"Méritos e infamias"

Empieza el tiroteo

“El Gobierno del cambio no se ha encontrado con una oposición real ni que le haga daño ante la opinión pública”

El paro descendió de forma significativa en el sector servicios durante el mes de agosto
El paro descendió de forma significativa en el sector servicios durante el mes de agostoMaría José López / Europa PressEP

Han venido muy bien los datos del paro para coger con fuerza septiembre. Los primeros minutos claro, porque después de celebrar la mejor de las «series históricas», que suena a rifa lotera con turrón y mazapán, aparecen las caras largas cuando vemos que lo que salva a la economía andaluza, por mucho que se diga que vamos por delante de Cataluña, son los bares y los chiringuitos. Bueno chiringuitos, no porque ya de eso no quedan en Andalucía. Habrá otra cosa, pero chiringuitos ni uno, ni medio. La verdad al final es que los andaluces se buscan la vida entre las mesas y las barras, que no tiene nada pero que nada de malo. Lo peor de todo (Loriga dixit) es que muchos acaban de salir de la Universidad y no tienen la oportunidad de salir del laberinto de la precariedad. Hasta que no se le pueda dar una alternativa razonable y honesta a la siguiente generación seguiremos en el precario y débil modelo productivo de los servicios. Este aperitivo, por no salir del bar, viene de perlas para arrancar el curso político, que va a ser el de verdad, donde se van a jugar los cuartos el PP y el PSOE, mientras Cs y Vox verán qué alternativas les quedan con el paso de los meses. Y será así porque, cuando mejores sean los datos del Covid, «ajolá», se acabará la excusa de la crisis sanitaria para justificar cualquier cosa y los grandes problemas andaluces volverán a la calle sin entender quién y desde cuándo se habita San Telmo. «Estamos encantados con Juanma», que ya parece un lema electoral, se escucha como un mantra cuando se pulsa un poco la realidad cotidiana. Y es un hecho la pericia con la que ha se ha capeado el temporal, que no ha sido poco, pero en términos políticos el Gobierno del cambio no se ha encontrado con una oposición real ni que le haga daño ante la opinión pública. Mientras que Susana Díaz se dedicó al humano ejercicio de la autodestrucción, Juan Espadas está que no desaprovecha un minuto y ya ha acabado su etapa de aterrizaje. Ahora llega «mover el árbol para recoger los frutos». Es decir, habrá algo más que «las peleas en broma» de PP y Vox para darle emoción a la legislatura.