Tribunales

Absuelto un taxidermista del robo de unos cuernos de rinoceronte en la finca del cerebro del “caso Malaya”

El juzgado no ve suficientemente acreditado que el acusado los sustituyera por otros falsos de imitación

Imagen de alguno de los bienes de Juan Antonio Roca
Imagen de alguno de los bienes de Juan Antonio Rocalarazon

El Juzgado de lo Penal número 9 de Málaga ha absuelto a un taxidermista del robo de una pareja de cuernos de rinoceronte blanco auténticos en una finca el exasesor urbanístico y cerebro del “caso Malaya”, Juan Antonio Roca.

En la sentencia, a la que ha tenido acceso EFE, se absuelve al acusado de los delitos de hurto agravado, contra la fauna y contrabando, por los que se enfrentaba a una petición fiscal de tres años y tres meses de prisión.

El administrador judicial de la entidad Marqués de Velilla SL, titular de la finca “La Caridad”, ubicada San Pedro Alcántara y propiedad de Roca, encargó en febrero de 2011 al acusado unos trabajos de desparasitación y desinfección de los trofeos de caza que el exasesor tiene en el inmueble.

Entre esos trofeos había una pareja de cuernos de rinoceronte blanco montados en una tabla que se consideraban auténticos, valorados pericialmente en 52.000 euros, y que habían sido legalmente importados por su titular.

En la resolución se señala que no ha llegado a considerarse suficientemente acreditado que el acusado sustituyera unos cuernos de rinoceronte auténticos por otros falsos de imitación compuestos de material plástico.

En los fundamentos de derecho de la sentencia se explica que el procesado, un conocido taxidermista en su momento, realizó dos visitas a la finca, una de ellas en 2010, para presupuestar los trabajos -en la que estuvo acompañado por al menos tres personas-, y otra en 2011, tras ser contratado para ejecutarlos.

Añade que ninguno de los testigos ni Juan Antonio Roca pudieron concretar nada sobre la última vez que podría asegurarse que los cuernos de rinocerontes montados sobre una tabla de la sala de trofeos eran los auténticos y no los sustituidos, como confirmó la Guardia Civil a finales de 2011 y principios de 2012.

Además, argumenta que “ni una sola prueba es terminante para asegurar que los cuernos originales se encontraban en la sala de trofeos justo antes de que el acusado hubiera acudido por primera vez”, en 2010.

Por ello, considera que los indicios de criminalidad esgrimidos frente al acusado “no son lo suficientemente firmes” y añade que pueden concurrir otras hipótesis, como que la pareja de cuernos hubiera sido sustraída antes o después por una tercera persona o incluso que la tabla que se encontraba en la sala no contuviera ya cuernos originales.