Coronavirus
De la “psicosis” al consumo “prudente” ante la crisis que se avecina
La patronal andaluza de los supermercados advierte de que el factor precio vuelve a ser fundamental en la compra
El coronavirus ha trastocado los hábitos de consumo. Un mes después de que el Gobierno decretara el estado de alarma, las escenas en los supermercados han variado. De los carros llenos y las estanterías vacías se ha pasado a una compra “prudente” ante la crisis económica que se avecina. Así lo asegura a LA RAZÓN Álvaro González, secretario general técnico de la Confederación Andaluza de Empresarios de Alimentación y Perfumería (CAEA), quien asegura que ahora se está tendiendo al consumo de productos básicos, con tikets de compra moderados, ante las apreturas que ya padecen muchas familias por el parón en la actividad productiva. No obstante, González hace balance y señala que la situación “se ha normalizado bastante” en estos establecimientos, considerados actividad esencial. “Llevamos un mes muy intenso y, viendo la realidad de otros sectores económicos, somos unos privilegiados”. Cuando se decretó el estado de alarma se produjeron “picos de demanda muy extraordinarios” y un “reajuste importante” en los supermercados, ya que “hubo que tensionar la cadena de valor para que todo funcionara”. La “psicosis colectiva” y el “miedo a la incertidumbre” motivaron estas situaciones. La segunda semana se normalizaron los hábitos, bajó el consumo y se agotó el estocaje.
Ahora, cuando se cumple un mes del confinamiento, “estamos detectando la prudencia en el consumidor por la crisis económica que algunas familias están empezando a atravesar, y que se prevé que va a ser dura”, reconoce González. ¿En qué se traduce este cambio? Cuando comenzó la crisis sanitaria se consumían, sobre todo, productos no pedecederos, ya que “la gente dudaba de que el abastecimiento estuviera garantizado”. Las familias hicieron acopio de legumbres, conservas, sopas y pastas. Ahora se compran productos frescos -fruta, verdura, carne y pescado-, pero no los que “no sean estrictamente necesarios”. “Lo que no se está comprando son los pequeños lujos fuera del hogar, sobre todo lo que se ofrece en restaurantes, como el marisco o la carne de vacuno, como el entrecot. Su coste es mayor y se tiende a comprar productos básicos”.
En cuanto a la implantación de las medidas de seguridad en los supermercados, González asegura que al comienzo de la pandemia se produjeron “situaciones excepcionales”. “El miedo es libre”, insiste, pero a partir de la segunda semana, “cuando se captó que no había problemas con el suministro”, el consumidor cambió de actitud y empezó a mostrarse “bastante colaborativo y acude al supermercado con bastante responsabilidad”. Y el cambio de hábitos también es perceptible, ya que “ahora se compra para más tiempo. Antes ibas cada dos o tres días al supermercado y ahora vas cada ocho de media”. Las medidas de seguridad, por tanto, están siendo efectivas y, “en general, se está colaborando con los empleados. Su implicación es máxima. Están expuestos durante todo el horario laboral, sobre todo los cajeros y reponedores”.
Salvo algún pico puntual en Semana Santa, sobre todo en las plataformas on line, los precios “están permaneciendo estables”, subraya la patronal andaluza de los supermercados. Con las mascarillas, geles hidroalcohólicos y guantes hay problemas de suministro, pero estos productos van por otro canal. Con todo, González advierte de que “el factor precio volverá a ser fundamental en la compra” por la crisis, por encima de otras circunstancias como la cercanía o la calidad.
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