Agravio

¿Por qué a Barbate no?

La localidad, con una servidumbre militar del 39%, no recibe compensación económica alguna del Estado por el Retín

La Sierra del Retín, en Barbate (Cádiz), es una zona militar con acceso restringido
La Sierra del Retín, en Barbate (Cádiz), es una zona militar con acceso restringidoLa RazónLa Razón

Dice el refranero español que «a perro flaco todo son pulgas». Refrán que, casi a modo de sentencia, refleja la realidad de Barbate desde hace décadas. Y es que, enclavada en una de las zonas más espectaculares de cuantas existen en el litoral gaditano (blindada por el Parque Natural de la Breña y las aguas y playas del Atlántico), esta localidad de ADN pesquero y almadrabero (en la década de los 70 fue uno de los puertos más ricos de España) ve ahogado su desarrollo por el gran número de servidumbres que padece en su término municipal, 143,47 kilómetros cuadrados.

Servidumbres entre las que destaca (el 39 % del término municipal) la militar, fruto de la existencia del Campo de Adiestramiento de la Sierra del Retín. Declarado Zona de Interés para la Defensa Nacional (Real Decreto 885/2014, de 10 de octubre) por sus condiciones y posición estratégica (cercano a centros navales como los de San Fernando, Cádiz y Rota, donde se localizan las bases del Tercio de la Armada y los buques anfibios del Grupo de la Flota), dicho campo se extiende entre el núcleo urbano y la localidad de Zahara de los Atunes. 5.331 hectáreas de extraordinaria belleza natural, que podrían ser ideales para desarrollos agrícolas, ganaderos o turísticos sostenibles, y cuyo único gran rendimiento es de carácter militar.

Servidumbre militar (la mayor de la provincia de Cádiz, cuyo total son 8.000 hectáreas) que comparte con la Base Naval de Rota, Cortijo Buenavista y la Yeguada (San Roque), población de San Carlos (San Fernando), zona del Escuadrón de Vigilancia Aérea 11 (Parque Natural de Los Alcornocales, en Alcalá de los Gazules), Camposoto (San Fernando) y la Estación naval de Puntales (Cádiz).

Tal es la relevancia de dicho campo de adiestramiento, el único de carácter anfibio, que, anualmente, es escenario de maniobras de las Fuerzas Armadas españolas y de países aliados (OTAN), con una participación aproximada de 11.000 personas.

Con ser un obstáculo para el desarrollo de la localidad, una molestia para sus habitantes y, en no pocas ocasiones, para quienes veranean en ella (las maniobras vienen acompañadas de fuertes ruidos), lo peor para Barbate es que, inexplicablemente y como recientemente ha vuelto a denunciar su alcalde, el andalucista Miguel Molina, no recibe compensación alguna, «ni un solo euro», por parte del Estado, concretamente el Ministerio de Defensa.

Hecho que irrita e indigna más aún a su Consistorio y habitantes cuando dichas compensaciones económicas sí se producen en otras zonas militares, caso de la vecina Rota, Morón o las Bardenas Reales, parque natural de Navarra, cuya servidumbre afecta a menos de la mitad del Retín y por la que el Ministerio de Defensa compensa anualmente a la Comunidad Foral de Navarra con 14 millones de euros.

«Hasta el momento –señalaba el documento que días atrás aprobó la corporación municipal para solicitar la Declaración de Especial Singularidad de Barbate– no se percibe en el Ayuntamiento ni un solo euro procedente de impuestos o actividades económicas que en este territorio se realizan, ya que ni se paga ITV de los vehículos, ni tasas de obras o basuras y las actividades económicas como la saca de corcho, no repercuten para nada en el municipio; cuestiones todas ellas que sí se tienen en cuenta en otros municipios con servidumbre militar, con el consiguiente agravio comparativo». Lo cierto es que hasta el momento todo han sido buenas palabras y poco más. Dado este escenario, el Ayuntamiento de Barbate ha elevado una solicitud para que el Estado abone una deuda histórica acumulada de 411.792.273,45 euros.

Intentando sobrevivir a la asfixia

Sobre la Sierra del Retín hay muchas intenciones y proyectos que no han pasado el umbral de lo institucional, agravando aún más la situación de un municipio que en las últimas décadas ha sido uno de los más castigados por la lacra de la droga. A esto hay que unir las limitaciones para la generación de riqueza y empleo. En este sentido, a la servidumbre militar se unen otras, como el parque natural o carreteras que afectan al 43% de su término municipal. Barbate intenta sobrevivir a la asfixia.