Turismo activo

Flysch y búnkeres de la II Guerra Mundial con África al fondo: una ruta inolvidable

El sendero Colada de la Costa, de unos 20 kilómetros, ofrece paisajes poco frecuentes en España

Sendero Colada de la Costa
Sendero Colada de la CostaLa Razón

En pleno Parque Natural del Estrecho se encuentra un sendero inolvidable, por su belleza y por su pecualiridad. Este parque natural marítimo-terrestre, situado entre el Atlántico y el Mediterráneo, alberga una gran riqueza natural que ejerce de conexión entre el continente europeo y el africano.

Es populamente conocido que las aguas del Estrecho albergan valores naturales muy importantes, por lo que en esta zona aún se producen descubrimientos de nuevas especies para la ciencia. Se han contabilizado más de 1.900 especies de flora y fauna marina, siendo las más frecuentes e importantes la tortuga boba, el delfín o la marsopa. En este lugar, ideal para el buceo, se disfruta de extensas praderas de algas, indicadores de la calidad ambiental del agua, destacando por su porte espectacular las laminarias. Para los interesados en el medio marino, existen paseos en barco desde Tarifa o Algeciras en los que se puede disfrutar de avistamientos de cetáceos.

Pero quizá es menos extendido su gran patrimonio geológico, uno de los atractivos más importantes de esta ruta turística. En la zona se encuentra una de las más bellas estampas de materiales del flysch, formaciones rocosas escasas en la península. Se divisan, sobre todo, entre el Parque del Centenario y la urbanización El Faro de Punta Carnero y cuentan en su entorno con un paisaje único sobre la Bahía, vegetación autóctona, ruinas de acuartelamientos y búnkeres de la II Guerra Mundial.

Los flysch son estratos de lecho marino formados hace millones de años. Las capas alternas de areniscas y arcillas afloraron a causa de los movimientos de las placas tectónicas y aparecen a la vista en forma de largas crestas que parten del litoral. Sólo en la costa cantábrica es posible encontrar edificaciones rocosas parecidas.

La ruta comienza en la urbanización de Punta Carnero, muy cerca del antiguo cuartel de la Cañada en Cala Fuerte. Desde allí hay que dirigirse a la Cala del Peral, donde es habitual encontrarse con vacas que, Punta Chorlito y Punta del Fraile. Desde ahí un túnel natural nos conduce a Punta de los Cuchillos, donde se puede observar los estratos horizontales y verticales del flysch con África al fondo. La ruta continúa por la Punta del Acebuche y los restos del Fuerte del Tolmo y concluye en las murallas del Castillo de Guzmán el Bueno, ya en Tarifa.

En total son 20 kilómetros de un paseo por paisajes espectaculares y en el que también es posible avistar águilas imperiales, elanios azules, alimoches, águilas perdiceras e incluso halcones peregrinos.