
Política
Moreno contraataca a la oposición por «indigna» en el caso cribados
El presidente exigió disculpas a los grupos de izquierda tras archivar la Fiscalía la denuncia por manipulación de pruebas

El último pleno del año en el Parlamento de Andalucía no fue escenario de confraternización navideña, quizás era demasiado pronto. La noticia del martes de que la Fiscalía de Sevilla archivaba las denuncias por manipulación y borrado de pruebas en el caso del fallo de los cribados por cáncer de mama enfrió los ánimos de la oposición e insufló de confianza a un Juanma Moreno que ve como va cerrándose una de las pocas grietas que han aparecido últimamente en la fachada de su gobierno. Con este contexto, el presidente andaluz, tal y como venía haciendo durante la semana su consejero de Sanidad, Antonio Sanz, pasó al contraataque e insistió en exigir disculpas a los grupos de izquierda que habían vertido las acusaciones que el Ministerio Público se encargó de desestimar, en lo que volvió a ser un debate bronco entre dimes y diretes.
Especialmente dañina fue su réplica a la representante de Por Andalucía, Inma Nieto, quien semanas atrás mostrase en el Parlamento las mamografías supuestamente borradas, fue tachada de «indigna» por un Moreno que no se cortó un pelo en un tenso intercambio de acusaciones: «Usted ha hecho una cacería contra los profesionales sanitarios», le espetó el presidente a Nieto, quien por dos veces se negó a disculparse ante el presidente e insistió en que por mucho que la Fiscalía no viese delito, eso no significaba que las mujeres estuviesen mintiendo. «Carece de ética, está tremendamente mal que ataquen a mujeres y otra vez vuelvan a atacarlas», terminó su réplica la representante de Por Andalucía sin que ninguno de los dos se moviese un ápice de sus posiciones iniciales.
La estrategia de Moreno pasó por situar a los partidos a la izquierda del PSOE, incluido el representante de Adelante Andalucía, José Ignacio García, en el mismo saco que los socialistas. Esto después de que García le acusase de usar distintas varas de medir a la hora de condenar la corrupción de los casos Ábalos y Cerdán, con el que afecta al ya ex presidente de la Diputación de Almería. «No hay cosa que degrade más a las instituciones que faltar a la verdad siguiendo la estrategia del PSOE, cuyo único eje de actuación es la mentira», le reprochó Moreno al representante de lo que el presidente tachó como «minigrupo» en un intento por ridiculizar la importancia de Adelante Andalucía tras lo que defendió su actuación respecto al caso de corrupción de la provincia almeriense donde desde el lunes hay un nuevo presidente en la Diputación, así como habrá un nuevo alcalde en Fines, para sostener que «a diferencia de otros actuamos», y devolver el reproche a Adelante por sus «dos varas de medir, la del PP y la que tiene que ver con el Partido Socialista».
Menos intenso fue el debate con el portavoz de Vox, Manuel Gavira, quien dejó sorprendido al presidente por su repentino ataque de andalucismo citando a Carlos Cano y sus letras cuando desde su formación siempre han renunciado a la idea de la autonomía andaluza en pos de un nacionalismo español exacerbado. «Para nosotros, nuestras banderas son la de Andalucía y la de España y de las dos nos sentimos orgullosos», le respondió Moreno a Gavira tras bromear por el cambio de paradigma de su oponente en el discurso inicial. El de Vox abogó por equiparar a PP y PSOE e incluso habló de un supuesto plan para llevar a cabo una «gran coalición» entre ambos partidos mayoritarios tras la salida de Pedro Sánchez del Gobierno. Una idea, que vista la polarización entre ambas formaciones, parece no sostenerse y así lo puso de manifiesto el presidente en su respuesta: «Nadie se cree eso de la gran coalición: ¿No está viendo los debates que hay en las Cortes Generales o en este Parlamento, qué gran coalición va a haber?», aseveró Moreno antes de afirmar que la «única alternativa posible al sanchismo y al PSOE se llama Partido Popular, no hay otra por número, por trayectoria y por capacidad de gobierno».
Llegado el turno del principal partido de la oposición, fue María Márquez la encargada de confrontar a Moreno por parte del Partido Socialista. La portavoz, a la que desde filas populares se empeñan en situar como candidata por delante de María Jesús Montero en un intento por desestabilizar a sus oponentes, aprovechando la ausencia de la designada líder, optó por tildar al dirigente andaluz como «presidente del no». «Usted que presume de ser el presidente de la moderación es el presidente del rodillo y del ‘no’ a lo que no propone usted», acusó Márquez a Moreno, a quien además afeó que rechazase el pasado martes la tramitación de una ley del PSOE-A «avalada por toda la comunidad educativa» para promover una reducción de ratios de alumnos por aula. Las acusaciones fueron sorteadas por el presidente, que centró sus esfuerzos en la teórica jefa de Márquez, la vicepresidente Montero, quien confirmó su participación en el acto por el reinicio de la actividad industrial de la factoría que fue Santana Motor en Linares (Jaén). «Sin poner un céntimo viene exclusivamente a hacerse una foto», exclamó Moreno antes de acusar a Montero de querer apropiarse de un logro conseguido por su administración tras el cierre de dichas empresas en la etapa socialista.
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