Trata de personas

Liberan a 29 mujeres explotadas sexualmente y utilizadas para vender droga en Málaga

La operación policial se ha saldado con 37 detenidos por su presunta implicación en delitos de trata de seres humanos con fines de explotación sexual

Agentes de la Policía Nacional han liberado en la provincia de Málaga a 29 mujeres que estaban sometidas a explotación sexual por una "trama criminal" que, además, las utilizaban como 'camello' para vender drogas.

De este modo, la operación 'Vagary' se ha saldado con 37 detenidos en varios municipios y prostíbulos por su presunta implicación en los delitos de trata de seres humanos con fines de explotación sexual, relativos a la prostitución, contra la Hacienda Pública, la Seguridad Social y los derechos de los trabajadores, contra la Salud Pública, falsedad documental y pertenencia a organización criminal, según un comunicado de la Policía Nacional.

La red criminal obligaba a las víctimas a prostituirse en condiciones abusivas, por las que las sometía a un sistema de sanciones económicas "muy riguroso" ante unos supuestos incumplimientos de las condiciones internas de los clubes. Además, los detenidos forzaban, presuntamente, a sus víctimas a mantener relaciones sexuales y a vender droga entre sus clientes.

Por su parte, la Policía Nacional ha llevado a cabo siete registros en prostíbulos y domicilios en las localidades malagueñas de Alhaurín de la Torre, Alhaurín el Grande, Coín, Pizarra y Málaga capital. Allí han intervenido 261.670 euros en efectivo, 30 gramos de MDMA, 15 gramos de cocaína, 114 dosis de vigorizantes sexuales, cinco vehículos de alta gama y una cartera de criptomonedas por valor de unos 100.000 euros. Además, se han bloqueado cuentas bancarias y propiedades por valor de 2.500.000 euros.

Los agentes comenzaron con la investigación, llevada a cabo por agentes adscritos a la Unidad Central de Coordinación Operativa y Técnica (UCRIF) de la Brigada Provincial de Extranjería y Fronteras en Málaga, a raíz de unas informaciones que apuntaban a la existencia de un grupo organizado que captaba mujeres de diferentes países que se encontraban en situación de vulnerabilidad. El objetivo de este secuestro era explotar a las víctimas laboral y sexualmente en clubes de alterne y domicilios de la comarca del Valle del Guadalhorce.

Según las diligencias, las víctimas residían en los prostíbulos y eran explotadas sexualmente en "condiciones abusivas". Además, estas estaban sujetas a una férrea disciplina dentro de estos y tenían que afrontar sanciones económicas si incumplían supuestas "medidas de régimen interno" de los clubes como, por ejemplo, incumplimientos de horarios o citas con los clientes.

Igualmente, las damnificadas estaban sometidas a un proceso de rotación por el cual no podían permanecer durante mucho tiempo en un mismo club, todo ello para evitar que se diesen situaciones de confianza entre las explotadas y de estas con los clientes habituales.

Delinquiendo y defraudando

Los responsables de la organización, además de delinquir explotando sexualmente de las mujeres y obligándolas a vender droga, también utilizaban un complejo entramados societario a partir del que defraudaban dinero a las arcas públicas, no pagando, en algunos casos, la cuota de los trabajadores a la Seguridad Social o, en algunos casos, creando altas ficticias. Así, las diferentes compañías investigadas habrían llegado a alcanzar una deuda con la Seguridad Social que rondaría el millón de euros.