
Perros
Si ves un perro con esta correa deberías apartarte de él
Ese lazo amarillo que cada vez más perros lucen en sus correas no es un simple adorno, sino un código visual para pedir distancia y proteger a los animales más nerviosos, mayores o en recuperación

Para muchos dueños, el simple acto de pasear a su perro por un parque concurrido puede convertirse en un suplicio. La necesidad de estar siempre alerta, de anticipar cruces con otras personas o animales y de gestionar la ansiedad de su propia mascota se convierte en una fuente de tensión constante. Un estrés que empaña un momento que debería ser de disfrute tanto para el animal como para su propietario.
Frente a este problema, ha surgido una solución ciudadana tan sencilla como eficaz: un simple lazo amarillo atado a la correa. Este distintivo no es un adorno, sino una herramienta de comunicación silenciosa que lanza un mensaje claro y directo al resto de viandantes y dueños de mascotas: este perro necesita su espacio, por favor, mantén la distancia.
De hecho, es un error común asociar esta señal únicamente con perros agresivos o con mal comportamiento. Las razones para solicitar esta distancia de seguridad son mucho más variadas de lo que podría parecer, ya que no siempre es un problema de conducta. Un animal puede necesitar su espacio por estar recuperándose de una operación, por ser ya mayor y frágil, por tener un carácter miedoso o por encontrarse en pleno proceso de adiestramiento.
Un pacto social sin regulación oficial
Sin embargo, es fundamental comprender que este código visual no es una norma oficial ni está recogido en ninguna ordenanza municipal. Su efectividad se basa exclusivamente en el conocimiento y la colaboración ciudadana; en esencia, depende del respeto de la comunidad. Apela directamente a la empatía y al sentido común para prevenir situaciones incómodas o incluso peligrosas en los espacios públicos.
Asimismo, aunque el amarillo es el color más extendido para pedir distancia, algunos propietarios ya utilizan otros colores para transmitir mensajes diferentes sobre las necesidades de sus perros. Un lazo rojo, por ejemplo, puede indicar una mayor precaución, mientras que uno verde puede señalar que el animal es sociable y no tiene problemas en interactuar con otros perros.
Por todo ello, la difusión de este código informal resulta clave para su éxito. Conocer su significado y actuar en consecuencia es un pequeño gesto de civismo que puede marcar una diferencia enorme en el día a día de muchos, fomentando una coexistencia más armónica en las calles y parques que todos compartimos. Se trata, al fin y al cabo, de construir un entorno más seguro y tranquilo para personas y animales por igual.
✕
Accede a tu cuenta para comentar