Sociedad
El único superviviente de la tragedia en el Atlas narra el rescate negligente
El policía nacional y espeleólogo Juan Bolívar sobrevivió en 2015 a un accidente en Marruecos en el que murieron dos compañeros y amigos
El policía nacional y espeleólogo Juan Bolívar sobrevivió en 2015 a un accidente en el Atlas marroquí en el que murieron dos compañeros y amigos, una tragedia marcada por las relaciones internacionales y la gestión de una ayuda que llegó tarde y de la que escribe en un libro que es terapia y homenaje.
Podía haber sido un viaje más, una aventura que sumar a la lista de conquistas como Los Andes o Los Alpes, pero el barranco de Wandras, en el Atlas marroquí, cambió la vida de Juan Bolívar, el único superviviente de una tragedia de la que escribe siete años después para que nadie olvide.
Lo hace con la publicación de “Libre”, una novela que dedica a su familia, pero especialmente “a la memoria de Gustavo Virués y José Antonio Martínez, ‘Rambo’, con la alegría de haberlos conocido y la tristeza de haberlos perdido durante esta aventura”.
Así, y con dos mapas para ubicar la región de Uarzazat y el barranco de Wandras, arranca este relato de una tragedia en el que confluyen la experiencia de Bolívar, único superviviente, y la de su hermano Diego, que también formó parte de la expedición que partió en marzo de 2015 de Algeciras a Marruecos.
Todos fueron testigos de un embrollo internacional entre España y Marruecos que le costó la vida al policía granadino José Antonio Martínez y al abogado gaditano Gustavo Virués.
“El proceso no ha sido fácil, hay muchos detalles que parecían olvidados y hemos tenido que parar mucho para llorar. Pero busca ser un homenaje, un poco de terapia personal, y un intento de que las próximas generaciones sepan qué pasó”, ha explicado a EFE Juan Bolívar.
“Libre” (Ediciones Península) empezó a escribirse en el Atlas, mientras Bolívar, policía nacional de Granada destinado en Madrid, desesperaba intentando salvar a su compañero José Antonio Martínez, lloraba a Gustavo y desesperaba por la falta de ayuda.
“Este libro comenzó allí, fue una de las cientos de ideas que tuve, y lo retomé al volver, como un proceso para recuperarme en el que he contado con mi hermano y con la ayuda de mi tía María Bueno, que es filóloga”, ha recordado Bolívar, que huyó de una escritura rápida.
“Al principio no fue fácil porque te dicen que tienes que ser fuerte”, ha añadido este agente que permaneció durante una semana esperando ayuda junto a un amigo malherido que murió justo cuando el operativo de rescate parecía empezar a funcionar.
Bolívar volvió a la escalada ese mismo 2015 porque “cierras los ojos en la montaña y sientes la libertad”, pero necesitó ayuda profesional para sanar esa misma herida de la que habla el libro.
“Libre: La tragedia del Atlas”, cuenta lo que vivió este superviviente, pero también el sufrimiento de la familia que espera un rescate, los sonidos de una montaña que fue mortal y la crudeza de ver la muerte en un primer plano y de muchas maneras diferentes.
“Fue un cúmulo de cosas en el que hubo muy poca comunicación, muy poco respeto, quizá por el ego de Marruecos por intentar quedar bien pese a que tenían los medios para el rescate pero no la formación. Fue un asesinato”, ha lamentado este superviviente.
En el libro, Bolívar recuerda el instante justo del accidente que le costó la vida a sus compañeros, el impacto de la sangre tiñiendo la nieve y las mil versiones que se contaron de un rescate que la Gendarmería de Marruecos frenó.
En aquel marzo, las familias de los tres protagonistas de la historia pelearon para que España interviniera en el país vecino, lograron activar la diplomacia, implicaron al entonces ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, pero no lograron cambiar una historia repleta de mentiras e imprecisiones.
“No puedo dejar de pensar que este accidente podría haber tenido consecuencias mucho menores si las autoridades locales se hubieran tragado su orgullo y hubieran dejado actuar a cualquiera de los equipos de expertos españoles que se habían desplazado hasta allí”, relata en su libro.
La autopsia de José Antonio demostró que no murió por la caída que sí costó la vida a Gustavo, sino por un rescate negligente que cambió muchas vidas en un Wandras al que Bolívar quiere volver.
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