Internet

4 productos que creemos saludables (y que no lo son tanto)

A todos nos ha pasado. Seguro que en nuestro día a día sacamos partido de productos que creemos más saludables de lo que son, todo depende de la forma en la que lo utilicemos.

4 productos que creemos saludables (y que no lo son tanto)
4 productos que creemos saludables (y que no lo son tanto)larazon

A todos nos ha pasado. Seguro que en nuestro día a día sacamos partido de productos que creemos más saludables de lo que son, desde un jabón antibacteriano hasta una simple pasta dentífrica. Con ellos como, como con la mayoría, todo depende de la forma en la que lo utilicemos.

La esponja vegetal: el producto estrella de esta lista. Algo que generalmente utilizamos para provocar el efecto contrario –la limpieza-, puede convertirse en una reunión de bacterias, hongos y moho. Además, cualquier pequeña herida abierta de nuestro cuerpo (incluso microscópicos restos de afeitar) están en riesgo de infecciones si utilizamos la esponja indebidamente.

¿Cómo evitarlo? Mejor utilizar una esponja vegetal con fibras naturales que tienen enzimas para controlar las bacterias y el moho, e importante, cambiarla cada mes. Tras su uso, hay que enjabonarla, escurrirla bien y guardarla en un ambiente seco y fresco.

El humidificador: un aparato que resulta una salvación para un clima demasiado seco o frío, así como la congestión nasal o la piel seca puede generar problemas si no se limpia adecuadamente o con suficiente frecuencia, ya que en los humidificadores pueden crecer moho y patógenos, arrojándolos al aire. Los alérgicos, además, pueden experimentar mayores problemas, ya que el aire de casa puede convertirse en un caldo de cultivo para los ácaros del polvo.

¿Cómo evitarlo? Tras utilizar el humidificador es muy importante vaciar y secar completamente el recipiente donde se deposita el agua, porque puede acumular moho. La Agencia de Protección Ambiental también recomienda limpiar los humidificadores portátiles cada tercer día mediante el uso de un cepillo o estropajo, para eliminar los posibles depósitos de suciedad.

Bastoncillos de algodón: puede sonar mal, pero la cera de nuestros oídos existe precisamente para proteger las delicadas estructuras del oído interno contra el polvo y los escombros. Partiendo de esa base, es cierto que muchas veces se acumula y puede causar molestias, por lo que se debe eliminar (limpiar).

¿Cómo evitarlo? No hay razón para limpiar la suciedad de los oídos más allá de la que podemos hacerlo con la yema del dedo índice en la apertura del canal, tal y como aconsejan los médicos. Si tenemos dolor de oído, tendremos que ir al médico, pero nunca ser agresivos con nuestro oído interno.

Herramientas de uñas: las herramientas que se utilizan en los centros de manicuras y pedicuras podrían están albergando un secreto sucio. Las bacterias viven en nuestra piel, por eso cuando se utiliza cualquier material para retirar cutículas o una simple piedra pómez, se están transfiriendo las bacterias a las herramientas, lo que puede conducir a infecciones de la piel.

¿Cómo evitarlo? Hay que lavar muy bien la piedra pómez con agua y jabón cada vez que lo utilicemos y comprar una nueva cada tres o cuatro semanas. En cuanto al resto de material, además de limpiarlo a fondo, lo ideal es no compartirlo.