Gastronomía

Narea, el restaurante a cuatro manos que revoluciona la cocina sanluqueña

Alejandra Gnisci y Jaime Batista reciben el premio «Restaurante Revelación» solo un año y medio después de comenzar un sueño con raíces argentinas, italianas y andaluzas

Narea, el restaurante a cuatro manos que revoluciona la cocina sanluqueña
Narea, el restaurante a cuatro manos que revoluciona la cocina sanluqueñaKiko Hurtado

En la conocida ciudad costera de Sanlúcar de Barrameda, la aparición del restaurante Narea ha hecho resonar campanas culinarias en el panorama gastronómico. Tras recibir el prestigioso galardón «Restaurante Revelación» en los VII Premios Gastro&Cía de LA RAZÓN, no cabe duda de que la trayectoria de este innovador restaurante ha sido lanzada a los primeros planos de atención…y con razón.

El talento culinario detrás de este establecimiento radica en dos figuras brillantes: Alejandra Gnisci y Jaime Batista. Sus trayectorias, antes de cruzarse en un aula de la Escuela de Hostelería de Jerez, están empapadas de una gran diversidad de experiencias que hoy se fusionan en Narea. Desde las raíces argentinas e italianas de Alejandra hasta el alma sanluqueña de Jaime, su amalgama de influencias crea un sabor distintivo que está definiendo la nueva era gastronómica en Sanlúcar de Barrameda. Narea es el sueño «de abrir un restaurante con una cocina en la que pudiéramos transmitir nuestro propio lenguaje», señala Batista, que recuerda cómo esa idea individual de abrir un restaurante se fue transformando en algo conjunto cuando encontraron «un equilibrio único» entre ambos.

Sin duda, el inicio de Narea en junio de 2022 en la calle Banda Playa fue un acontecimiento trascendental, coincidiendo con la capitalidad gastrónomica que ese año ostentó Sanlúcar de Barrameda. Si bien su aparente timidez les caracteriza fuera de los fogones, en la cocina, su audacia se manifiesta en platos que desafían y expanden el sabor tradicional de Sanlúcar. El producto local es una constante, un homenaje a la tierra que los ha visto crecer. En este sentido, Gnisci asegura que sus objetivos son «ser honestos, ofrecer la mayor calidad para nuestros clientes, trabajar con productos de kilómetro cero y ser sostenibles».

Al adentrarse en el restaurante de esta joven pareja, uno no puede evitar sentir una conexión íntima con la historia de la ciudad y la pasión que Alejandra y Jaime han depositado en cada rincón del establecimiento. Desde las plantas que adornan los espacios, hasta los tonos tierra y cálidos que decoran las paredes, todo evoca un sentimiento de pertenencia. Narea no es solo un lugar para comer; es también una experiencia. Con capacidad para acoger a treinta comenensales en el interior y quince en la terraza, cada rincón está meticulosamente diseñado. Un ecléctico estilo decorativo combina madera, plantas y un toque «vintage-industrial», que crea un ambiente tan evocador como su menú.

La determinación de Alejandra y Jaime es clara: quieren que los comensales disfruten, que se sumerjan en su cocina y sientan cada sabor. Sin embargo, si al principio querían ofrecer un ambiente «disfrutón», ahora se encuentran en un momento más «radical» en el que ofrecen un concepto gastronómico fiel a sus raíces, pero con menús elaborados con técnicas más complejas. Pero, lo mejor de todo es el precio. Disfrutar de esta experiencia culinaria está al alcance de cualquier bolsillo. En la nueva temporada de otoño, los jóvenes chefs ofrecerán un menú degustación con tres, seis y nueve pases, «dependiendo de la profundidad en la que uno se quiera adentrar en Narea», explica Batista.

Y hablando de menús, Narea se enorgullece de su enfoque estacional. Aunque han tenido pequeños desajustes en sus tiempos, se están alineando a un ritmo que promete sorprender en cada cambio de estación. De propuestas asiáticas en verano a sabores más europeos en otoño, su versatilidad culinaria es evidente. El producto de temporada es la guía principal para los autores, que este año prometen sorprender incluso «cada semana» con el menú degustación. Según explican, el discurso de Narea se basa en «cambiar la carta cada temporada, adaptarnos al producto y al tiempo y contar al mismo tiempo nuestras raíces».

En cuanto a la oferta vinícola, Narea no se queda atrás. Sanlúcar de Barrameda, conocida por sus manzanillas, tiene un lugar especial en la carta de vinos del restaurante. Sin embargo, no es solo el vino local lo que destaca; la bodega de Narea es una muestra curada de vinos nacionales e internacionales, garantizando que haya una copa para cada paladar y cada plato.

En definitiva, Narea no es solo un restaurante; es una experiencia, una revolución gastronómica en Sanlúcar de Barrameda. Cada plato cuenta una historia y cada sabor es un testimonio de la pasión y dedicación de dos chefs que están redefiniendo la gastronomía en la región.