Medio Ambiente
La costa deja de ser un refugio frente al calor
Playas de Huelva, Cádiz y Málaga registran temperaturas insoportables, mientras los apartamentos se convierten en hornos
Desde que comenzó la ola de calor el pasado 3 de agosto, la costa andaluza ha dejado de ser ese refugio casi mítico del calor interior. Durante 16 días continuados, alerta tras alerta nacional, el litoral desde Huelva hasta Málaga ha soportado temperaturas insoportables, con registros extremos.
Para los veraneantes habituales de la costa, este agosto ha sido una criba: los apartamentos y pisos turísticos, muchos sin aire acondicionado, apenas tienen ventanas amplias y se califican como auténticos hornos. «Venimos aquí huyendo del infierno que es Sevilla, pero casi es mejor estar en casa donde al menos tenemos aire acondicionado. Aquí tampoco es viable salir a la calle estos días. No hay sombra por las calles y estamos encerrados gran parte del día», relata Manuel, un septuagenario desde La Antilla (Huelva). «El calor es insoportable», añade, mientras el mar se convierte en el único antídoto temporal.
Mari Carmen, también mayor y residente veraniega en la zona, confiesa: «No recuerdo un verano tan cálido en la costa. Hemos llegado a hacer como hacían nuestros abuelos, colgar cortinas mojadas en la terraza para refrescar el apartamento». Este recurso ancestral ilustra bien cómo el calor devora incluso la tradición más fresca.
Y es tal el impacto que las llamadas «noches tropicales» –con mínimas que no bajan de 25 °C– han estrangulado el descanso.
El circuito entre playa y apartamento cede tan solo un respiro momentáneo: «El mar es el único aliciente y a media tarde la única manera de sentirse algo vivo», sintetiza Manuel. Sin embargo, ese alivio es efímero y el calor retorna con fuerza a interiores mal ventilados y sobrecalentados.
Este fenómeno tiene raíces profundas en el avance del cambio climático. El episodio actual se sitúa entre las tres olas de calor más largas registradas en España desde 1975, prolongadas por una combinación letal de masa de aire cálida del norte de África y bloqueo atmosférico prolongado.
Los climatólogos del CSIC ya advierten que estos episodios se intensifican: cada década, extendiéndose en promedio tres días.
Y en Andalucía, el pronóstico es escalofriante. Según el geoportal «Mapa Clima», municipios costeros como Matalascañas o Rota, que hasta hace poco apenas registraban un día anual con más de 40°C, podrían alcanzar pronto entre 5 a 7 días de calor extremo para mediados o finales de siglo. Eso significa que lo que parece alarmante y excepcional, será cotidiano.
En Rota (Cádiz) no hay había registros de días con temperaturas superiores a 40ºC hasta 2014. En 2050 serán 5 de media y a final de siglo XXI serán 7. En Málaga también será habitual superar esa cifra en el futuro, pese al clima mediterráneo. Y la tendencia se prolongará en los municipios costeros hasta Almería. En Cuevas de Almonazora se prevén hasta 11 días de temperaturas de 40 grados desde 2070.
Octava muerte directa
La conclusión es lapidaria: la costa andaluza, esa sirena de frescor veraniego, deja de cumplir su papel. La emergencia climática convierte sus playas en refugios vacíos y sus viviendas en trampas térmicas. Veranear ya no es huir del calor, sino sobrevivirlo.
En las zonas de interior, las temperaturas han batidos récords como los 45,8°C en Jerez de la Frontera. Le siguen localidades como El Granado (45,4 °C), Montoro (45,3 °C), Morón de la Frontera (45,2 °C) y La Rambla (45,2 °C), donde precisamente un vecino de 77 años falleció por golpe de calor. En Osuna (Sevilla), el termómetro nocturno no bajaba de los 30,7ºC. Con estas condiciones, ni el litoral, antaño comarca de sosiego, logra ejercer su función mitigadora.
Andalucía suma ya ocho víctimas mortales por este motivo en lo que va de verano. La primera víctima fue un hombre de 58 años que había estado trabajando en la colocación de un cartel luminoso en Córdoba en junio; unos días después, el 2 de julio y en la misma provincia, otro hombre de 75 años, con patologías previas, murió cuando estaba realizando actividades de ocio en el exterior. Del 4 al 12 de julio fallecieron tres varones más: un joven de 33 años en Huelva, un hombre de 72 en Córdoba y uno de 86 en Almería. El día 11, la Junta informó de la defunción de una mujer de 61 años cuando estaba trabajando en la vía pública en Cádiz y la de un joven de 22 años en Jaén. Ambos presentaban antecedentes personales considerados factores de especial riesgo. La última ha sido la conocida ayer en La Rambla.
«Si no actuamos, Andalucía va a dejar de ser la comunidad más poblada»
El consejero de Justicia, Administración Local y Función Pública, José Antonio Nieto, afirma sobre la Estrategia de Reto Demográfico que ha coordinado su departamento en el seno del Gobierno andaluz que «si no actuamos, si no ponemos encima de la mesa una serie de medidas muy audaces y muy determinadas, Andalucía va a dejar de ser la comunidad autónoma más poblada después de siglos siendo la comunidad autónoma más poblada».
Para Andalucía es muy importante ser la más poblada por razones: la que tiene más costa, la segunda con más territorio; la primera con más superficie agraria en activo; la que tiene más espacios naturales protegidos... La meta es llegar a los 10 millones de habitantes en 2050, pero hay otro escenario intermedio que «prácticamente permanecer en la misma población que tenemos ahora mismo, 8.600.000. «Y otro pesimista en el que perderíamos casi 500.000 habitantes», prosigue.
«Tenemos que trabajar en materia de movimientos migratorios porque en este momento hay más andaluces que salen a otras comunidades que personas que vienen; eso hay que invertirlo», asegura.