Política
El cambio de Espadas: del pacto al «no es no»
Del «hito político» para que PP y PSOE pactaran las cuentas andaluzas de 2022 a desterrar acuerdos con los populares
Cuando Juan Espadas asumió la secretaría general del PSOE andaluz en junio de 2021 había voces dentro del sector del PP-A que consideraban que su perfil centrista y pactista competía directamente con el del presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno. Y ese hecho podría tener como consecuencia que el PSOE pugnara por el mismo espacio político que con esfuerzo estaba conquistando Moreno entre la sociedad andaluza, según constataban todas las encuestas.
A todo ello hay que añadir que el liderazgo de Susana Díaz estaba desgastado y que contaba con una fuerte oposición interna dentro de su propio partido, motivo por el que la llegada de un nuevo liderazgo podría suponer un revulsivo para un PSOE en horas bajas tras perder el Gobierno de la Junta de Andalucía.
Espadas, que había pasado por diversas responsabilidades políticas desde 1990, aterrizó como secretario general del PSOE-A en 2021 desde la Alcaldía de Sevilla. Ese mismo año aprobó el presupuesto municipal con el respaldo de Ciudadanos y la abstención de Adelante; y en 2018 lo hizo con el PP, entonces liderado en la capital por Beltrán Pérez.
Con esa ejecutoria, Espadas, recién estrenado como líder del PSOE-A, se reunió con Juanma Moreno para tratar de alcanzar un acuerdo «histórico» entre el PSOE y el Gobierno andaluz para el presupuesto de 2022. Incluso presentó esta opción como «un hito político en nuestro país» que debería ser una «prioridad» porque es lo que «lo que pide la ciudadanía a sus gobiernos», enmarcado entonces en la recuperación sanitaria, económica y del empleo tras la crisis del coronavirus.
Esa postura novedosa del secretario general de los socialistas andaluces en 2021 en su estreno como líder regional fue incluso criticada por muchos socialistas, que reivindicaban que el nuevo PSOE tras el paso de Susana Díaz debería acercarse más a la izquierda y seguir el camino marcado por Pedro Sánchez con su conocido «no es no» y que, en la actualidad, ha virado a la teoría del «muro». En la práctica, esto supone abandonar cualquier entendimiento entre el PP y el PSOE y convertir las alternativas políticas en una especie de código binario.
Espadas, que ha encontrado resistencia a su liderazgo dentro del PSOE-A y sigue teniendo problemas en varios territorios descontentos con su labor, ha optado por acercarse a las tesis del PSOE Federal buscando un mayor respaldo a su figura. Así, su condición de portavoz del PSOE en el Senado le otorga más visibilidad pero siempre vinculado a las decisiones que toma el Gobierno de España, lo que le resta autonomía para alejarse de la línea marcada de rechazar acuerdos con el PP.
Esta contradicción es la que quiere explotar ahora el PP, a cuenta especialmente de la negativa del PSOE a permitir la aprobación de los presupuestos municipales del Ayuntamiento de Sevilla. Los socialistas prefieren que el PP se desgaste en un posible acuerdo con Vox –más aún con unas elecciones europeas en tres semanas– que alcanzar un acuerdo con los populares en la cuarta ciudad de España, circunstancia que tendría eco en la política nacional.
En este sentido, el alcalde de Sevilla, José Luis Sanz, tiene previsto presentar al pleno su proyecto presupuestario de 2024 en la primera semana de junio pese a que no tiene acuerdo con ningún grupo y, en caso de no prosperar, planteará una cuestión de confianza vinculada al propio presupuesto. Eso significa que si el PSOE no lo apoya, los grupos de oposición tendrían un mes para formalizar una moción de censura que debería contar con el apoyo del PSOE, Vox y Podemos-IU. Si no lo hace, las cuentas quedarían aprobadas. La idea del PP es que Espadas «se retrate».
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