Pobreza

La Palmilla y Los Asperones, el "cementerio de los vivos"

La Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía denuncia que estas barriadas malagueñas «están olvidadas intencionadamente»

Vista panorámica del barrio de La Palmilla, en Málaga
Vista panorámica del barrio de La Palmilla, en Málaga La Razón

«Palma Palmilla y Los Asperones no son barrios olvidados, si no barrios para olvidar», apunta la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía (APDHA) en su último informe «Pobreza Sur 2024». Jorge Minguet y Eugenio Rivas, del departamento de Arte y Arquitectura de la Universidad de Málaga, explican en este informe que ambos distritos «fueron concebidos originalmente para ocultar todo aquello que nos pone en cuestión como sociedad». Por ello los definen como «barrios obliteradores»: «Apartados, desdibujados, escondidos, olvidados intencionadamente».

Palma Palmilla es el noveno barrio más pobre de España, con una renta media al año por habitante de 7.600 euros, según la última edición de Indicadores Urbanos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Situado muy cerca del centro de Málaga, fue construido originariamente para realojar a los damnificados por las inundaciones del Arroyo del Cuarto acontecidas en 1958. Posteriormente, las dos siguientes barriadas –la Virreina y la Palmilla– se levantaron para otorgar viviendas a la población procedente de chabolas. A partir de 1964, el boom turístico en la Costa del Sol propició un crecimiento urbano desorbitado y que muchas personas en situación de marginalidad fueran a parar a estas barriadas. Así, el desarrollismo propició la construcción de bloques de edificios de ladrillo y con aparentes comodidades, por lo que «la opción de vivir allí parecía en aquel momento la mejor moneda de cambio para todas estas familias». Pero, lo cierto, es que «nunca existió una buena infraestructura educativa, comercial o de transporte, lo que hizo que el barrio quedara aislado del resto de la ciudad», redudan desde la plataforma vecinal de Palma -Palmilla en su página web.

Por su parte, los autores del estudio de la APDHA apuntan a que se podría achacar al franquismo el cuestionable desarrollo urbanístico de Palma Palmilla, pero «el caso de la barriada de los Asperones, creada en plena democracia, nos demuestra no solo que no hemos aprendido nada, sino que somos capaces de hacerlo mucho peor».

Los Asperones se creó al oeste de la ciudad para albergar a vecinos procedentes de antiguos núcleos chabolistas como Estación del Perro, Puente de los Morenos y Portada Alta. Lo que en un inicio se planteó como una solución temporal, lleva más de 35 años en pie, convertido en un gueto marginal sin luz ni alcantarillado y sin que la Administración haya encontrado todavía, hoy en día, una solución definitiva.

Los autores Minguet y Rivas recuerdan que el barrio de Los Asperones se ubicó originalmente junto al cementerio, que «se creó casi al mismo tiempo». Desde entonces, el barrio «se ha visto rodeado por desguaces, empresas de demoliciones, y uno de los puntos limpios de la ciudad». Es decir, «por todos los desechos de la ciudad de los vivos». Por supuesto, el barrio ha quedado totalmente desconectado de la ciudad, pues la parada más cercana de bus queda casi a un kilómetro de la entrada y al otro lado de una carretera autonómica, con un sólo paso de cebra. Los autores del estudio de la APDHA recuerdan, en este punto, que «en su momento se invirtieron dos millones de euros para que el metro esquivara el barrio sin considerar la partada en ningún momento».

«¿Qué mensaje se envía a los residentes en estas barriadas», se preguntan estos profesores de la Universidad de Málaga, que rescatan varias de las respuestas recogidas en un informe de Cáritas. «De entre las muchas frases destaca por su precisión heladora y adecuadísima al contexto, una que, no en vano, hizo fortuna en la prensa: «Asperones es el cementerio de los vivos».

A pesar de ello, los autores rescatan la palabra «esperanza», que viene de la mano de la educación. «Privados de toda infraestructura dotacional, el único servicio que en ambos casos no se tuvo la indecencia de hurtar, fue un colegio». Tanto Palma-Palmilla como Los Asperones cuentan con uno, Es por ello, dicen los autores del informe de la APDHA, que «muchos de los investigadores que les dedican atención son docentes o, provenientes de otros ámbitos, personas sensibilizadas con la importancia de la educación. Quizá por ello, al hablar de estos barrios suele emerger recurrentemente el término «esperanza», apuntillan. No obstante, añaden, a manudo no hace falta solo con ello. «Bastaría un cambio de esa voluntad política para cambiar las cosas con relativa facilidad. Pero para ello sería necesario reconocer el valor de la diferencia, entender la riqueza de la diversidad, trabajando hacia la inclusión en lugar», concluyen.

"La pobreza en Andalucía tiene rostro de barrio vulnerable"

La pobreza en Andalucía tiene rostro de barrio vulnerable», apunta la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía (APDHA) y , por ello, su informe anual está dedicado en esta ocasión a las barriadas, «espacios en los que se acumulan condiciones de desigualdad en materia de educación, vivienda, convivencia, empleo y renta». En España siete millones de personas viven en barrios vulnerables y, de ellos, más de 1,5 son andaluces. ¿Cómo identificar estas barriadas? La entidad da las claves: en primer lugar, se componen de «viviendas baratas, mal aisladas, en las que viven familias numerosas en condiciones de hacinamiento, que sufren en muchas ocasiones cortes de suministros y no pueden mantener una temperatura adecuada tanto en invierno como en verano». Según, la APDHA, Sevilla, La Línea y Almería acumulan el 7%, el 9% y el 4,3% de las infraviviendas en España.