
Animales
El Mercado de Sonora, símbolo del comercio de fauna en México, afronta el final de una era
Una orden judicial pone fecha límite al histórico recinto donde durante décadas se han vendido animales vivos

El bullicioso y tradicional Mercado de Sonora, ubicado en la alcaldía Venustiano Carranza de la Ciudad de México, se enfrenta a un cierre histórico de su sección dedicada a la venta de animales vivos. Una resolución del Tribunal de Justicia Administrativa de la Ciudad de México, emitida en agosto tras una demanda de la asociación animalista Va por sus Derechos, ordena que todos los locales que comercializan especies vivas cesen su actividad antes de 2026. El tribunal determinó que su operación es ilegal según la actual Ley de Protección y Bienestar Animal.
En una de las secciones más antiguas del mercado, los puestos de animales siguen activos entre los negocios de máscaras y artículos festivos. Sandra Rodríguez, de 46 años, continúa con el negocio familiar iniciado por sus abuelos. “Es un trabajo digno”, señala, mientras reconoce que el área padece deficiencias estructurales y sanitarias que las autoridades han señalado en repetidas inspecciones.
La ley que prohíbe la venta pública de animales vivos en mercados de la capital se reforzó en octubre de 2023, cuando el Congreso de la Ciudad de México modificó la norma para reconocer a los animales como “seres sintientes”. Una inspección posterior confirmó la falta de higiene, la ausencia de personal veterinario y permisos comerciales vencidos, lo que sirvió de base legal para la orden de clausura.
Para los vendedores, la medida marca el fin de una tradición que se ha transmitido durante generaciones. Algunos ya han cerrado sus puestos, mientras otros aseguran no haber recibido información clara sobre alternativas laborales o planes de reconversión. “Nos notifican que debemos cerrar, pero nadie nos dice qué va a pasar después”, lamenta Rodríguez.
Del otro lado, las asociaciones animalistas celebran el fallo como un paso importante en la protección de la fauna urbana y silvestre. “No se trata de criminalizar a los comerciantes, sino de dejar de tratar a los animales como mercancía”, explica la abogada Susana Ramírez, representante de Va por sus Derechos.
El Mercado de Sonora, abierto desde mediados del siglo XX, ha sido un punto de encuentro entre tradición, misticismo y comercio popular. Ahora, su área de animales enfrenta el final de un ciclo. Lo que durante décadas fue una estampa cotidiana de la capital mexicana se transforma en símbolo de una nueva etapa: la del tránsito hacia un modelo de comercio que busca conciliar la cultura popular con el bienestar animal.
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