Declaración de intenciones
"Me meto en todos los charcos, porque los alcaldes que no son valientes pasan"
José Luis Sanz asegura que no es alcalde para pasar cuatro años "sin mancharme los zapatos" y percibe que los sevillanos empiezan a apreciar los cambios en la gestión
José Luis Sanz se planteó volver a salir de nazareno el año pasado. Hermano de San Isidoro y de La Calendaria, terminó descartándolo porque era materialmente imposible cumplir con sus obligaciones de alcalde de Sevilla durante la Semana Santa. Este año confía en que la lluvia no vuelva a ser la triste protagonista. Todo está preparado, la ciudad se blinda. Incluso, este año se ha flexibilizado la "ley seca" para atender la demanda del sector hostelero.
Estamos a las puertas de la Semana Santa. ¿Es Sevilla una ciudad segura?
El Ministerio del Interior refuerza la seguridad, se organiza y planifica todo con tiempo, y vienen dispositivos de toda España. En los grandes eventos la ciudad no tiene problemas. La Semana Santa, al igual que la Feria, son muy seguras. El problema de Sevilla es el día a día y los más de 300 policías nacionales que faltan, lo que provoca, por ejemplo, que no se actúe con la frecuencia suficiente en zonas conflictivas. Si esas redadas que hemos visto hace unos meses, provocadas por tiroteos, se hicieran una vez por semana nos iría mejor a todos.
Ahora que recuerda esos incidentes en las Tres Mil Viviendas. ¿Cuándo se anunciarán los derribos de edificios no habitados?
Estamos en conversaciones con la Junta de Andalucía, a través de la agencia AVRA, para ver qué bloques están vacíos y que se han convertido en plantaciones de marihuana. El objetivo es tirarlos abajo algunos de ellos con el objetivo de hacer grandes avenidas, regenerar los espacios públicos o mejorar las zonas verdes y de equipamientos. Durante los últimos años se han aplicado en esos barrios criterios urbanísticos incorrectos, que han provocado que sean guetos. Si Sevilla quiere ser una gran capital dentro de 20 ó 30 años tiene que afrontar esa realidad. La Junta de Andalucía está terminando el plan que marque criterios y cómo sería la planificación de esa obra. En el plazo de un mes esperamos presentar esa estrategia. Lo ideal es abrir los barrios a la ciudad.
Va a llegar al ecuador de su primer mandato. Da la sensación desde fuera de que han sido difíciles...
Han sido dos años muy duros porque nos hemos encontrado un Ayuntamiento muy mal organizado desde el punto de vista interno. Un Ayuntamiento que no estaba adaptado a la ley de grandes ciudades del año 2003, una normativa que permite a consistorios como el de Sevilla acogerse a una serie de instrumentos para agilizar el funcionamiento de la administración. Hemos hecho cosas durante estos dos años que por desgracia se han visto poco en la calle pero que eran fundamentales para que se empiecen a ver resultados en los próximos dos años. Hemos estado a nivel interno rompiendo muchas inercias, era algo que había que hacer.
¿Necesita tiempo?
Lo que yo quiero hacer en Sevilla es imposible en cuatro años. Cualquiera que conozca la gestión de un ayuntamiento sabe que tiene que hacer compatible sus objetivos a corto plazo, que son los que permiten ganar elecciones; los objetivos a medio plazo, que con suerte alguno verás, y a largo plazo, que no verás ninguno pero tienes que empezar a planificarlos. Hablar al sevillano de la Sevilla de 2030, si no sabes gestionar el día a día, es totalmente improductivo.
¿Y la ley de capitalidad?
Estamos en ello. La Ley de capitalidad nos permite incrementar el número de habilitados nacionales en función del presupuesto. El Ayuntamiento de Málaga tiene 19 habilitantes (secretarios, interventores, tesoreros...); el de Valencia, 25; el Cádiz, 7... Y el de Sevilla, 3. Vendrán nuevas incorporaciones. Durante muchos años no ha habido nadie pendiente de que las cosas funcionaran bien. El PSOE pensaba que un ayuntamiento como este funcionaba por inercia. Nos hemos encontrado un ayuntamiento dejado, abandonado, igual que la propia ciudad de Sevilla.
¿No hay demasiados turistas en el centro?
Uno de los graves problemas de Sevilla es que el turismo está concentrado en un solo triángulo de la ciudad: Alcázar, Catedral y barrio de Santa Cruz. Tenemos la suerte de tener una ciudad que lo tiene todo y con más rutas turísticas que no se han puesto en valor todavía: Triana, la Macarena, la ruta judía, la musulmana, la cristiana... Hay muchas cosas que se pueden poner en valor para diversificar y descongestionar ese triángulo.
Con un Madrid-Barcelona a la vuelta de la esquina y con el Betis disputando sus partidos de la próxima Liga en La Cartuja, hay muchos aficionados con miedo aquella ratonera...
Esta semana han estado el gerente de urbanismo y el de Estadio viendo lo que hay que hacer y se está haciendo. Se van a reorganizar esos accesos que hacen falta para la Copa del Rey. Estará listo.
A usted le gusta el contacto directo con los vecinos, ¿qué percibe?
Desayuno cada día en un sitio distinto de la ciudad y lo que percibo es que los sevillanos empiezan a ver que se están haciendo cosas. Y que hay otro talente en los distritos, mucho más receptivos, a las demandas de los vecinos. Eso sí, me sorprende una crítica que me hacen. Me dicen que me meto en muchos charcos. Yo es que he venido aquí a meterme en muchos charcos. No he venido a pasar cuatro años sin mancharme los zapatos. Ese ha sido uno de los problemas de los últimos años, que los alcaldes trataban de pasar de puntillas y yo he venido a resolver problemas históricos de Sevilla y para eso es necesario hacer mucho ruido.
Eso me recuerda que va a homenajear al socialista Alfredo Sánchez Monteseirín...
Discrepo con él en muchas cosas, pero ¿sabe cuál fue su gran cualidad? La valentía. Fue valiente peatonalizando la avenida, no me gusta dónde están las Setas pero hoy es un gran reclamo de la ciudad y fue valiente apostando por la Encarnación... Los alcaldes que no son valientes pasan y yo estoy aquí para resolver problemas.
Y usted insiste en pisar el charco de la Plaza de España...
En cualquier otra capital europea un edificio como ese sería un gran museo. La Fontana di Trevi ya cobra 5 euros...