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Despertar con el suave ronroneo de un gato es para muchos amantes de los felinos una de las mejores formas de comenzar el día. Pero más allá de lo entrañable que pueda parecer, surge una duda muy común entre los cuidadores: ¿es realmente buena idea dormir con tu gato?
Los gatos, a menudo descritos como independientes y territoriales, han sido víctimas de ciertos estereotipos que los pintan como distantes. Sin embargo, quienes comparten su vida con uno saben que estos animales disfrutan del contacto humano, especialmente cuando se trata de compartir momentos de descanso.
Dormir con tu gato puede ser una experiencia positiva tanto para el animal como para el humano, siempre que se mantengan ciertas precauciones básicas. La clave está en la higiene y en el estado de salud del felino.
Antes de convertir la cama en territorio compartido, es fundamental asegurarse de que el gato esté correctamente desparasitado y con sus vacunas al día. Además, conviene mantener una rutina de limpieza: cambiar con regularidad las sábanas, ventilar la habitación y cepillar al gato con frecuencia para reducir la cantidad de pelo suelto.
Si estas condiciones se cumplen, dormir con tu gato puede convertirse en una costumbre altamente beneficiosa.
Dormir junto a tu gato refuerza el vínculo entre ambos. Cuando el animal elige descansar contigo, está demostrando un alto nivel de confianza. Su presencia, además, tiene efectos calmantes: el ronroneo felino se ha relacionado con una reducción del estrés y una mejora en la calidad del sueño.
Diversos estudios apuntan también a que los cuidadores de gatos presentan menores niveles de ansiedad e, incluso, menor riesgo de enfermedades cardiovasculares. La compañía de un gato durante la noche puede ofrecer consuelo emocional y sensación de seguridad.
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