Animales

El precioso animal que podría tener la clave para la eterna juventud

Para los flamencos de la Camarga francesa, migrar es una apuesta arriesgada que se paga con una vejez más lenta, mientras que la comodidad de quedarse en casa parece acelerar su declive vital, según un estudio

Flamencos en una de las lagunas de Doñana
Flamencos en una de las lagunas de DoñanaCSIC

El peaje biológico de quedarse en casa o echar a volar es, para los flamencos rosados de la Camarga francesa, una disyuntiva con consecuencias de por vida. Un exhaustivo estudio ha revelado que la elección entre una existencia sedentaria y una vida de continuos viajes por el Mediterráneo determina de forma directa la velocidad a la que envejecen. Los ejemplares que nunca abandonan su hogar sufren un envejecimiento mucho más rápido, experimentando un declive funcional que es un 40 % mayor que el de sus parientes viajeros. Este hallazgo pone de manifiesto que el envejecimiento animal es más complejo de lo que se cree, algo que también se aplica al intentar calcular la edad real de un perro más allá de los mitos populares.

De hecho, este desgaste acelerado se manifiesta en las aves residentes a una edad más temprana, con los primeros síntomas de decadencia apareciendo en torno a los 20,4 años. El contraste es notable con aquellos que optan por la aventura de la migración, cuyo proceso de envejecimiento no suele arrancar hasta pasados los 21,9 años. La investigación se centra en estas dos estrategias vitales opuestas: la de los «residentes», que disfrutan de la aparente seguridad del humedal francés, y la de los «migrantes», que se embarcan en peligrosos periplos.

Sin embargo, la vida sedentaria no solo entraña inconvenientes. Durante la juventud, estos flamencos gozan de una ventaja considerable, con una mayor probabilidad de supervivencia y un mayor éxito reproductivo inicial. Es una apuesta por el presente que parece muy rentable en las primeras etapas de la vida adulta, una contradicción que revela la complejidad de las decisiones biológicas, tal y como han publicado en Animals News.

Una juventud arriesgada a cambio de una vejez más saludable

Por contra, los flamencos viajeros pagan un precio muy alto al principio. Sus constantes desplazamientos por la cuenca mediterránea, desde las marismas españolas hasta las costas de Turquía, los exponen a innumerables peligros. Esto se traduce en una tasa de mortalidad superior y mayores dificultades para criar durante sus primeros años. Solo los que superan esta dura prueba inicial son los que obtienen la recompensa de una senectud más lenta y saludable.

Asimismo, la robustez de estas conclusiones se fundamenta en un proyecto científico de una envergadura excepcional. Los datos provienen de un programa de anillamiento y seguimiento que se inició en 1977, lo que ha permitido a los biólogos analizar los historiales de miles de aves. Este seguimiento de varias décadas ha sido fundamental para identificar patrones que solo se revelan a muy largo plazo. El valor de estos estudios a gran escala es incalculable para la biología, permitiendo no solo comprender el presente de las especies, sino también recuperar el pasado, como demuestran los esfuerzos para que algunas especies extintas durante 10.000 años vuelvan a la vida.

En definitiva, los flamencos rosados se han convertido en un modelo de estudio idóneo para investigar el envejecimiento gracias a su extraordinaria longevidad como especie, pues no es raro encontrar ejemplares que superan el medio siglo de vida. Su existencia demuestra que, en la naturaleza, cada estrategia vital implica un delicado equilibrio entre las recompensas del presente y la vitalidad del futuro.