Medio Ambiente
El plutonio seguirá en Palomares tras la reunión con Biden
Los líderes han ignorado abordar el cumplimiento de los acuerdos alcanzados en 2015. Se proyectan urbanizaciones de lujo en las playas cercanas al accidente nuclear de 1966
España estrecha lazos con Estados Unidos, pero ambos países siguen sin abordar la retirada de los residuos nucleares aún presentes en Palomares tras el «broken arrow» de hace 57 años. Con la invasión de Ucrania y los desafíos internacionales en el foco de atención, la agenda Sánchez/Biden ha ignorado abordar el cumplimiento de los acuerdos alcanzados por ambos países en 2015, para actuar en las áreas donde cayeron hasta cuatro bombas termonucleares con un poder de destrucción mayor a la de Hiroshima. España se haría cargo de la limpieza en los terrenos afectados en Cuevas del Almanzora y EE UU, a través del entonces ex secretario de Estado, John Kerry, se comprometía a llevarse las tierras contaminadas. Nada de eso ha ocurrido y también se ha hecho caso omiso a la petición del PP en el Senado para que el Ejecutivo aprovechara la reunión bilateral de esta semana para abordar la «retirada definitiva» de estos residuos nucleares.
El senador popular Rafael Hernando esperaba que «el Ministerio para la Transición Ecológica, que tiene las competencias tanto en materia de medio ambiente como de energía, se pronuncie al respecto y explique a los almerienses la situación actual». Además, incidía en el «hermetismo» en las respuestas del Ministerio de Asuntos Exteriores, que «se ha limitado a informar del interés del Gobierno de España en retomar el proceso negociador entre las dos administraciones, sin conocer qué contactos y qué gestiones se han llevado a tal efecto». Pero a falta de novedades sobre su limpieza, el lugar más radiactivo de España intenta mirar al futuro con ambiciosos proyectos de urbanización y proyección turística en ciernes. «Pretenden urbanizar la playa donde se bañó Fraga en 1966 para engañar a la opinión pública diciendo que ya no había radiactividad en Palomares. Si quieren urbanizar, antes tendrán que limpiar de plutonio y americio». José Ignacio Domínguez, abogado y coordinador de Ecologistas en Acción Almería, lamenta que «no hay acciones reales y, desde hace décadas, los residuos nucleares se mueven; entran y salen de las zonas restringidas. Por eso hay zonas muy contaminadas también fuera de la valla en Palomares».
Con un proyecto para construir unas 1.600 viviendas a lo largo de dos kilómetros de costa, Domínguez alerta de que «la playa no está vallada pero contaminación hay, porque las partículas de plutonio y americio las mueven el aire, al agua y la fauna silvestre». Ante la falta de actuaciones contra una posible contaminación en la zona, incluso un hotel ha entrado en trámite ambiental y la nueva urbanización contempla espacio hasta para una gasolinera. Todo ello ampliaría el paseo marítimo desde la Rambla del Jatico hasta la desembocadura del Río Almanzora, con un movimiento de tierras que no penetra en zonas restringidas por presencia de plutonio pero «deja un riesgo latente en el entorno, mientras no se lleven la tierra contaminada por la fisura de las bombas nucleares». Según los ecologistas, «los que saben pero no pueden, dicen que hay que limpiar. Los que no saben y pueden, no lo hacen».
Habiéndose documentado el acuerdo Otero-Hall para experimentar los efectos de los materiales fisionables en los seres vivos en 1966 y pese a la todavía evidente presencia de radiactividad en la zona, cincuenta años más tarde nadie ordena la limpieza del material tóxico. La situación sigue en manos de los juzgados mientras se preparan nuevos usos dotacionales en Palomares, en sectores que los promotores entienden viables ante la «baja magnitud» del impacto medioambiental. En los estudios de viabilidad ya presentados para la valoración de la Junta de Andalucía, se fundamenta «la degradación antrópica de la zona» y que los proyectos no afectan a ningún espacio especial de protección para aves, ni a Lugares de Interés Comunitario, ni a zonas designadas como de especial conservación. Además, el macroproyecto urbanístico contempla reducir posibles daños a la posidonia marina con la red de saneamiento prevista en los desarrollos y sólo condiciona la actividad urbanística a la localización del yacimiento arqueológico de Villaricos, un kilómetro al norte de los residenciales y que abarca restos sin explorar desde la Edad del Hierro y hasta época romana.
Ninguna referencia o consideración a la posible presencia de materiales radiactivos parece frenar un sector residencial que podría albergar el futuro de cientos de familias y la presencia de un turismo vacacional en la zona. El plan parcial alberga mil plazas de aparcamiento en el viario, un parque infantil de 1.700 metros cuadrados y la reserva de espacios para el desarrollo de usos educativos, deportivos, comerciales y de dotación social. A la espera de vía libre en materia medioambiental, nuevas fórmulas urbanísticas para desarrollar las inmediaciones del único sitio conocido del mundo donde hay enterrado medio kilogramo de plutonio altamente contaminante.
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