Ciencia

¿Un tiburón se vuelve “asesino”? La controvertida teoría que podría cambiar la gestión de sus ataques

La teoría del «tiburón problemático», un individuo reincidente, divide a la ciencia: mientras unos apuestan por cazarlo para evitar matanzas masivas, otros creen que es una fantasía peligrosa que estigmatiza a la especie

EL PINAR (EL HIERRO), 25/08/2025.- Miembros de los centros de buceo de La Restinga, en el municipio de El Pinar, han avistado en las últimas semanas un ejemplar de tiburón de la especie Odontaspis ferox, comúnmente denominados Tiburón Solrayo, en aguas de la Reserva Marina del Mar de Las Calmas, en El Hierro. EFE/ Ruyman Escuela/Buceo El Bajón SÓLO USO EDITORIAL / SÓLO DISPONIBLE PARA ILUSTRAR LA NOTICIA QUE ACOMPAÑA (CRÉDITO OBLIGATORIO)
Ciertos tiburones adquieren por razones desconocidas una peligrosa afinidad por atacar a bañistas,Ruyman Escuela/Buceo El BajónAgencia EFE

La idea suena a guion de película de terror, pero está partiendo en dos a la comunidad científica: la posibilidad de que un puñado de escualos, como si de asesinos en serie se tratara, sean los responsables de la mayoría de los ataques a humanos. El biólogo marino Eric Clua es el principal defensor de esta controvertida hipótesis, que postula la existencia de «tiburones problemáticos», individuos concretos que desarrollan un comportamiento anómalo y reincidente contra las personas.

De hecho, la propuesta de Clua plantea un pulso directo a la visión tradicional, que considera estos incidentes como sucesos aleatorios y desafortunados. Su teoría, por el contrario, sugiere que ciertos tiburones adquieren por razones desconocidas una peligrosa afinidad por atacar a bañistas, lo que abriría la puerta a una gestión de la fauna marina mucho más precisa y selectiva que la actual.

En este sentido, un análisis genético ha aportado la primera prueba científica sólida que respalda esta línea de investigación. Las pruebas de ADN confirmaron de manera irrefutable que un único tiburón tigre fue el causante de dos ataques distintos ocurridos en el Caribe: uno mortal en la isla de Saint-Martin en diciembre de 2020 y otro posterior en las aguas de San Cristóbal y Nieves, tal y como han publicado The Guardian.

La caza selectiva como posible solución

Por ello, el objetivo final de Clua no es demonizar a la especie, sino desarrollar un método para identificar a estos ejemplares problemáticos y proceder a su captura. La idea es retirarlos de forma selectiva del ecosistema para evitar las respuestas indiscriminadas y poco efectivas que se aplican ahora, como las matanzas generalizadas que se ordenan en algunas regiones tras una oleada de incidentes.

Sin embargo, llevar la teoría a la práctica ha demostrado ser una tarea titánica. Un equipo de científicos intentó localizar al tiburón tigre identificado en el Caribe analizando el material genético de 49 ejemplares de la zona, pero la búsqueda fue infructuosa. A pesar del enorme esfuerzo desplegado, el animal nunca fue encontrado, lo que evidencia las dificultades de capturar a un solo individuo en la inmensidad del océano.

Aun así, los defensores de la hipótesis recuerdan que el concepto de «animal problemático» ya se aplica con normalidad en la gestión de depredadores terrestres como leones o tigres, cuya eliminación selectiva es una práctica habitual. Además, el estudio de Clua señala otros casos sospechosos que podrían encajar en este mismo patrón, como los de un tiburón tigre en Costa Rica y un tiburón oceánico en Egipto, abriendo un debate que redefine por completo la compleja relación del hombre con los grandes depredadores marinos.