Entrevista

Viruca Yebra: «Se han cometido grandes injusticias con Marbella»

«La última condesa nazi» recrea la vida de una aristócrata alemana que se instala en la localidad costasoleña después de huir del devastado Berlín de posguerra en el año 1945

La escritora y periodista Viruca Yebra
La escritora y periodista Viruca YebraLa RazónKiko Hurtado

La escritora y periodista gallega, afincada desde hace décadas en Marbella, Viruca Yebra, acaba de publicar su novela «La última condesa nazi», en la que recrea la vida de una aristrócrata alemana que se instala en la localidad costasoleña tras huir del devastado Berlín de posguerra en el año 1945. Clotilde von Havel pronto se integrará en una ciudad ya por aquel entonces cosmopolita, en la que encontrarían refugio artistas, aristócratas, homosexuales y hasta nazis camuflados.

–¿Cómo era la Marbella de mediados del siglo XX que se plasma en el libro? ¿Hay alguna similitud con la Marbella de hoy?

–Es una novela de ficción pero con muchos acontecimientos basados en hechos reales. El lector se meterá de lleno a través de sus páginas en la época de posguerra y en la década de los sesenta y setenta, que fueron años de máximo apogeo en la localidad costasoleña. ¿Similitudes entre el neonazismo en Marbella y la Marbella de hoy? Afortunadamente no hay; entre otras cosas porque los poquitos nazis que pudo haber vinculados a la ciudad en aquellos años desaparecieron, aparte de que por edad habrían muerto a día de hoy.

–¿Cómo ha condensado en una novela tres décadas de historia tan convulsas y tan cargadas de simbolismo?

–Fundamentalmente, quiero contar en esta novela lo que pudo ocurrir u ocurrió a partir de la Segunda Guerra Mundial, con muchos alemanes que se vieron obligados a huir de su país perdiéndolo todo. El relato cuenta cómo pudieron esas personas y lo mucho que les costó reconstruir sus vidas y empezar de cero; de un lado, los mismos nazis –algunos se quedaron en Alemania y otros vivieron tan tranquilos en otros sitios– y, por otro lado, cómo vivieron los judíos que también perdieron todo y tuvieron que hacer frente a una vida errante. Es un poco el día después de todo aquello. En definitiva, pretendo plasmar los sufrimientos de uno y otro bando ante la tragedia que representó ese trágico episodio de la historia con Marbella como telón de fondo.

–A lo largo de las últimas décadas pero, especialmente a día de hoy, ¿es real la imagen que se proyecta de Marbella ante la sociedad?

–Yo creo que no, y es una pena porque es una ciudad maravillosa para vivir de la que se habla mucho sin conocimiento de causa. Y sí, muchas veces se distorsiona la imagen de Marbella, para lo bueno y para lo malo. De hecho en épocas más cercanas a la actualidad siempre se ha tenido la mirada puesta en esta ciudad porque todo lo que de aquí partía tenía una trascendencia a nivel nacional. Desgraciadamente han ocurrido cosas muy negativas: robos, mafias, y otros episodios que han tenido una dimensión exponencial; circunstancias que en otra población hubieran pasado sin duda desapercibidas. Se han cometido grandes injusticias con la ciudad de Marbella. Pero los españoles somos así, a veces no sabemos dar respeto a los sitios que nos hacen ser internacionales y nos dan categoría. Algo así como los pecados capitales: destruimos lo bueno porque sí. Y es una pena.

–¿Conseguirá la literatura acabar con esa imagen distorsionada o propiciar esa reconciliación tan necesaria?

–Desgraciadamente creo que la literatura no va a poder cambiar nada ni romper ese maleficio, y yo sólo pretendo con mi novela poner las cosas en su sitio, plasmar lo que ha ocurrido en una determinada época; creo firmemente que vende más hablar mal que hablar bien, o una ficción en la que se hable de corrupción en Marbella que la mundanal vida.