Unión Europea

UE debe esforzarse por lograr diálogos entre iguales, dice experto español

El investigador Xulio Ríos recibe el Premio Casa Asia
El investigador Xulio Ríos recibe el Premio Casa AsiaEUROPA PRESSEUROPA PRESS

El papel de la Unión Europea (UE) en el mundo del siglo XXI no debiera ser el de actuar como comparsa de terceros, sino el de elevar sus intereses para lograr un diálogo entre iguales, que incluye a EE. UU. y otros actores de significación global como Rusia o China, dijo el director del Observatorio de Política China, Xulio Ríos, en una entrevista con Xinhua.

   La conversación con Ríos se produce en vísperas de la cumbre entre la Unión Europea y Estados Unidos a celebrarse el día 15 de junio en Bruselas, para abordar una amplia gama de asuntos de interés común, como la COVID-19, el clima, el comercio y la inversión, la tecnología, los asuntos exteriores y los valores communes.

   En la cumbre por parte de la UE estarán presentes el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y Estados Unidos será representado por el presidente Joe Biden.

   Según el especialista, la recuperación del prestigio de la UE y de la propia idea de Europa como actor geopolítico global exige cambios de política en el interior que tengan en cuenta los intereses de las mayorías sociales y de los pueblos del continente con una agenda específica que abogue por la mejora de la cohesión.

   Afirmó que dicha agenda debe ser marcada en la propia Europa y orientarse a la reafirmación de las señas de identidad de un modelo que tradicionalmente ha apuntado al crecimiento, el bienestar, la solidaridad y la paz.

   En los tiempos actuales de grandes cambios geopolíticos y geoeconómicos, centrar el lugar de Europa también pasa por trascender el eurocentrismo y afirmarse como un pilar del sistema internacional en una coyuntura de intensa mutación global, aseveró.

   En la cumbre del G7 celebrada del 11 al 13 de este mes en el condado inglés de Cornualles, Ríos observó una manifiesta pérdida de oportunidad para el diálogo entre iguales y consideró que Europa debería imponer una ruta diferente a la del pasado.

   Opinó que “al llamado que hemos visto ya solemnizado en la reciente cumbre del G7 a un cierre de filas contra China para salvar la hegemonía de EE. UU., Europa debe oponer una agenda que dé la espalda al resurgir de las políticas del siglo XX que condujeron a un mundo dividido en bloques”.

   El experto español propuso que “es hora de reconocer los cambios registrados en las últimas décadas y habilitar un espacio para el respeto, el diálogo y la búsqueda del beneficio mutuo, trazando la arquitectura sistémica de los nuevos tiempos”.

   La mera abducción acrítica por parte de EE. UU. conduce a la UE a la irrelevancia política en un momento en que su voz mediadora pudiera resultar decisiva, advirtió Rios.

   Recalcó que son muchos los puntos de convergencia de la UE con EE. UU., pero ello no significa que sea necesariamente de su interés reeditar las dinámicas de confrontación del pasado ni tampoco resulta comprensible la renuncia a la implementación de políticas constructivas con aquellos actores con quienes reconoce divergencias sustantivas.

   “En los últimos años, la UE se ha visto afectada en su credibilidad ante la opinión pública europea. Primero fue la crisis financiera de 2008; después, la pandemia. Dos gravísimas coyunturas y sus efectos demoledores perduran. En ambos casos, una gestión deficiente derivó en altos costes económicos, humanos y sociales”, abundó.

   Ríos encontró en la jerarquización interior y la cerrada apuesta por políticas neoliberales el surgir del desapego cívico que se manifestó en un contexto de emergencia de populismos de variado signo, incluido el propio auge del antieuropeísmo.

   Indicó que los cambios experimentados en Europa y en el mundo desde los años 90 requieren de todos los actores un esfuerzo de reflexión y adaptación, con sentido de perspectiva para alejar la hipótesis del traumatismo.

   “En los últimos años, ante el auge del unilateralismo y el proteccionismo en EE. UU., la reivindicación de una autonomía estratégica se vislumbró como una opción natural y necesaria. El cambio de administración en EE. UU. parece haber eclipsado de repente ese empeño y Bruselas se debate de nuevo entre la procedencia o no de abjurar de su identidad geopolítica”, resumió el experto.

   Añadió que, frente a “esta opción emancipadora y constructiva”, hay quienes abogan por la disolución y la renuncia a desarrollar una visión propia, acomodada a sus intereses estratégicos.

   “Hoy una cosa, mañana otra, la UE no parece saber lo que quiere”, lamentó.

   Destacó que, para la UE, la agenda global exige una puesta en común sobre muchos temas, desde el cambio climático a la salud pública mundial, y la urgente identificación de oportunidades de cooperación.

   “Es aquí donde la trayectoria de la UE debiera ponerse en valor reconociendo que otros actores, más allá de Occidente, pueden también hacer aportaciones decisivas. Para ello, debe preservar su autonomía y hacer de ella un signo de su identidad política”, finalizó.