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Presentación

Juan del Val: «Sevilla está llena de tópicos pero es más que eso»

El ganador y la finalista del Premio Planeta 2025 presentan sus novelas en la ciudad

Jesús Vigorra, Juan del Val y Ángela Banzas, en la Fundación Cajasol en Sevilla Kiko HurtadoLa Razón

La protagonista de «Vera, una historia de amor» pertenece a la alta sociedad sevillana y fue en esta ciudad donde ayer se presentó esta novela de Juan del Val, flamante Premio Planeta 2025, durante un coloquio que tuvo lugar en la Fundación Cajasol. Moderó la conversación el periodista Jesús Vigorra, con la participación también de la finalista del galardón, Ángela Banzas, autora de «Cuando el viento hable». En el acto, que generó una gran expectación, también estuvieron presentes la directora de la editorial Planeta, Belén López Celada, y el presidente de la Fundación Cajasol, Antonio Pulido.

La obra de Del Val explora el concepto del amor en múltiples dimensiones: el amor verdadero, el amor interesado y cómo a veces ambos pueden entrelazarse. Es una historia que aborda la rebeldía, el deseo, los prejuicios sociales y la búsqueda de la libertad individual frente a las convenciones impuestas. Su protagonista es una mujer de 45 años que ha vivido siguiendo las normas y expectativas de su posición social como esposa de un marqués durante más de dos décadas. Tras su separación, Vera comienza a cuestionar su vida y las reglas que siempre ha acatado. En este proceso de búsqueda y autodescubrimiento conoce a Antonio, un hombre más joven que ella de origen modesto y ajeno a su círculo social. La atracción entre ellos se convierte en el catalizador para que Vera se salga del guion establecido.

La relación, tan improbable como provocadora, desencadena una serie de eventos inesperados. El ex marido de Vera, movido por el despecho y la incapacidad de aceptar la rebelión de su esposa, reacciona de una manera que lleva la situación a límites siniestros, demostrando que hay cosas que no soporta perder.

Juan del ValKiko HurtadoLa Razón

«Sevilla es mi lugar preferido», arrancó Del Val metiéndose al público en el bolsillo. El autor calificó de «fabulosa» la acogida de la novela y valoró muy positivamente la gira por distintas ciudades para presentar ambas obras junto a Banzas: «Lo que hacemos es reírnos y nos llevan a comer a sitios buenos». Tampoco pasó por alto la polémica que ha generado, subrayando que el Premio Planeta «hace que la literatura se convierta en un acontecimiento popular», conjugando la calidad con lo comercial.

Del Val recordó el «triple salto mortal» que dio al pasar del sector de la construcción a la redacción de un periódico. «La vida me cambió y me salvó», señaló, no sin antes remarcar que «donde estoy entero es en mis novelas, en televisión salgo incompleto». Sevilla es el escenario de su novela, una ciudad a la que ama «profundamente». «Sevilla está llena de tópicos pero es más que eso», afirmó, además de reconocer que es «una de las ciudades más bellas del mundo». «Para mí la belleza no es algo frívolo, es una forma de expresar respeto». Sobre la protagonista de la historia, Vera, emprende un viaje personal para «buscarse a sí misma» y, por tanto, «está abierta a que le sucedan cosas». «El amor siempre es posible. Tiene que ser un proyecto duradero para que sea amor de verdad. En la vida me interesa el camino», aseguró.

«Cuando el viento hable» explora el poder de la imaginación frente al horror y el amor como última esperanza. Su protagonista es Sofía que, tras una tragedia familiar, crece rodeada de secretos en la Galicia rural de la posguerra. Sus abuelos paternos la crían bajo una estricta vigilancia, mientras su padre, un bibliotecario que vive oculto en las sombras, le alimenta la imaginación con historias fantásticas.

Ella no entiende de qué la esconde su familia ni quién es esa niña que se le aparece como una alucinación. Tras ser ingresada en el Hospital Real de Santiago, encuentra refugio en Julia, su primera gran amiga. Allí, los pasillos clandestinos emergen para desvelar nuevos misterios. Banzas aseguró que se complementa bien con Del Val porque se toma las cosas con «diplomacia gallega» y dejó un mensaje contundente: «Tenemos que ser responsables de nuestras palabras porque pueden hacer daño».