yo tendía a pensar que los escándalos sexuales no hacían caer políticos porque éramos suficientemente maduros para entender que pertenecen a la esfera privada, pero después de las críticas que he recibido me da la sensación de que no caen porque creemos que los políticos no tienen sexo.
Ahora sabemos que sí, hay una pareja en el Gobierno.
Hay un matrimonio, eso no significa que se quieran, seguramente se quieren... No había un matrimonio así en el poder desde Isabel y Fernando.
¿Cuánta ficción hay en la política?
La política ha perdido toda la imaginación, los políticos se han convertido en polítologos, analistas de encuestas y estrategas electorales.
El Europarlamento se ha visto siempre como el retiro para la política. ¿Vivió así su llegada?
No, yo creo en la Unión Europea, creo que debería convertirse en los Estados Unidos de Europa. Sí pienso que la UE está en una crisis muy profunda. Si en las próximas elecciones francesas, para las que quedan dos años, Macron no gana y LePen se convierte en presidenta de la República Francesa va a ser muy difícil que el proyecto continúe vivo.
En cuanto al camino de los dos principales partidos en España, PP y PSOE, ¿está de acuerdo con cómo el suyo está haciendo oposición?
Echo de menos que PP y PSOE puedan entenderse. De hecho, en el Gobierno europeo los cinco años que llevo socialistas y populares estamos en coalición. Si por Pablo Casado hubiera sido, el PP le hubiera facilitado al PSOE que no necesitara pactar con ERC.
Pero no se ofreció eso en ningún momento.
Es que Pedro Sánchez ni siquiera respondió a las llamadas de Pablo Casado, lo llamó la misma noche electoral y Sánchez ni le contestó.
Este libro habla de segundas oportunidades, del amor a determinada edad. ¿Vivimos anclados en el pasado?
Hay dos cosas en el libro: la primera, la certeza de que el amor nos da siempre cuantas oportunidades le pidamos. El trabajo no te da normalmente una segunda oportunidad. Y luego está la historia de mi generación: fuimos educados para el amor por los curas que, en teoría, ni habían probado el amor ni lo iban a probar. Y nos hemos encontrado después de la edad de los divorcios viviendo en el universo de Tinder. Yo pertenezco a una generación a la que nos dijeron que Dios estaba en nuestro cuarto mirando todo lo que hacemos y al hacernos mayores hemos descubierto que quien estaba en el cuarto era Internet. No conozco a nadie de mi generación que entre en Facebook y lo primero que haga no sea ver qué fue de sus ex novios.
Decía que el amor da todas las oportunidades, ¿por cuál va?
Yo siempre estoy en la penúltima.
¿Eso significa que siempre está pensando en la siguiente?
No, que nunca pierdo la esperanza de que todavía me enamoraré una vez más.
¿Y el Tinder?
Soy demasiado mayor para el Tinder. De hecho, el personaje de Jaime Monzón, el protagonista, hace algo que hoy se consideraría excéntrico: escribe cartas de amor. Una lectora joven me dijo que si un chico en lugar de un whatsapp le enviara una carta de cinco folios hablándole de amor, llamaría a la Policía para que lo detengan (risas).
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