El PP andaluz centra su estrategia en los «enfadados» con el PSOE

Desde que convocó las elecciones autonómicas, el presidente de la Junta en funciones, Juanma Moreno, viene asegurando que aspira a una «mayoría amplia» que le permita gobernar en solitario. Este objetivo pasa por ampliar el resultado de los pasados comicios de 2018 –uno de los peores de los populares en la comunidad autónoma con 749.000 votos– a través de varias vías: consolidando a sus votantes tradicionales, sumando los sufragios de Ciudadanos –las encuestas vaticinan un nuevo descalabro del partido naranja– e incorporando votos prestados, especialmente del PSOE. A este último aspecto se refirió ayer Moreno en la presentación en Granada, con la Alhambra de fondo, de los cabezas de lista del PP-A por las ocho provincias apelando a los socialdemócratas, liberales y a los «enfadados» con el PSOE.

El propio Moreno ya avanzó que será una campaña netamente andaluza, con escasa presencia de líderes nacionales –el presidente Alberto Núñez Feijóo asistirá en contadas ocasiones– y centrada en la gestión realizada durante esta legislatura. Se primará la marca personal del candidato Juanma Moreno frente a la del PP, tal y como ha venido haciendo Feijóo en Galicia con óptimos resultados. La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, con un fuerte tirón electoral, visitará zonas donde genera más simpatías el partido de ultraderecha, para intentar contrarrestar esta tendencia.

Con todo, Moreno se comprometió a dejarse «la piel» tanto en la precampaña como en la campaña electoral que empieza el 3 de junio. Presentó a un «equipo ganador» integrado por la mayoría de sus consejeros, ofreciendo un proyecto político donde «cabe todo el mundo», incluso los votantes socialistas desencantados. Un partido con un nuevo líder, Juan Espadas, que no termina de convencer a los propios cuadros socialistas tras un convulso proceso de primarias en el que quedó derrotada Susana Díaz. La nueva dirección socialista, ahora, está en plena sintonía con Pedro Sánchez, pero el candidato no genera demasiado entusiasmo en el electorado. Todo ello, unido a la división de la izquierda y al atropellado proyecto «Por Andalucía» presentado «in extremis», hace que le izquierda tenga pocas opciones de sumar y regresar a San Telmo.

«Hemos iniciado un camino de progreso y bienestar, un camino muy amplio que representa a la mayoría de los andaluces y donde cabe todo el mundo: el socialdemócrata, el socioliberal y el que está enfadado con el PSOE aquí tiene cabida; también los moderados, los centristas, y los liberales», insistió Moreno, quien remarcó que el PP-A es un partido de «bases anchas donde cabe todo el mundo y no preguntamos de dónde viene, sino a dónde quiere ir». En este sentido, definió al PP-A como «el gran partido de Andalucía» porque «ya es una referencia para cientos de miles de andaluces» y garantizó que él siempre va a gobernar «para todos». Junto a ello, señaló que los triunfos no se logran solos, sino que «hace falta un buen equipo» y para ello se ha rodeado de «los mejores».

«Presentamos un equipo ganador para avanzar en Andalucía, y es un orgullo para mí liderar este equipo en el que tengo los mejores compañeros de camino posibles», aseguró el presidente en funciones. También subrayó el hecho de que cinco de los ocho cabezas de lista sean mujeres, lo que demuestra, a su juicio, el impulso femenino en el PP y su importancia en el Gobierno y la sociedad andaluza

Moreno indicó que en esta legislatura se ha devuelto la «confianza y el buen nombre» de Andalucía, una tierra de la que ya se habla en términos positivos, frente a la etapa de los gobiernos del PSOE-A en la que sólo era noticia por los casos de corrupción, según expuso. Esta comunidad «es noticia por el crecimiento económico, el aumento del empleo y la bajada de impuestos», insistió, además de remarcar su intención de situar a Andalucía como «una de las comunidades con más futuro de España».