Historia

La dramática historia de un islote de España donde solo vivían cabras que fueron fusiladas por francotiradores

Durante generaciones, los 'vedraners', vecinos del municipio que mantenían un vínculo estrecho con Es Vedrà, cuidaron y se responsabilizaron de las animales que habitaban el emblemático islote

La dramática historia de un islote de España donde solo vivían cabras que fueron fusiladas por francotiradores
La dramática historia de un islote de España donde solo vivían cabras que fueron fusiladas por francotiradoresiStock

En el imaginario colectivo de Ibiza, Es Vedrà ocupa un lugar único: el islote frente a la costa de Sant Josep no solo es uno de los paisajes más icónicos del archipiélago balear, sino también un espacio envuelto en leyendas, simbolismo y tradiciones locales.

Entre ellas, una de las más recordadas es la presencia de las cabras, que durante décadas poblaron su abrupto terreno y se convirtieron en parte de la identidad cultural de la isla.

Su historia, sin embargo, terminó de manera abrupta hace apenas unos años, cuando una controvertida operación con francotiradores ordenada por el Govern balear puso fin a su existencia.

La tradición de los 'vedraners'

Durante generaciones, los vedraners -vecinos de Sant Josep que mantenían un vínculo estrecho con Es Vedrà- cuidaron y se responsabilizaron de las cabras que habitaban el islote.

No era un trabajo sencillo: acceder a este enclave requiere embarcación y una escalada complicada, y las condiciones del terreno, dominado por riscos y pendientes, convertían cualquier tarea en un reto. Sin embargo, esa tradición de mantener el rebaño vivo se transmitía como parte de una herencia cultural que reforzaba la relación entre el pueblo y el islote.

Las cabras se adaptaron de forma sorprendente al ecosistema de Es Vedrà, alimentándose de la escasa vegetación disponible y convirtiéndose en un símbolo visible para pescadores, turistas y vecinos que contemplaban el islote desde la costa. Su figura, recortada contra las paredes de roca, se convirtió en una de esas estampas que daban identidad al paisaje.

Es Vedrà (Ibiza)
Es Vedrà (Ibiza)iStock

El conflicto con la conservación

Con el paso de los años, la situación de las cabras empezó a generar tensiones. Desde sectores ecologistas y la administración se señalaba que la presencia del rebaño estaba poniendo en peligro la flora endémica de Es Vedrà, ya que el pastoreo sin control afectaba a especies vegetales únicas de este enclave natural protegido.

La declaración del islote como Reserva Natural en el marco del Parque Natural de Ses Salines acentuó el conflicto: lo que para muchos era una tradición cultural, para otros suponía una amenaza ecológica.

Los vedraners defendían que las cabras eran parte del paisaje y de la memoria colectiva de Ibiza, y que su cuidado había sido una forma de mantener vivo un legado histórico. Sin embargo, la administración balear, con el respaldo de informes técnicos, concluyó que era necesario eliminarlas para preservar la biodiversidad del islote.

La polémica operación con francotiradores

La tensión estalló en 2016, cuando el Govern balear ejecutó una operación para acabar con el rebaño. Un grupo de francotiradores accedió al islote en helicóptero y abatió a las cabras, una medida que provocó una oleada de críticas por la falta de diálogo y la dureza del método empleado.

Para muchos vecinos de Sant Josep, aquella decisión fue una afrenta directa a la tradición de los vedraners y un ejemplo de desconexión entre la administración y el sentimiento local.

La noticia corrió como la pólvora en los medios de comunicación, generando un intenso debate en la sociedad ibicenca. Por un lado, se defendía la necesidad de proteger un espacio natural único; por otro, se lamentaba la desaparición de un símbolo que había acompañado durante décadas a la identidad de Es Vedrà.

La ausencia de las cabras

Hoy, varios años después, Es Vedrà sigue siendo uno de los enclaves más enigmáticos y fotografiados de Ibiza, pero lo hace sin la presencia de las cabras que durante tanto tiempo lo definieron.

La polémica operación con francotiradores quedó grabada como un episodio doloroso para muchos vecinos, que todavía recuerdan con indignación la manera en la que se puso fin a aquella tradición.

El debate entre conservación ecológica y preservación cultural sigue vivo: ¿deberían haberse buscado soluciones intermedias, como el traslado de los animales o la creación de un rebaño simbólico en Sant Josep? ¿O fue inevitable sacrificar esa parte de la identidad local para proteger la flora única del islote?