Las figuras de protección, un "grave error para la propia conservación del medio ambiente"

La patronal agraria Asaja de Córdoba ha mostrado este lunes su "total rechazo" a que el olivar de la provincia cordobesa se incluya como Patrimonio Mundial tras conocerse que el expediente para que los Paisajes del Olivar de Andalucía sean declarados por la Unesco Patrimonio Mundial ha sufrido un nuevo retraso y su candidatura no se examinará hasta 2025.

En un comunicado, el presidente de Asaja Córdoba, Ignacio Fernández de Mesa, ha expuesto que la experiencia en base a otras situaciones similares indica que, "al final", se acabará "penalizando al agricultor", aunque finalmente se haya acordado que "no es necesaria la inscripción en el Catálogo Histórico de Andalucía".

Asaja Córdoba ha afirmado que, "en esta ocasión, le ha tocado al olivar", pero se lleva "años viendo lo que ocurre en los parques naturales, en las Zonas de Especial Protección para las Aves (ZEPA) y en otras zonas con diversas figuras de protección".

El presidente de Asaja Córdoba ha añadido que, en todos estos lugares, las limitaciones actuales de las normativas que los regulan "van contra la actividad económica y contra su propia conservación", por lo que asegura que "no las quieren los habitantes de esas zonas, ni nadie que conozca la verdadera realidad de lo que allí ocurre".

Para la organización agraria, es "preocupante" que las diferentes administraciones "insistan en crear cada vez más figuras de protección" lo que, a su juicio, supone "un grave error, no sólo para el desarrollo económico, sino para la propia conservación del medio ambiente por el abandono al que pueden conducir a muchas explotaciones".

Además, considera que con las normativas de la PAC y las normativas sectoriales "no son necesarias más figuras de protección ni más limitaciones, pues ya están todas ellas sobradamente protegidas por las distintas leyes vigentes".

Finalmente, Asaja cree que debería "reconocerse" el "importante papel que implica el olivar en la economía de los pueblos" y "todas las actividades que ello conlleva" porque son la "única garantía de supervivencia del mundo rural"