Sequía

A Cádiz le sobran 7 de sus 10 embalses

Muchos municipios gaditanos activan medidas para hacer frente a una sequía que no da tregua

Imagen de archivo del embalse de Zahara
Imagen de archivo del embalse de ZaharaEP

‘Todo sigue igual’. Así podría titularse la ‘película’ de la situación de sequía que atraviesa la provincia de Cádiz desde hace ya cinco largos años y cuyos actores principales, salvo contados ‘cameos’ de la lluvia, son los cielos despejados, un sol radiante, el viento de Levante y pantanos que muestran sus ‘secretos’ más íntimos; algunos ya olvidados.

Escenario que, semana tras semana, no hace más que empeorar (los embalses de la provincia se encuentran de media por debajo del 16 por ciento de su capacidad) y que está obligando a los ayuntamientos a tomar medidas para administrar los escasos recursos existentes. Más aún tras la declaración de “situación excepcional de sequía” de la Junta de Andalucía a finales de octubre.

El último de los ayuntamientos en tomar medidas para contribuir al ahorro de agua ha sido el de la capital. El gobierno encabezado por el popular Bruno García, además de lanzar una campaña de concienciación, ha optado por bajar la presión del caudal en los hogares. Medida con la que pretende lograr una reducción del 20% en el consumo y que se contempla en el ‘Plan municipal contra la sequía’ de 2019, prólogo de la sequía que padece la provincia.

Además de esta medida, que será efectiva este miércoles, el Comité municipal de sequía ha optado por vaciar las fuentes (no se volverán a llenar); poner en marcha la campaña de concienciación ‘El agua se agota’ y desarrollar una actuación de cara a paliar las posibles fugas.

Medidas que el alcalde ha dejado claro que servirán de poco si “cada uno de nosotros no ponemos de nuestra parte”.

Junto a Cádiz, el gran núcleo poblacional de la provincia, Jerez de la Frontera, también se ha puesto en marcha, con el objetivo de lograr el mismo porcentaje, 20%, en la reducción del consumo de cada usuario respecto al promedio de los últimos años, habiéndose establecido bajadas de presión de 16.30 a 19.30 horas y de 23.00 a 07.00 horas.

Asimismo, se han establecido actuaciones para evitar las fugas de agua (cifradas por el teniente de alcaldesa de Servicios Públicos, Jaime Espinar, en un 16%) y la prohibición del uso de agua potable para el llenado de piscinas, estanques y fuentes, privadas o públicas que no cuenten con un sistema de recuperación o circuito cerrado; piscinas desmontables e hinchables; riego de jardines, praderas, árboles, zonas verdes y deportivas, de carácter público o privado; riego de campos de golf; riego o baldeo de viales, calles, sendas y aceras de carácter público o privado.

Por lo que se refiere a otras de las grandes comarcas gaditanas, el Campo de Gibraltar, cabe apuntar que ya en octubre el director general de Arcgisa, José Manuel Alcántara, apuntó que, con la peor sequía que se recuerda desde el 95, las reservas alcanzaban para diez meses. Por ello, en la reciente reunión de la mesa de sequía se dejó claro que, de no llover en otoño y entrar en “situación de emergencia”, se procedería a la reducción del consumo en un 20%, dando continuidad a la suspensión de los servicios no esenciales.

Los embalses, a menos

Conjunto de medidas al que, de una forma u otra, se han unido otras localidades de la provincia, caso de Medina Sidonia y San José del Valle, en la comarca de La Janda, o Puerto Serrano (primera en activarlas), en la sierra, y que tienen su justificación en el lamentable estado en el que se encuentran a día de hoy los embalses gaditanos, al 15,9% de su capacidad, con 290 hm³, 2 menos que la pasada semana.

Llama la atención de forma especial el estado de los grandes embalses, con el Guadalcacín (con una capacidad de 800 hm³), al 17,50% de su capacidad; Zahara-El Gastor (223), al 3,59%; Barbate (228), al 9,21%, y Bornos (200), al 9%.

De este modo, se podría decir que las actuales reservas de agua de la provincia cabrían en, prácticamente, tres (Barbate, Celemín y Arcos de la Frontera) de sus diez embalses.