
Gastronomía
Con calor, llega el tiempo de la sardinas: ¿por qué es mejor consumirlas en meses sin "r"?
Se trata de un pescado económico y saludable, ideal para planes de adelgazamiento

El buen tiempo (para el que le guste el sol y las temperaturas cálidas) se asocia a rituales como la playa, la piscina, la canción del verano y la barbacoa. Y a productos como el gazpacho, el tinto de verano o las sardinas, un pescado azul económico y nutritivo que, con sus peculiaridades, es muy consumido en España y Portugal.
Señalan los expertos que las sardinas son una excelente fuente de proteínas, calcio y ácidos grasos omega-3 y recomiendan con entusiasmo incluirlos en la dieta mediterránea, esa "marca" que caracteriza a la gastronomía española y que tan buen resultado para la salud y para vender los productos del país..
Aunque hay más de 100 especies de sardinas, las más comunes que se encuentran en España son las sardinas del Mediterráneo y del Pacífico. Señala la historia, que el nombre proviene de la isla de Cerdeña, donde se salaba por primera vez para su transporte en barriles. La noche del 23 al 24 de junio se celebrará la Fiesta de San Juan, víspera de la festividad cristiana del nacimiento de san Juan el Bautista el día 24 de junio, y entre higueras es habitual en muchos lugares que se consuman sardinas, tradición que es una especie de pistoletazo de salida a la época de este manjar.
Un manjar que, como todos los productos, tiene una época del año idónea para consumirse: los meses que no llevan "r" en su nombre, es decir, mayo, junio, julio y agosto. Eso no significa que no se puedan consumir entre septiembre y abril, sino que en esos cuatro meses señalados el pescado tendrá su mejor sabor. Y eso tiene una explicación biológica. Durante los meses de verano, las sardinas se alimentan más y acumulan más grasa, lo que les da un sabor más intenso y una textura más tierna. El motivo por el que las sardinas comen más en verano es sencillo: durante la temporada estival y con la subida de las temperaturas, prolifera el plancton en el mar, y, por tanto, la sardina tiene más comida a su disposición.
Como actividad económica que es, la pesca de la sardina está sometida a una regulación. Así, la flota pesquera española del Atlántico y el Cantábrico dispondrá para el año 2025 de una cuota de sardina ibérica de 17.332,2 toneladas, un 16 % más que en 2024, según publicó recientemente la Secretaría General de Pesca en el Boletín Oficial del Estado.
En base a la recomendación científica del Consejo Internacional para la Exploración del Mar (ICES por sus siglas en inglés), España y Portugal, que gestionan conjuntamente la pesquería de la sardina en aguas ibéricas, han acordado limitar el máximo de capturas para la campaña 2025 a 51.738 toneladas, de las que las mencionadas 17.332,2 corresponden a la flota española, 441 toneladas más que en la campaña anterior.
La distribución para España se realiza, por un lado, entre los buques de artes de xeito (445,4 toneladas), los de cerco en Cantábrico y Noroeste y aquellos que utilicen artes altamente selectivas como el racú y la piobardeira ( 10.132 toneladas) por otro . A la flota de cerco del golfo de Cádiz le corresponden 6,754,7 toneladas, cantidad, cantidad que se distribuye individualmente entre los buques.
La sardina es baja en calorías pero alta en proteínas, por lo que es una opción perfecta para las dietas de adelgazamiento o para quienes siguen una dieta baja en carbohidratos. De hecho, los nutricionistas recomiendan comer pescado azul, al menos dos veces por semana. La elección de cómo hacerlo es libre: a la plancha, a la barbacoa o al espeto, una fórmula casi mágica para disfrutar de este pescado.
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