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Manuel, el "tik toker" de las 3.000 que muestra la cara A del barrio

Visibiliza el día a día de la zona más pobre de España con parodias de Gloria Serra y el recurso del humor contra los estereotipos

El tiktoker Manuel Jiménez tiene más de 90.000 seguidores
El tiktoker Manuel Jiménez tiene más de 90.000 seguidores Kiko Hurtado

Triunfa en Tik Tok parodiando a la periodista Gloria Serra, pero su particular «Equipo de Investigación» sobre su barrio, las 3.000 viviendas, muestra también la cara A de esta zona del Polígono Sur tan denostada. «Los medios siempre sacan lo malo, que es lo que vende, sin enseñar lo bueno, que lo hay», apunta Manuel Jiménez.

Los vídeos en los que muestra el día a día de esta barriada sevillana con la particular forma de narrar de Gloria Serra se han viralizado en las redes, hasta el punto de que sus perfiles suman más de 90.000 seguidores. Todos ellos conocen ya quienes son la «huele muertos», la «cuerpo garrafa», la «tobillos negros» y «la pedroche», los motes con los que se refiere a sus vecinas. Tanto han calado, que «ya incluso entre ellas se llamas así», asegura a este diario entre risas.

Manuel utiliza el humor como recurso para mostrar la realidad no estereotipada de las 3.000, un barrio que se levantó hace 40 años para alojar a 3.000 familias sin recursos y que continúa siendo uno de los más pobres de España, con una renta media de poco más de 5.000 euros y azotado por el desempleo, el narcotráfico y la marginación.

«Cuando se habla del barrio en prensa siempre se exagera, se mete miedo, se dice que los de fuera son recibidos con piedras», critica. Le duele especialmente cuando lee comentarios en sus publicaciones despectivos hacia su entorno. «Hubo uno que nos tachaba de vagos, de mantenidos, cuando mi familia, pese a no tener contrato, tiene un trabajo que es el de recoger chatarra y se levanta todos los días a las 7 de la mañana», asevera.

No obstante, Manuel no esconde las carencias de su barrio, porque «la realidad hay que contarla». En sus publicaciones, de hecho, enseña la suciedad de las calles y a los jóvenes que un lunes por la mañana andan ociosos por las calles. Se refiere a ellos como «los futuros ingenieros» y aunque lo dice entre bromas, es su particular forma de denunciar el estigma del abandono escolar temprano en el Polígono Sur de Sevilla. Según la evaluación de la Junta de Andalucía de relativa a los cursos 2016-2019, el alumnado de Educación Secundaria que alcanzó la titulación fue del 57,89%, cuando en las zonas con un Índice Socioeconómico (ISC) similar el porcentaje superó el 71%.

Manuel estudió primaria en el colegio que lleva su nombre, el CEIP Manuel Giménez Fernández, y secundaria en el IES Antonio Domínguez Ortiz, donde lo hacen todos los niños de las 3.000. Él consiguió sacarse el Bachiller, pese a que «fue una época dura».

«Lo pasé mal en el cole y en casa por ser homosexual, no me sentía integrado y durante una época me hice el malo para ser aceptado», relata. Pese a todo, continuó con sus estudios «aunque no tenía para los libros menos, mal que confiaron en mí y me los prestaron».

Reconoce que le hubiera gustado seguir formándose, pero por necesidad tuvo que ponerse a trabajar. La oportunidad le llegó en el parque de atracciones de Isla Mágica, donde después le dieron la opción de trasladarse a Holanda a otro parque. Allí trabaja de abril a noviembre y cuando se acaba la temporada, vuelve a su casa, a las 3.000. «No me voy del barrio porque no quiero, es de donde provengo y me siento a gusto, aunque no siempre ha sido así», afirma este joven. «Me gusta vivir aquí, pero hay cosas que no comparto», como «la suciedad en las calles». Por allí no pasa el servicio de limpieza municipal, así que ha decidido barrer él mismo su acera e instalar unas cuantas papeleras. «Me sorprende cuando veo que los niños las usan», apostilla.

El "Ratón y la Montaña"

Manuel es un activista por su barrio y no se resigna a darlo por imposible. Ejemplifica a la perfección el cuento de Gramsci del «Ratón y la Montaña», de cómo el poder del cambio está en las manos de cada individuo, de cómo la solidaridad consciente y asumida tiene poder de transformación social.

Hace unos meses, decidió hacer obra en su casa y mejorar su fachada. A raíz de aquello, «las vecinas, conforme a sus posibilidades económicas, empezaron a adecentar también sus casas». Con esos pequeños ejemplos, los anima a vivir mejor.

Ahora y gracias a su éxito en Tik Tok, busca aprovechar ese impulso y poder probar suerte en el mundo del espectáculo, de la televisión, del entretenimiento. Desde luego, es un artista polifacético. Imita, comunica y canta, sobre todo, por Pablo Alborán, su ídolo, el que «con su música me ha impulsado a seguir adelante en los peores momentos de mi adolescencia». Para él tiene un mensaje: «Queremos que nos cantes en las 3.000 viviendas».

Ojalá haya suerte.