Agricultura
La plaga de un insecto amenaza la campaña agrícola en Almería
La proliferación del «Thrips parvispinus» está afectando a las exportaciones y los agricultores avisan de que la limitación al uso de fitosanitarios y la sequía disparan el riesgo de infección
El Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Agrícolas de Almería (COITAAL) ha mostrado su preocupación ante la proliferación del «Thrips parvispinus», un insecto que «está poniendo en riesgo los cultivos de pimiento en la provincia de Almería». Según el presidente de este órgano colegial, Fernando Paniagua, «durante los cinco primeros meses de 2023, casi siete de cada diez pimientos exportados desde España fueron cosechados en campos almerienses», por lo que «nos enfrentamos al desafío de preservar esta posición, mientras protegemos los cultivos de esta plaga».
Ante esta creciente amenaza, COITAAL ha elaborado una guía gratuita para identificar, prevenir y controlar la expansión de un insecto, que «está afectando gravemente al epicentro de las exportaciones, que ya dio problemas la pasada campaña haciendo buena parte de los frutos invendibles y que está provocando este año daños en plantas muy pequeñas, aprovechando las altas temperaturas y la humedad de los invernaderos, para reproducirse muy rápidamente».
Los ingenieros agrícolas almerienses reconocen «estar preocupados» ante una expansión que se fortalece tras las nuevas restricciones de la Unión Europea para el uso fitosanitarios en la agricultura. «Lo más difícil es prevenir, porque una vez infectada la plantación se producen grandes estragos» ha explicado Paniagua, señalando que «se han llegado a arrancar fincas enteras» en la provincia, «afectadas por un insecto que puede verse a simple vista en el revés de las hojas y que tiene un comportamiento letal para las cosechas».
Precisamente el producto más amenazado es también el principal cultivo almeriense, con más de 12.300 hectáreas de pimiento bajo invernadero en la provincia. Por ello, el presidente de COITAAL ha animado a los agricultores a «avanzar en los cerramientos de los cultivos», «cubrir el suelo de plástico», «liberar de las malas hierbas» o «utilizar placas cromáticas» para controlar la expansión de esta modalidad de trip y de otras plagas como «la mosca blanca», evitando así «una transmisión que a veces están haciendo los propios agricultores sin darse cuenta».
La sanidad vegetal se ha convertido en la «gran preocupación» de la producción intensiva almeriense, como ha reconocido también el delegado de Agricultura en Almería, Antonio Mena. «Estamos presentando algunas soluciones e incidiendo en la formación de los agricultores», ha manifestado el responsable autonómico en los primeros días de la nueva campaña agrícola y ante «algunos problemas de transmisión de enfermedades víricas y plagas que tuvieron alto impacto el pasado año y podrían volver a reproducirse esta campaña».
De hecho, las más de 8.600 hectáreas en la provincia de Almería dedicadas a la plantación de tomate se enfrentan también al virus del rugoso, una enfermedad localizada por primera vez en Vícar y El Ejido en 2019 y que se ha expandido de forma alarmante durante las últimas campañas. «Estamos llevando a cabo un intenso control de semillas para evitar la propagación el rugoso», ha aseverado Mena, invitando al sector a «una apuesta clara por el control biológico, acabando con las diferencias actuales en los tratamientos de cultivos de invierno y primavera, para un adecuado seguimiento de las plagas» y «ante una normativa europea cada vez más exigente con el uso de fitosanitarios».
A falta de oficialidad y del recuento de los últimos datos del mes de agosto, el sector primario almeriense ya supera los 4.312 millones de euros en 2023, con cuatro millones de toneladas exportadas desde sus 62.184 hectáreas de cultivo hortofrutícola, tanto en invernadero como al aire libre.
Tras la llegada de los primeros pimientos tempranos, echa a rodar la nueva temporada agrícola «con un retraso de 15 o 20 días», como ha manifestado el delegado de Agricultura, porque «parece que los productores están intentando centrar su pico de producción en las ventanas de comercialización donde sabe que, históricamente, la rentabilidad está garantizada». Un retraso en las plantaciones que «podría ser positivo», ha indicado el delegado almeriense, en una «campaña que arranca lenta, pero con buenos precios» y con incertidumbre respecto a «cuestiones geopolíticas que puedan volver a afectar a los costes de producción» o «qué harán competidores como Holanda y Marruecos, ante las nuevas condiciones climatológicas».
Lo que parece claro es que «la superficie agrícola se ha mantenido» y «son muy complicados los incrementos de explotaciones en los próximos años debido al factor limitante del agua» como ha valorado Mena, quien destacó los 200 millones de la Junta en infraestructuras hídricas.
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